Vamos a tratar de ser simplista con esta cuestión y no irnos demasiado por las ramas. El déficit público del año pasado rondará el 8% del PIB, algo más de 80.000 millones de euros, y con el tijeretazo del otro día se prevé un ahorro de 15.000, por lo que siguen faltando otros 65.000 sólo para cubrir la deuda del año pasado, obviando la que se generará en 2012 y puteando al españolito de a pie.
Teniendo en cuenta los gastos del Estado español en los últimos años es obvio que hay que seguir metiendo la tijera, pero con más cojones y no necesariamente subiendo impuestos. Un cirujano de hierro propondría, por ejemplo, continuar por aquí:
- Gasto anual de mantener a la Iglesia: 5.000 millones.
- Ministerios inútiles, sindicatos y partidos políticos: 20.500 millones.
- Dejar de dar ayudas al tercer mundo para evitar convertirnos en tercer mundo: 4.000 millones.
- Ley de memoria histórica, subvenciones a los de la ceja, embajadas de CC.AA y otras gilipolleces de los últimos años de ZP: 210 millones.
- Listado de gastos totalmente superfluos y absurdos actualizado día a día: INCALCULABLE.
Ante esta situación la pregunta es obvia: ¿se encuentra el Estado español en posición de devolver su deuda sin generar deuda nueva? Más fácil aún: de los 350.000 millones anuales a los que ha ascendido el gasto público español en los últimos años, ¿es posible recortar 80.000 millones/año y que la estructura básica del país se mantenga en pie? Dos opciones:
- Sí se puede: en tal caso hay que suspender todos esos gastos inútiles y banalidades de las que se habla más arriba e incluir un recorte importante en el sistema de pensiones. ¿Hay cojones? No.
- No se puede: default inmediato y que Dios nos coja confesados. Alargar la agonía sería como intentar curar el cáncer con aspirinas infantiles.
Que no os engañen, no existen otras alternativas. El problema es de primero de bachirllerato y la obviedad resulta tan simple que acojona enfrentarla.