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Las religiones numéricas y el pitagorismo moderno

El pitagorismo era un sistema de creencias esotéricas y metafísicas que se remonta al siglo quinto antes de Cristo.  Los hallazgos matemáticos, la música y la astronomía eran objeto de adoración.  No es de extrañar que la fascinación y orden de dichas disciplinas fuera suficientemente llamativos como para considerar que era de orden divino.  Tenía dos escuelas, los mathēmatikoi que se dedicaban a encontrar las propiedades místicas de los números, y los akousmatikoi que se dedicaban a aplicar lo descubierto de manera ritual.  La pseudociencia de la numerología se deriva de las propiedades místicas "investigadas" por los pitagóricos.  Números buenos, números de mal agüero. 

Basado en la numerología, Sandra Bullock y Alfonso Cuarón tendrían un número de nacimiento de mala suerte, y si bien enfrentaron adversidades al hacer la película (una película sobre la adversidad), realmente ser mundialmente aclamados por la crítica y financieramente exitosos en taquilla (que es lo que los estudios sueñan), no parece un síntoma de mala suerte.  Bueno, tuvieron divorcios difíciles (Sandra Bullock: the pain of Gravity), pero ¿acaso eso es causado por mala suerte?  Hay millones en el mundo con esa situación.  ¿Quién querría tener la "mala suerte" de Cuarón y Bullock?

La matemática actual es una herramienta, como un martillo.  Un martillo no es religioso, ni es ateo.  Es sólo una herramienta que usamos al ir al supermercado, al sacar las cuentas de la quincena, etc.  Pero hay colectivos que parecen querer en la actualidad convertir los números de vuelta en objeto de cultos, dogmas y rituales.

Científicos

La ciencia trabaja sobre lo concreto.  Los experimentos científicos conectan A y B de una manera muy concreta en algo llamado "prueba de hipótesis".  La ciencia no está diseñada para trabajar con entes abstractos, simbólicos, indefinidos, ni tampoco con relaciones semánticas, irregulares y cambiantes de A con ninguno, alguno o todos los elementos del conjunto {B, C ,D, E} mediante conexiones indeterminadas sobre cosas que no vemos de manera directa o indirecta.

Sabemos que la religión corresponde al segundo caso, y realmente no hay mucho traslape entre ciencia y religión, principalmente por su ámbito de acción y alcance.  La ciencia es un martillo.  Un martillo no es ateo ni religioso.

Cuando un científico opina que "Dios no existe", surgen muchas preguntas.  Si Dios es todo, entonces, ¿todo lo que vemos no existe?  ¿Cómo se demuestra con la ciencia que un arquetipo no existe?  ¿Cómo funciona la prueba de hipótesis para demostrarlo? ¿Cuál es la definición de "Dios" utilizada?  Las opiniones no son ciencia, son opiniones. Al torcer el martillo de la ciencia, para usarse como instrumento de propaganda de los ateos, se vuelve instrumento de proselitismo ideológico y deja de ser ciencia.  Decir que el martillo es ateo, es afirmar que si se es carpintero, necesariamente se debe ser ateo, y probablemente esa es la causa de la disputa entre los religiosos y los ateos en los EUA que usan la ciencia como instrumento de propaganda para sus creencias ateas, para crear la idea extravagante de que los martillos no necesitan de Dios para existir.

Neoclásicos, austriacos

La economía estudia al ser humano, y a diferencia de la física y química, los seres humanos no son predecibles, pues el funcionamiento de la psique humana sigue siendo un misterio. Lo que pasa en la economía es el resultado de las conductas humanas.  La economía se define como la administración de los recursos.  Los recursos no son dinero, porque el dinero es algo que se usa para comprar recursos.

