Mauboussin dice que los maestros que mejor vencen la aleatoriedad provienen de dos actividades, el tenis y el ajedrez. Se olvida de los jugadores de póker profesionales, la verdad es que el profe no debe bajar mucho a los casinos. No veo cómo aprender del tenis, aunque Nadal no pará de dar consejos, pero sí me interesan los jugadores de póker y ajedrecistas, que se enfrenta a problemas similares a los de un trader y salen victoriosos. Y ellos saben utilizar, o al menos no dejarse influir por el entorno y mantienen siempre una motivación de ganar excepcional sobre la que basan su entrenamiento, su esfuerzo y su resistencia.
El mundo del ajedrez es el mundo de los maestros matemáticos de las posibilidades por excelencia y también el mundo de los niños prodigio que deben ser siempre una referencia.
¿Quién es ahora el campeón mundial de ajedrez?
Tenemos los mismos datos, se repiten. Recuerdan los 8 años en 1900 para ser un pit trader de los colegas de Wyckoff? Para ser maestro de ajedrez se calcula se necesitan 10.000 horas de práctica, Jugando 5 horas al día, lo que es ya un esfuerzo y descansando sábados y domingos de guardar, se necesitarían 8 años para elevarse sobre la media. Se sabe que los maestros ajedrecistas en esos primeros años emplean 5.000 horas, la mitad del tiempo, en estar solos, estudiando posibilidades y esto es mas de cinco veces el tiempo que emplean los jugadores de niveles intermedios. Sin la motivación de ganar, esto de estar solo todo el día estudiando posibles posibilidades es una tarea imposible.
El campeón mundial actual es un niño prodigio noruego entrenado hasta hace poco por el gran Kasparov. Su nombre es Magnus Carlsen.
Según Kasparov, Carlsen tiene la habilidad de ver la energía potencial de un movimiento y puede calcular el efecto de este movimiento en muchos movimientos posteriores más que ningún otro ajedrecista.
Para el número tres del mundo, Vladimir Kramnik, Carlsen tiene éxito por su condición física y su habilidad de evitar lapsus psicológicos, lo que le permite mantener el juego en un gran nivel, cuando el nivel de energía de los otros decae.
Aunque el ajedrez no se asocia con la resistencia física o psíquica, requiere muchísimo aguante. Estar preparado físicamente te da estamina, te permite ser más creativo, auto confiado y resistente. Carlsen dice que él necesita de eso para ganar.
Su sistema de entrenamiento y análisis de los movimientos de los contrarios, comienza varias horas al día sobre una cinta de correr y no sobre un tablero sentado. Es normal que responda a la prensa con sentencias como que si estas en forma y puedes mantener tu concentración siempre vas a ganar a tus oponentes. Esto que lo diga un tenista vale, pero suena algo extraño, Al principio le tachaban de frikie, hasta que empezó a ganar. De hecho es algo frikie, pero eso en un campeón de ajedrez tiene su encanto.
El efecto Carlsen
Su revolución en el método de entrenar, es que principalmente no se dedica a analizar aperturas. "solo me concentro un poco en la entrada" dice, y nadie entiende nada. La apertura, es una de las mayores preocupaciones de los ajedrecistas, se asimila a encontrar y analizar el momento de entrada en el trader. Hay toneladas de información sobre eso. Fisher, comenta que cuando empezó a ser famoso, le llegaban ajedrecistas para que los guiara a ser maestros de ajedrez. El siempre contestaba lo mismo, les daba un libro de mil aperturas de ajedrez, y les decía que volvieran dentro de un mes, después de leérselo cinco veces, y entonces él les comentaría sobre la apertura que él eligiese. No volvía nadie.
Para Carlsen, no es necesario preocuparse en pretender ganar el juego con una ventaja dada por la entrada. A él le basta con tener una posición desde donde se pueda jugar y pelear en el medio plazo del juego y sobre todo al final. El es el mejor del mundo en batallas finales. Actualmente en el ajedrez a tener la resistencia para el final se le denomina "el efecto Carlsen".
El siempre juega calmado, metódicamente sin ningún viso de excitación, o sentimiento. Esta actitud y la combinación de fuerza y pericia, es lo que hace que sus oponentes cometan errores. Su entrenamiento y práctica se basa en entrenar diariamente con fuerza ambos lados del cerebro, pero para esto necesita ejercitar varias horas al día ejercicios físicos e intelectuales que te dan resistencia y te mantienen en forma. Eso lo convierte en un monstruo imbatible.
¿Qué es del Póker?
Veamos el póker. Si quieren ver como los buenos, jugadores de póker, una vez dominado el juego, suelen ganar casi siempre a sus contrarios y pueden vivir de eso, no tienen más que ver la pelicula de Casino Royale y esmerarse en hacer todo lo contrario que hace 007.
