Antes de concretar mi cartera de fondos para el último trimestre del año, es conveniente saber dónde nos encontramos y más importante aún, hacia dónde nos encaminamos (si es posible saberlo y no errar), para hacer una composición de riesgo recompensa acorde con nuestro objetivo del 8% anual que este año lo tenemos prácticamente conseguido.
- Los organismos internacionales continúan con las revisiones a la baja del crecimiento económico mundial y de una forma generalizada. Por no salvarse ni España que hasta hace poco parecía una isla. Esto es importante porque a medio plazo las ganancias empresariales tienen una relación importante con el crecimiento económico cuyo único sostén es el consumo americano. Para mí los bastiones del crecimiento (China ¿5%?, India y emergentes) son las claves para el futuro.
- El débil crecimiento económico, los recortes sociales y la inflación controlada han apoyado políticas, mejor dicho experimentos, llevando a los tipos de interés a niveles negativos y donde el bono griego cotiza por debajo del americano, entre otras aberraciones.
- El comercio mundial crece menos que el PIB mundial, lo que conduce a una ralentización del mismo y afectando a los emergentes y a Alemania principalmente.
- Como la guerra comercial, mejor dicho política, para ver quién gobierna el mundo en las próximas centurias, está lejos de solucionarse, poco extrañaría que esta disputa nos condujera a una guerra de divisas para salvaguardar exportaciones y mercados.
- Factores geopolíticos como el Brexit, ataques a fuentes de energía, impeachement, populismos... adquieren mayor importancia cuando la economía no crece.
- Pero no todo es negativo. La inflación controlada y el sector privado bastante más saneado que en la última crisis, pueden paliar los efectos de la ralentización.
¿Cuáles son los riesgos que veo?
- Una mayor inflación causada por el incremento salarial en USA y por la guerra comercial, daría al traste con nuevas bajadas de tipos que el mercado espera.
- Riesgo de liquidez en el mercado de bonos, repos y ETFs.
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Pérdida de confianza en las autoridades políticas y principalmente en el cuestionamiento de las nuevas modernas teorías monetarias que justifican la máquina de hacer billetes y de emitir deuda ilimitadamente. Las dimisiones de los representantes alemanes en el BCE, parecen ir por ese camino.