En ciertas ocasiones la euforia o el miedo se apodera incluso de los inversores más experimentados, por unos instantes la razón se aparta y se dejan mover por el corazón. Si vemos que un valor que tenemos en cartera baja un 5%-10%-15% en una sola sesión, siempre tenemos el pensamiento de vender porque de alguna manera creemos que puede seguir bajando.
En este tipo de situaciones, el análisis técnico que se fundamenta en el volumen y en la evolución del precio histórico, puede sernos de gran ayuda. Concretamente, en este artículo trataremos de una de las herramientas más utilizadas del análisis técnico, el Relative Strength Index (RSI).
¿Qué es el Relative Strength Index?
El RSI, Índice de Fuerza Relativa (traducido al español), es un indicador tipo oscilador que mide la fuerza de compra o venta (medidos por variaciones alcistas y bajistas en el precio) que toma un valor durante un período determinado. Esta herramienta de interpretación fue ideado por J. Welles Wilder a finales de la década de los 70.
El cálculo que se usa para hallar el RSI es el siguiente:
- Sea RS (Relative Strength) la ratio del promedio de subidas con respecto al promedio de bajadas.
- El promedio de subidas se calcula como la media exponencial de las diferencias entre el precio de cierre de la sesión N y la sesión N-1 (sesión anterior).
- El promedio de bajadas se calcula como la media exponencial de las diferencias entre el precio de cierre de la sesión N-1 y la sesión N (la sesión posterior), para evitar números negativos.
- Teniendo la ratio RS, ya podemos calcular el RSI, que viene definida por la fórmula:
De esta manera el RSI viene acotado por los valores 0 y 100. Normalmente el número de sesiones que se utiliza para su cálculo es de 14, aunque, puede variar en función de nuestras preferencias.
Ejemplo práctico con el RSI
Comúnmente, un RSI por encima de 70 indica sobrecompra y por debajo de 30 sobreventa, aunque se puede modificar los valores de referencia. Técnicamente hablando, cuanto más se acerquen a 0 o a 100 los valores de cota, mayores son las probabilidades de acertar y menores las ocasiones que tendremos de operar.
La gráfica anterior es un ejemplo del índice DAX 30, y si hubiéramos seguido las instrucciones del oscilador RSI (comprar por debajo de 30 y vender por encima de 70) habríamos obtenido una cierta rentabilidad a nuestra operación.
El RSI es un indicador que se aprovecha de momentos eufóricos y de miedo, cuando la gente compra o vende sin una causa racional y pasado un tiempo el valor tiende a corregirse. Suele funcionar mejor en valores volátiles y en períodos de tiempo que ronden los 14 días (no suele funcionar para el largo plazo).
Hoy en día, existen incluso traders profesionales que tienen órdenes programadas de compra o venta en función de variables como el RSI debido a su facilidad de programación.
Como último apunte, cabe decir que el RSI no es un indicador perfecto y hay ocasiones en que falla, por lo que hay que tener en cuenta más factores a la de operar.
