La estructura contable denominada VIE (Variable Interest Entity o entidad de interés variable en español) permite a una empresa cotizar en una determinada bolsa a través de una sociedad pantalla.
Cuando un inversor compra acciones de una VIE, lo que está haciendo es adquiriendo participación en una compañía “cascarón” con sede en un paraíso fiscal.
La compraventa de acciones de una VIE tiene de por medio un contrato que obliga a la firma que recibe el capital a transferir parte de sus beneficios al inversor.
Gracias a este contrato, los inversores se aseguran de recibir un porcentaje de los derechos económicos de la compañía que originalmente creó la VIE. Sin embargo, no tienen derecho a voto ni a participar de las ganancias o pérdidas residuales. En simple, participan de los beneficios, pero no son socios.
Los asesores financieros idearon la estructura VIE a finales de 1990 como solución para las empresas chinas en sectores en los que la propiedad extranjera directa se bloquea o se restringe. Es decir, que no se permite que extranjeros sean socios de la entidad. Esto sucede en sectores como las telecomunicaciones o los medios de comunicación, que Pekín ve como cruciales para el control desde el Gobierno.
Estructura VIE:
Las empresas chinas tienen que llevar a cabo el método VIE si quieren listar en el extranjero y, al mismo tiempo, cumplir con los reglamentos chinos.
Hay que prestar especial atención a la hora de invertir en empresas con esta estructura organizativa porque tienen un gran riesgo. Se puede dar el caso, por ejemplo, que el Gobierno chino decida expropiar a la empresa que creó la VIE o que comience a prohibir estas prácticas a las empresas chinas.
¿Cómo se constituye una VIE?
La VIE puede constituirse de la siguiente manera: La empresa china funda una sociedad en un paraíso fiscal, una firma offshore, usando incluso su mismo nombre. Luego, le transfiere, mediante un contrato, derechos respecto a sus ganancias y el control de sus activos.
Entonces, mejor expliquemos con un ejemplo. La empresa XAN funda la compañía XAN_L en un paraíso fiscal. Ambas firmas celebran un contrato para traspasar el derecho sobre beneficios. De ese modo, los inversores que compren acciones de la empresa XAN_L podrán obtener indirectamente utilidades de la empresa XAN.
Sin embargo, los socios de la empresa XAN_L no tienen derecho a participar de las decisiones de la empresa XAN. Además, al tratarse de sectores fuertemente regulados por el Gobierno chino, siempre existe el riesgo de pérdidas, por ejemplo, por nuevas normativas más restrictivas a la inversión extranjera.
Las VIE suelen establecerse como vehículos de propósito especial para mantener fuera del balance de la firma principal ciertos activos financieros o para emprender investigación y desarrollo. Se puede crear una VIE, por ejemplo, para financiar un proyecto. De ese modo, se recibe financiamiento para este, pero no se pone en riesgo a toda la compañía.
En suma, por un lado, las VIE dan la oportunidad a los inversores de participar de las ganancias de empresas chinas en sectores muy interesantes como el tecnológico. Sin embargo, debemos resaltar que invertir en una VIE implica más una relación contractual para participar de utilidades que una relación socio-empresa.
Ejemplos de VIE
Debemos tener en cuenta que gran parte de las empresas chinas que cotizan en la Bolsa de Nueva York lo hace mediante este esquema. Según el portal Investopedia, al momento de redactar este artículo, son más de 100 firmas de China y Hong Kong que cotizan en Estados Unidos bajo la estructura VIE. Esto incluye corporaciones muy famosas como Alibaba, Tencent, Baidu, entre otros.
Otro punto importante a tener en cuenta es que, según las leyes del Gobierno federal estadounidense, las compañías deben informar su participación en las VIE al presentar el formulario 10-K. Este es un documento que todas las firmas que cotizan en las bolsas de EE.UU. deben publicar cada año, y es una exigencia del órgano regulador del mercado de valores, la SEC (Security Exchange Commission).