James Bond, va echo un dandy a jugar, liga mientra juega, se excita con el culo de su acompañante, entra a todas las manos, bebe alcohol todo el tiempo que juega, incluso le echan alguna droga en la bebida, cada vez coge más riesgos, recupera sus pérdidas aumentando el tamaño de la apuesta y pidiendo dinero, se enemista con el del frente, juega en funcion de los ticks de uno de los jugadores, no tienen ninguna metodología ni sistema de tamaño de apuestas, se fia de su intuición o sea de su cerebro. No se me ocurre que mas puede hacer para perder, quizas si no fuese anticomercial, en la pelicula se hubiera hecho una raya de cocaina en la mesa. Creo que se quedaron en ese límite en la película, lo demas desde luego lo bordaron. Todo un catalogo. Mirar la foto de un campeon de poker real y comparar.
Mejor, verlos jugar en la madrugada en la televisión y comparar. Están tranquilos y ausentes, esperando la mayoría del tiempo fuera del entorno, relajados, si pudieran se harían invisibles y se trasladarían sin levantarse de la silla a otro lugar, como un monje tibetano. Llevan su propia música de entorno. Su única actividad con no existir en la mesa, es esperar a tener las ventajas a su favor, esa es su principal tarea. Cuando llegue ejecutarán sus probabilidades de la mejor manera posible. No están allí por placer, por diversión o para exhibirse. Están allí para ganar dinero, saben cómo se hace y están motivados en eso. Tienen por costumbre contabilizar sus records de victorias, con esto dan placer al cerebro traidor y lo mantienen moderadamente satisfecho. Siempre son tranquilos, fríos y compensados, (esto requiere practica) . Están en un mundo al margen de las ganancias, en su mundo abstracto de posibilidades a largo plazo. Parecen que vienen o van a ponerse a correr un rato como corredores de fondo, preparándose para un maratón, de hecho se visten como runners.
Don Johnson, la bestia del Blackjack
Entramos al casino, ya estamos preparados, lo hacemos de la mano de un famoso apostador de casino, que tiene semejanzas con estos inteligentes maestros del juego. El también nos dará unas clases de manejar el entorno y estar motivado. Le llaman la bestia del blackjack, tiene prohibido la entrada a los casinos, pero ha sido una de sus grandes figuras.
Don Johnson, el de la foto, no el actor, hizo algo que nadie se lo podía imaginar. Todo lo que hemos mencionado en estos cuadernos de que va el tema, lo protagoniza y resuelve de una manera brillante el de la foto. Independientemente de su triunfo en el Blackjack, y sin proponérselo, establece el proceso metodológico perfecto y triunfador para crear un sistema de trading. Si se le acopla otros sesenteros jugadores triunfadores de Blackjack de la mejor universidad técnica americana sobre el tamaño de las apuestas , no necesitamos más. Es inimaginable hace veinte años tener esto. Nadie ha aportado tanto como ellos y desde luego nadie del entorno profesional o académico de finanzas y economía.
Lo primero que hizo Johnson fue aprender de Mario Puzo y hacer suya la frase maquiavélica que Mario le atribuye a Corleone.
"No hay mayor ventaja natural en tu vida, que tu enemigo sobrestime tus fallos o debilidades ".
Don Johnson era gerente y presidente de una exitosa empresa de software, se había dedicado a las apuestas de caballos, y había creado una empresa de software para apoyo de las empresas de apuestas de carreras de caballos. Llevaba jugando 15 años al blackjak en el casino. Era un jugador mediocre de grandes apuestas. Era el típico jugador que pasaba grandes ratos en el casino jugando y claro jugando y perdiendo.
Hacia 2008, con la crisis financiera, los casinos estaban perdiendo clientes e ingresos y empezaron a competir entre sí ofreciendo descuentos y bonos a los grandes jugadores. Eran del tipo, juegue 50.000 euros a costa de la casa y cosas así. Don Jhonson que era un gran negociador como gerente, vio una oportunidad en esa disposición a negociar. Además tenía contacto con matemáticos dedicados al riesgo, que le mostraron su voluntad de formar un equipo. Él entendió que podía ser el cebo perfecto y necesario.
Decidió entonces negociar todas las normas que daban el margen a la campana a favor del casino. Empezó con pedir un descuento de un 20% en las perdidas a partir de una cantidad, cosa que ya muchos casinos hacían en la práctica con los perdedores fuertes para que volvieran. A los casinos les encantan los adictos con pelas, están dispuestos a hacer cualquier cosa por ellos. Pero consiguió que a este descuento no se le asociara una permanencia de juego estipulado con apuesta mínima, como era normal asociarlo entonces. Esto fue su gran conquista. Ya hemos enunciado lo crucial que es saber exactamente qué tiempo hay que estar apostado, ser tu el que decides cuanto. Estarlo siempre o durante mucho tiempo seguido es lo peor que se puede hacer. Un descuento del 20% y elegir tu el tiempo, o sea donde parar la fase de formación de la campana es fabuloso y técnicamente de una complejidad y astucia matemática notable. No le dieron los casinos, la importancia que tenía y se lo concedieron. Los casinos le consideraban un jugador mediocre, y no tenían ni idea de su apoyo matemático, consideraron caprichos sin mayor trascendencia. Lo principal del ardid del jugador se había conseguido, sin sentarse todavía en la mesa, la trampa como en la película el Golpe estaba en marcha.