Aún así, los economistas neoclásicos han desarrollado una complejísima y casi esotérica matemática para sus modelos de simulación, que en ocasiones se saltaban criterios de rigor estadístico (que le convierte en adefesio estadístico).  Y al ver aquella maravilla incomprensible, le atribuían un carácter casi divino, al punto de que antes de la crisis de 2008 querían que la economía neoclásica se convirtiera en "ciencia exacta".  Vino la crisis de 2008 que sus esotéricos modelos no pudieron predecir, y se cayó la maravilla con propiedades místicas.  Aún así, no se rinden y tratan de que su credo numérico se llame "econofísica" que trata las crisis como si fueran terremotos.  Uno de los problemas que tiene esta corriente es que estudia el dinero, y no a las personas.  ¿Cómo puede haber una ciencia social que no estudia los recursos (reales) y las personas (reales)?

También están los economistas de la corriente austriaca, que tienen también expositores con gran retórica, pero en la práctica suelen ignorar evidencia empírica, con tal de justificar sus modelos.

Fundamentalismo de mercado

Las sectas económicas mencionadas anteriormente forman parte de un grupo más grande, las sectas financieras.  El famoso especulador George Soros, conocido por hacer quebrar al Banco de Inglaterra, en su artículo "Anatomy of a Crisis" explica el carácter axiomático que parece predominar entre los seguidores de la economía y finanzas, que viven en un mundo de axiomas que se demuestran sólos, de números que causan números, y que no requieren de seres humanos, como si todo el trabajo de las personas y sus decisiones, su bienestar o su sufrimiento, no tuvieran ningún efecto en la realidad.  Soros incluso menciona cómo es que los bancos internacionales habrían causado la década perdida en Latinoamérica.  Soros le llamó a esto "fundamentalismo de mercado" que no es otra cosa que la forma moderna de pitagorismo.  Es muy atractivo pensar que las complejas fórmulas para calcular precios de derivados tiene una superioridad intelectual y complejidad casi divina, igual que antes era atractivo pensar que el "complejo" teorema de Pitágoras o el inexplicable origen de los misteriosos números primos, en tiempos en que el álgebra no era materia de dominio común.  Las ideas de Ptolomeo, reflejadas en la superstición de Nostradamus, eran más aceptadas que las ideas de Galileo en Europa. Están las matemáticas para ver la posición de los planetas alrededor de una persona al nacer, unas matemáticas casi esotéricas de la astronomía, que se complementan con las ocurrencias de Nostradamus que escribe versos de borracho y hace predicciones genéricas, imprecisas en el tiempo y poco verificables para gente importante. Y entre esos importante estaban las autoridades de una institución religiosa cuya doctrina se opone fervientemente a las supersticiones. Antes los números maravillaban e impresionaban, porque estaban en las estrellas o la geometría, y ahora con el dinero, el ser humano tiene la ocasión de sumergirse de nuevo en un pitagorismo financiero, nueva forma de superstición numerológica que se ha llenado de creencias que no tienen nada que ver con la realidad.

Axiomas surrealistas empresariales y políticos

La secta del pitagorismo financiero se llena de creencias que no tienen sustento en la realidad. Dicen los pitagóricos modernos que "hay que manejar el gobierno como una empresa" y cuando una empresa tiene problemas, no se conforma con recortar gastos, sino que trata de aumentar sus ingresos como tarea principal, que traducido a la realidad significaría más impuestos.  Pero no, los numerólogos dicen que hay que recortar, como si al hacer la olla más chica se pudiese cocer más comida.

Dicen que "si una empresa tiene ganancias, generará empleo" pero la crisis de 2008 demostró que las empresas estaban obteniendo utilidades despidiendo personas, de modo que al final, la creencia del Abenomics y Zapateronomics de subsidiar a las empresas (oferta) en lugar de ir a por los ciudadanos (demanda agregada) para que tengan ganancias y creen empleos, ha terminado en algo muy curioso (EE.UU.: Compañías como McDonald's reciben 7.000 millones de dólares en subsidios).  ¿Comunismo corporativo? Resulta que al despedir personas, se aumenta las ganancias, y si una empresa tiene ganancias, generará empleo, de modo que concluye que si despedimos personas, aumenta el empleo.  El desempleo no es casualidad, es el resultado de una política basada en una ideología de pitagorismo moderno.

