El recorte de tipos por parte del Banco Central de China y la mejora de sus índices PMI refuerza la fortaleza de fondo de la renta variable global. El gigante asiático, China, aporta ha aportado nuevos motivos de optimismo: el sábado se dió a conocer el segundo recorte de tipos de su banco central (en 25 pb, situando el tipo de crédito a un año en el 5,35%) y ayer la subida de los índices PMI oficiales de febrero (una décima el de manufacturas hasta 49,9 y dos décimas el de servicios hasta 53,9).
¿Qué pasa con el Yen?
Ambas referencias han provocado en el día de hoy avances adicionales en las bolsas de Asia y hacen más robusta la fortaleza de fondo de la renta variable global. Con este panorama de apetito de riesgo el yen debe continuar depreciándose dada su condición de "low yield currency" y en este sentido nos parece interesante la coyuntura del par que cruza a la Libra Esterlina (GBP) con el Yen japonés (JPY), el Gbp/Jpy, que apunta hacia máximos de 190 yenes por euro. A parte de la política monetaria ultraexpansiva que está llevando a cabo el Banco Central de Japón, el BoJ, como sabemos las divisas con fuerte superávit por cuenta corriente no tienen necesidad de ofrecer altos tipos de interés para financiarse, y en este sentido el yen historicamente es una divisa que se utiliza como posición vendedora en operaciones de "carry trade".
El apetito por el riesgo con los buenos datos económicos penaliza al Yen y en este sentido desde el país nipón se buscan instrumentos en otros activos de mayor rentabilidad. Según BOA Merrill Lynch, durante el primer semestre de 2014 la salida de capital institucional en Japón equivale a 110 Billones de Dólares Americanos que es el mayor outflow desde 2010. La tendencia de largo plazo sigue penalizando al yen.