La Deuda viva del Estado sin contar con las Administraciones Locales y Autonómicas continua creciendo, y lo hace a un ritmo de más de 10.700 millones al mes.
Según la información que facilita el Tesoro Público, hasta finales de Junio se ha incrementado en 64.457 millones de euros hasta llegar a los 422,882 millones.
Descomponiendo esta deuda por vencimientos tenemos que:
El 63,80 % de las emisiones han sido a largo plazo (Obligaciones a 10, 15 y 30 años).
El 16,36 % de las emisiones han sido a medio plazo ( Bonos a 3 y 5 años).
El 16,71 % de las emisiones han sido a corto plazo (Letras a 3, 6 y 12 meses).
El 3,13 % restante son emisiones en moneda extranjera, eurobonos, prestamos del B. de E. etc.
Se podría interpretar este comportamiento como que el Estado por un lado no tiene claro el tiempo que podrá disfrutar de financiación a tipos bajos como los actuales y por eso ha cargado las tintas en el largo plazo, pero además necesita liquidez inmediata y por eso también ha emitido deuda a corto y muy corto plazo. (desde 2.004 que no se emitían letras a 3 meses).
La vida media de la deuda a finales de Junio es de 6,65 años.
Hasta finales de 1.997 la vida media de la deuda del Estado era menor de 4 años y esto era así por la poca solvencia que tenia España para emitir deuda a más largo plazo.
Fue a partir de 1.998 que comenzaron las emisiones de Obligaciones a 30 años y con la incorporación al euro se fue incrementando la vida media de la deuda hasta llegar a un máximo de 7,01 años en Febrero de 2.008.
Desde entonces ha ido bajando hasta llegar a los 6,61 años de Mayo, pero ahora ha vuelto a subir. Habrá que seguir observando este indicador para ver si está relacionado con una posible disminución de confianza en la capacidad de pago del Estado.
Y.... ¿Quien se queda estas emisiones de deuda?
Del total de la Deuda:
El 43,08 % está en manos extranjeras, pero en Diciembre de 2.008 tenían el 45,09 %. Parece que cada vez quieren menos.
El 33,34 % está en manos de las entidades de crédito, que han incrementado el porcentaje desde el 30,19 % de finales del año pasado, lo cual cuadra con la interpretación de que parte del dinero que recogen estas entidades con el aval del Estado se invierte en deuda del Estado y el resto se lo quedan pasa des-apalancarse y así es difícil que quede algo para las empresas y los particulares. Parece como que hubiera un acuerdo entre el Estado y los bancos y cajas: El Estado los avala para que le compren la deuda que necesita emitir.
Lo preocupante sería que los extranjeros continuaran disminuyendo su porcentaje, porque entonces lo tendremos muy difícil para cumplir las necesidades de financiación en las que se ha metido el Estado.
Saludos.
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