En la empresa, el pitagorismo dice que si se recorta el presupuesto, vendrá la eficiencia.  Es como decir que si se le echa menos gasolina, el motor se volverá más eficiente y gastará menos.  Se confunde la causa y el efecto.  Es una idea que se basa en la idea de que las personas son vagas y que hay que hacerles la vida difícil para que trabajen.  En el pitagorismo político, los recortes al gasto de gobierno se basan en la misma premisa, con el problema adicional de que el recorte de gasto público reduce la liquidez de la economía de un país, generando presiones hacia una recesión que enriquece a los bonistas y empobrece al ciudadano.

La OECD en su estudio de España dijo que ese país tenía baja productividad en tiempos en que se hablaba de crisis de los PIGS. Resulta que los indicadores de productividad usados se referían a la demanda, a la clientela, que es la que determina la producción, no la productividad, porque la productividad es la velocidad a la que trabaja un trabajador, mientras que la producción depende de lo que los clientes quieran comprar.  Al final, al hablar de productividad daban a entender que los españoles son vagos, y son vagos porque los clientes no compran.  Así de supersticiosa es la OECD.

Crear números, no realidades

Dice un dicho popular que "hay mentiras, grandes mentiras, y hay estadísticas".  Conocemos el famoso ejemplo de dos personas, una que no come y otra que come dos pollos, y en promedio todos comen un pollo.   La competencia de países desarrollados e India en el mercado nacional crea una coyuntura interesante.  India solía ser muy religiosa en tiempos de Gandhi y así pudo derrotar al imperio más poderoso del planeta y obtener la independencia.  Al volverse sociedad laica, la regencia de la ética de la religión se perdió, y así es posible encontrarse con frecuencia con problemas de ética en el trabajo.  Con el auge de call centers, en India aprendieron a manipular los números.  En su historia, India ha tenido matemáticos muy destacados, ya tienen trayectoria al cocinar números.

Si el español tenía el defecto de usar el ingenio para hacer fraude o no trabajar, lo que en España se llama "picardía", se queda corto respecto de las formas de chorizo en India, donde ellos se dejan las buenas métricas (que al final significan un aumento y un bono en sus salarios), mientras que le dejan los problemas, la solución de problemas y las quejas a los españoles que hacen el trabajo y resuelven el problema del cliente.  Y esto hace el trabajo de gerentes en multinacionales, una horrible pesadilla, porque tienen que hacer su trabajo, y encima evitar que gerentes en india les hagan chorizo y se lleven el premio, y encima les hagan quedar mal a los que trabajan más y más duro.  Claro, España es mucho más organizada y más despìerto, más astuto para lidiar con problemas y entregar resultados, y sólo es cosa de contrarrestar las formas de fraude o delatar los fraudes.

El problema sería muy simple de resolver si lo que se valorara en las empresas fuera la solución de problemas de clientes y la satisfacción de clientes. Pero la crisis hace que se valore más los números, aunque esos números fabricados y falsificados no correspondan a una realidad.  Recordemos que la labor de un gerente es producir realidades, no números, especialmente cuando los números son simples métricas. ¿Qué formas de chorizo usan en India?

  • Repartición de trabajo: Dejarse lo fácil, asignar lo difícil a otros.
  • Inventar casos: Para mejorar cantidad de casos con buena métrica.
  • Pasar la patata caliente a otros: Los casos problemáticos van a otros (emergencias y casos difíciles o que toman mucho tiempo), para no ensuciar métricas propias.
  • Tirar casos vencidos detrás de la mesa: No tomar casos vencidos/expirados, dejarlos sin asignar para no manchar las métricas.
  • Cerrar casos sin resolver: Para tener menor tiempo de casos, cierran antes de terminarlo.
  • Represalia para hacer perder tiempo a otros: Buscar maneras de hacer perder el tiempo a otros para hundir las métricas ajenas cuando ocurre algo que afecta negativamente sus métricas.
  • Refutar reprocesos: Tratan de que los reprocesos se conviertan en revision, negando la falla o error que en efecto tuvo lugar.  La negación hace que tengan métricas de 100% en todo.
  • Usar menos personas de las prometidas para realizar el trabajo. Trabajo mal hecho (mala calidad) o incumplimiento de plazos.
  • Delegar a personas de otro país que brinde el entrenamiento que le toca al encargado, bajo la excusa de pedir que se comparta la experiencia.
  • Tirar casos de vuelta a la cola
  • No documentar apropiadamente los casos para ahorrar tiempo
  • No realizar tareas incluidas en el proceso y que no se vigilan o no seleccionar el proceso correcto aplicable para un caso, para ahorrar tiempo. Problemas de calidad en el resultado.
  • No hacer el trabajo y alegar haberlo hecho, aprovechando la falta de vigilancia.

