El Alfa de Jensen se define como el diferencial entre la rentabilidad obtenida por un fondo de inversión y la que podría haber conseguido su benchmark. Esto, considerando además el riesgo sistemático (aquel riesgo inherente del mercado) y la ganancia ofrecida por el activo libre de riesgo.
Este indicador es una estadística que se emplea normalmente en las finanzas empíricas para evaluar el rendimiento marginal, que no se explica por factores existentes, sino por una estrategia adicional del administrador del fondo.
Concretamente, el indicador Alfa de Jensen representa la capacidad que tiene la gestora del fondo de inversión para alcanzar un retorno superior al esperado en función del riesgo del mercado. Se trata de una medida estadística de desempeño muy similar al Ratio de Sharpe.
Cálculo del Alfa de Jensen
El indicador Alfa de Jensen, también es conocido como el Índice de Rendimiento de Jensen, ex-post alfa. El Alfa de Jensen se utilizó por primera vez como una medida en la evaluación de los fondos de inversión por los administradores de Michael Jensen en el año 1968.
El retorno CAPM se supone que es "ajustado al riesgo", lo que significa que tiene en cuenta el riesgo relativo de los activos.
Alfa de Jensen = Retornos del Portafolio - [Tasa libre de riesgo + Beta * (Retorno de Mercado - Tasa libre de riesgo)]
O también podemos expresarlo de la siguiente forma:
Donde:
Podemos distinguir dos componentes en la fórmula. El primero es la diferencia entre el retorno del portafolio y el del activo libre de riesgo, mientras que el segundo es la diferencia entre el retorno del benchmark y el del activo libre de riesgo, multiplicado por el Beta.
Si el retorno de un activo es superior a la rentabilidad ajustada al riesgo, conseguiremos un Alfa de Jensen positivo o retornos anormales. Los inversores buscarán fondos de inversión con una mayor Alfa de Jensen.
Valor numérico del Alfa de Jensen
El Alfa de Jensen se utiliza para determinar la rentabilidad anormal de un valor o cartera de valores sobre el retorno teórico esperado.
Los valores Alfa de Jensen positivos indican buen desempeño por parte de la gestora del fondo de inversión. A mayor alfa, más interesante resultará el producto para el inversor.
Los valores Alfa de Jensen negativos indican un desempeño regular por parte de la gestora del fondo de inversión.
Podemos usar este indicador para analizar las mejores carteras, de forma similar al ratio de Sharpe, con la única diferencia de que este usa la desviación típica como medida de riesgo en lugar de la Beta.
Aplicaciones del Alfa de Jensen
El indicador Alfa de Jensen es una herramienta muy útil para el inversor, ya que le permite evaluar el desempeño de una cartera o fondo de inversión, y analizar de este modo la rentabilidad en función de una medida de riesgo.
El Alfa de Jensen se diseñó con la finalidad de determinar el éxito de las gestoras de fondos de inversión, y de este modo ofrecer un criterio de comparación para las carteras que tengan diferentes niveles de exposición al riesgo.
Por lo tanto, el indicador Alfa de Jensen es utilizado para evaluar el rendimiento de los fondos de inversión y comparar la eficacia de distintos gestores. A menudo, se emplea en conjunto con el ratio de Sharpe y el ratio de Treynor.
Ventajas y desventajas del Alfa de Jensen
El indicador tiene algunas ventajas:
Permite comparar el desempeño de dos o más fondos de inversión.
Toma en cuenta el riesgo sistemático, aquel propio del mercado, medido por el Beta.
Considera no solo el rendimiento obtenido por el fondo, sino la rentabilidad en términos reales, al restar el rendimiento libre de riesgo. Recordemos que se esperaría que el fondo ofrezca, al menos, una ganancia superior a la de un activo libre de riesgo, como los bonos del Tesoro de EE.UU.
Sin embargo, el indicador también presenta algunas desventajas:
Mide el rendimiento de la cartera solo en términos relativos, es decir, si el índice de referencia cae, pero la cartera cae menos, el alfa podría ser positivo, aunque el rendimiento de la cartera sea negativo.
Continuando con el punto anterior, al ser un indicador relativo, no permite concluir que el inversor ha conseguido ganancias únicamente al obtener un alfa positivo.
No tiene en cuenta ciertos detalles, como en qué mercados o en qué tipos de activos se está invirtiendo. Puede ser que, dentro de portafolio, existan algunos valores con muy alto riesgo o que la cartera no esté muy diversificada.
Debemos tomar en cuenta que el Alfa de Jensen es como un perfeccionamiento del ratio Alfa, que únicamente es la diferencia entre la rentabilidad del fondo y de su índice de referencia.
Ejemplo de uso de Alfa de Jensen
Supongamos que tenemos dos fondos de inversión y los siguientes datos:
Fondo 1 Rentabilidad anual: 6% Rentabilidad del activo libre de riesgo (el fondo es estadounidense, por lo que aquí tomaremos los datos de los bonos del Tesoro): 2% Rentabilidad del índice de referencia (Dow Jones): 4,5% Beta: 1,2
Fondo 2 Rentabilidad anual: 6,5% Rentabilidad del activo libre de riesgo (el fondo es español, por lo que aquí tomaremos los datos de los bonos españoles): 3,5% Índice de referencia Ibex 35: 5,5% Beta: 0,9
Fondo 1 Alfa de Jensen=(6%-2%)-1,2(*4,5%-2%)=4%-1,2*(2,5%)=0,588%
Fondo 2 Alfa de Jensen=(6,5%-3,5%)-0,9(5,5%-3,5%)=3%-0,9*(2%)=1,49575%
El fondo 2 tiene un Alfa de Jensen superior al del fondo 1. Esto se explica no solo por su mayor rendimiento, sino porque además está asumiendo un menor riesgo sistemático que el indicador de referencia (Cuando Beta es menor a 1 significa que la cartera es menor volátil que su benchmark).