Luego fue tenaz y se dedico concienzudamente a equilibrar las ganancias de la campana, las posibilidades de él y las del casino. Si lo conseguía él era el dueño de ella. Recuerden a los pits traders, "el dinero no puede servir a dos dueños".
Sus matemáticos estudiaron perfectamente las condiciones que descompensaban la campana a favor del casino y procuraron una serie de modificaciones que dejará en un 50% a 50% las probabilidades de ganar. Johnson entendió después de 20 años jugando que gambling and playing no era lo mismo, y se motivó y enfocó en lo que tenía que pelear para conseguir ahora su "edge", su ventaja, que le permitiría ser el dueño de la campana. Se debió sentir por primera vez motivado y apoyado. Iba a dar el golpe de mano más fantástico del blackjack conocido, un golpe de película, inédito, y sin contar cartas, entrando de cara al problema y resolviéndolo, con dos pares que se dice.
Consiguió las siguiente concesiones, una tras otra :
- 50.000 $ en fichas nada más entrar al casino para jugar
- Permitirle hacer la apuesta hasta de 100.000 $ sin apuesta mínima
- Poder doblar con cualquier carta, no solo 9, 10 ,ó 11
- Negocio el derecho a que un jugador ante un as y un 6, el as pueda contar tanto como 1 ó como 10, mientras para la banca siempre debería contar 11
Con esto, Johnson prácticamente había equilibrado el margen del casino, estaba 50,1% a 49,9%, pero tenía conseguido sin negociar que las grandes pérdidas tenían una rebaja del 20% y la posibilidad de elegir él, el tiempo de permanencia en el juego.
Los de los casinos, y fueron tres casinos, no se dieron cuenta de la relación entre el porcentaje de probabilidades de pérdidas y ganancias con la obtención de un margen de reducción sobre grandes pérdidas ya ejecutadas. Es verdad, de que esto solo se hacía solo a ciertos jugadores habituados a perder grandes cantidades. De hecho los simuladores de juego que manejaban no debían contemplar esta vinculación, los de los matemáticos de apoyo sí. No es difícil de ver ahora y desde aquí, que si tienes las mismas oportunidades de perder que de ganar, pero cuando pierdes solo lo haces el 80% de lo que ganas, a la larga ganas. Seguramente las rebajas de perdidas computaban en contabilidad general del casino y era una decisión comercial y las probabilidades de ganar y perder estaban desarrollados por técnicos en complejas simulaciones aleatorias futuras de juego tipo Montecarlo, que no introducen estos datos pasados de perdidas rebajadas. Con todas esas reglas modificadas, del blackjack, llegar al número de 50,1 contra 49,9 , tenía ya su trabajo.
El juego estaba descompensado por mucho para Johnson. Él era el dueño de la campana, él era el señor del dinero, los demás solo podían ser súbditos. Había que sentarse cuanto antes a la mesa y ejercer de dueño de la campana, mientras durase el reinado y el ardid.
En el juego del blackjack, hay unas pocas combinaciones, un poco más de una docena, idóneas, en función de la carta que tiene la banca. Johnson solo tenía que ceñirse a eso y no salirse de ahí. Solo tenía que ensayarlo muchas veces y repetir lo mismo en el casino, mientras sus matemáticos simulaban resultados aleatorios y sacaban cartas. Debieron ser días fabulosos todos allí reunidos simulando, actuando y viendo los resultados de apostar con ventaja.
Pero Johnson además puso la guinda al pastel, negocio también que el croupier, operara en función de su sistema de señas, que explico cuales eran, y si se equivocaba el croupier perdía el casino esa mano. Al estar las mesas filmadas, eso era fácil de ver. También accedieron los casinos, su obsesión era las bandas organizadas de universitarios contadores de cartas. Las cámaras por mesa instaladas permitían controlar esto y lo que pedía Johnson no parecía tener problemas aparentes.
Las apuestas de Johnson fueron terribles, de 100.000 $ y la presión sobre el croupier era insoportable. A medida que el casino perdía dinero, los croupiers querían salir pitando de esa mesa y de esa situación inusual. Jhonson se esmero en hacer apuestas rápidas y complicadas y enormes mediante sus señas- La desventaja de la dopamina y la falta de concentración y motivación la traslado al croupier. Johnson era un portento físico además, con sesiones de 12 horas de juego muchas veces. Los croupiers, no podían con la tensión y cayeron en errores de 100.000 $ lo que impulso la ventaja inicial estadística en el juego.
El resultado fue escandaloso, además de una bomba mediática. Johnson fue a 3 casinos en Atlantic City, donde todos aceptaron sus reglas, y en seis meses gano 15 millones de dólares, teniendo días de más de un millón jugando 12 horas.. Desde entonces se le conoce como "la bestia del blackjack". Johnson ha perdido el poder de negociar mas con casinos, pero evidentemente con 15 millones de dólares, te retiras a vivir la vida, además de ser un héroe popular americano. Todo el mundo lo quiere en sus fiestas, así que para divertirse y pasar un rato ya tiene donde ir.