El pasado viernes en mi post "España: el mejor momento para invertir en 30 años". Se comentó que yo podría estar contagiado por el optimismo de las últimas subidas o que debería tener cuidado de mi propio optimismo.
No son reflexiones absurdas, al revés, yo siempre me las planteo y quiero aclarar lo siguiente:
Hay que distinguir entre una euforia pasajera en el mercado de acciones y el sentimiento general de la economía y la bolsa.
Me explico. Cuando el mercado se mueve un poco, siempre aparecen optimistas y pesimistas de corto plazo. Los hay que si el mercado sube, son pesimistas y venden y, otros con esas mismas subidas, son optimistas y compran. Los hay que si el mercado cae son pesimistas y venden y, otros con esas mismas caídas, son optimistas y compran.
La clave está en que su pesimismo u optimismo, haya subido o haya bajado la bolsa, es generado por los movimientos más recientes del mercado. Es decir, la génesis de su opinión sobre el mercado no es una metodología, una reflexión o una idea del mundo.
Todos estos pesimistas y optimistas que cambian de opinión según señale la veleta del mercado, no son la opinión y el sentimiento del mercado. Ni son toros, ni son osos: solo son cerdos. Pequeños inversores sin criterio. No mueven el mercado, solo acaban siendo sacrificados a medio y largo plazo.
Antes de detallar el perfil de cada tipo de inversor, quiero profundizar en esto último que he dicho.
Si el mercado sube un 10%, habrá cerdos diciendo que la cosa es muy alcista. De igual manera que si cayera un 10%, los mismo cerdos dirían que la cosa es bajista.
En las últimas dos semanas el mercado ibérico no ha parado de subir, pero ¿significa eso que hay exceso de optimismo y que debemos resguardarnos?
Mi respuesta es si, si usted es un cerdo. Mi respuesta es si, si usted es un oso. Y mi respuesta es rotundamente NO si usted es un toro.
El pesimismo sigue reinando a pesar de que estamos en un entorno super expansivo creado por el banco central mundial (es decir la FED). Seguimos escalando "el muro de preocupación". Y mientras haya pesimismo, subiremos. Cuando llegue la euforia y el ciclo económico esté maduro, entonces caeremos. De momento como mucho, en el mejor de los casos, estamos pasando del puro escepticismo a un incipiente optimismo, que en todo caso no estaría nada consolidado.
El pesimismo de verdad no es el que transmiten tres cerdos, sino el que se observa, por ejemplo, en una noticia de 20 de enero de TheEconomist:
Se observa a Zapatero sosteniendo una España que se resquebraja.
O si abro el portal Cotizalia el sábado nos encontramos con esto:
Crisis, crisis, crisis, crisis, crisis en todas las noticias. Da igual que el Ibex suba un 15%....la palabra es crisis. Eso es la definición de "escalar el muro de preocupación". Por si fuera poco, tenemos que los dos analistas son pesimistas con palabras como "síntomas de gripe A" y "divergencias y salto repentino del Vix?
No tengo duda que habrá una corrección, ¡ocurren siempre¡ No se si estos analistas son alcistas, bajistas o que son. Espero que no sean cerdos y cambien de opinión cada semana, sino mal aviados van los lectores de Cotizalia.
¿Dónde está el optimismo? Yo solo veo pesimismo y si enciendo la TV cada hora me recuerdan la crisis. A partir de mañana cuente cuantas veces se menciona esa palabra en un día cualquiera.
Por si fuera poco, me pasan esta noticia dónde se dice que "El pesimismo de los inversores españoles en máximos de dos años". Se trata de una encuesta de JP Morgan. Lo curioso del caso, es que en la encuesta se dice que el 66% opina que la recuperación tardará 2 años en llegar, y el 87% que serán 18 meses.
Siento darles una pésima noticia al 87% de esos inversores encuestados por JP Morgan, pero la recuperación empezó hace mucho:
(fuente: Ibex Salad)
Ahora bien, si lo que se trata es de ser pesimista hasta que a la última viuda nonagenaria de España un día se le ocurra cambiar su depósito por un fondo de renta variable, entonces vamos listos. Tal vez me esté equivocando. El mundo no es un mundo de certezas sino de probabilidades, pero creo que hacía mucho tiempo que no había una disonancia tan grande entre la realidad económica y la percepción de las masas. Justo la situación ideal para el especulador Contrarian. Eso sí, un Contrarian nunca se queda pensando sobre el pasado que se fue. La crisis pasó, la chica nos dejó, perdimos aquella oportunidad, elegimos el camino equivocado. C´est la vie. Pero el mundo y la vida real es aquí y ahora. Y el futuro a donde hemos de mirar. Tiremos los retrovisores de nuestro "coche" porque no nos están ayudando, sino esclavizando. Nos hacen ver el presente con gafas del pasado. Las inversiones no generan rentabilidad en base a ideas caducas, sino a las presentes y futuras: preguntarnos qué parece que ocurre hoy no es la pregunta. La pregunta es: ¿qué ocurre realmente hoy?
Demostrado que reina el pesimismo (una imagen vale más que mil palabras), paso a detallar los 4 tipos de inversores.
Los Toros: son los alcistas, porque ven un futuro mejor, o una mejora de la economía, o por la sencilla razón de que la tendencia es alcista. Normalmente, el hecho de que el mercado a la larga tienda a subir hace que sea la opción más razonable y fácil de ejercitar. Se meten en problemas cuando el mercado está sobrevaluado o siguen siendo alcistas a pesar de que las condiciones básicas hayan cambiado.
Los Osos: son bajista cuando los beneficios empeoran y el ciclo económico se gira a la baja. Se benefician de vender a corto, o esperan a que el mercado bajista acabe. Se meten en problemas cuando piensan que el mercado va a caer eternamente e ignoran que el mercado a largo plazo siempre sube y que las caídas son poco frecuentes y muy rápidas.
Las Gallinas: son los que temen perder un céntimo en una cuenta de 100,000 euros. Su mente está poblada con la "sabiduría convencional" que dice que la bolsa es muy arriesgada (luego no dudan en comprar un piso en plena burbuja). En definitiva, su miedo les domina y solo compran productos "seguros" aunque a veces no lo sean. Padecen de "DrawDownitis" o la enfermedad de no entender que para ganar algo hay que arriesgar.
Los Cerdos: especuladores de salón no entrenados, en búsqueda del gran pelotazo en un corto periodo de tiempo (de ahí sus vaivenes emocionales según suba o baje el mercado). Carecen de criterio, visión y estrategia. Con su carne alimentan a los toros, a los osos y hasta a las gallinas. Si el viento sopla del oeste, la piara se retozará en el charco de barro del oeste. Si el viento sopla del este, la piara se retozará en el charco de barro del este.
La cuestión es: ¿usted a que tipo de inversor pertenece?
nota importante: aunque creo que queda más que claro, lo de cerdo es un tipo de inversor genérico y una forma conocida de catalogar a ciertos inversores y no me refiero absolutamente a nadie que haya podido interactuar previamente conmigo. (por si las moscas :-)