¿Se parece a los políticos de España?

El problema del chorizo con números es tan serio en India, que los estudios de la realidad nacional (similar al informe de estado de la nación) están tan manoseados que los números son inútiles para tomar decisiones relativas a política económica y social.  ¿India reduce la pobreza? ¿India tiene un PIB que crece astronómicamente?  ¿Nos creemos eso de verdad?

Hace 30 años, ser gerente en una empresa internacional era un honor, un logro, era sentirse importante.  Hoy es una pesadilla.  Es una pesadilla que ocurre porque a menudo la solución de problemas de clientes es ineficiente, y además porque hay formas de manipular los números, que los financieros de la secta pitagórica en los EUA. se tragan, y que los pillos de India falsifican, no por maldad, sino por costumbre.  Y en general los americanos le tienen más paciencia a la gente de India que a los demás de países desarrollados, porque creen que siendo baratos y mimándoles cesaran de hacer mal las cosas.  Toda esta situación de chorizo en el extranjero tiene un lado positivo.  Los gerentes de países desarrollados están empezando a odiar el chorizo, y los empleados de esos países se tienen que ver forzados a trabajar en equipo para derrotar a los choriceros que se quieren llevar sus empleos.  La vida de los choriceros en el país en que suceda esto promete ser muy difícil al futuro.  Claro, hablo de largo plazo, pero ya vamos avanzando, el lado positivo del problema.

¿De qué sirve un promedio de casos cerrados en tiempo record si ello resulta al dejar botado al cliente sin resolverle el problema?  Buenos números, malos resultados.  A eso conduce el pitagorismo moderno en las empresas.  Luego resulta una sorpresa para la casa matriz cuando empiezan los problemas, porque los números no dieron la alarma.  Y resulta peor cuando los clientes ya no compran.

Mirar los números y no las realidades, es caer en la trampa axiomática de fundamentalismo de mercado que denunciaba Soros, pues los números son más fáciles que la dura realidad de las interacciones humanas.  Sin embargo, las realidades sólo pueden ser cambiadas por personas, que resuelven problemas reales, y no con mediciones numerológicas de pitagorismos políticos o empresariales.

Mirar los números y las realidades es el caldo de cultivo de las burbujas, de las supersticiones financieras, y del nuevo culto pitagórico que se ha afianzado en el mundo de las finanzas.  El mundo de los meros números es poco menos de la mitad de la realidad, porque los números se obtienen al recolectar información, y obtener información cuesta dinero, de modo que una enorme parte de la realidad está sin medir, y tiene que ser medida a punta de instinto.

Nos engañan con lo que vemos, y encima con los números.  El pitagorismo moderno nos encierra en la enajenació abstracta de los números y nos distrae de la realidad tangible e inmediata, la que un niño ve a simple vista porque no entiende de números.  Aquí el excesivo intelecto puede ser una desventaja, porque la enajenación intelectual del pitagorismo es una forma de alucinación.  Y resulta en torpeza extrema cuando el pitagorismo moderno se convierte en ideología, creencia, religión, creando fundamentalistas y extremistas que negarán la realidad que no se ajuste a sus modelos imaginarios.

Si la gente apunta tanto a la religión con el dedo, ¿por qué no apuntan hacia el absurdo religioso del pitagorismo financiero moderno?  Aquí sí conviene ser ateo de la enajenante religión de los números, que reune gentes para que adoren a un martillo, diciendo que el martillo no necesita de Dios, y que convierte al martillo en un dios, de modo que parece abolirse la religión, cuando lo único que hace es pasar gente de una secta a otra que dice no ser secta.

 

 

 

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