La filosofía "value" trata de obtener, por medio de diferentes modelos y aproximaciones, un valor real lo más aproximado posible para una empresa cotizada y compara éste con el valor asignado por el mercado a dicha empresa. Cuando se da una clara diferencia entre valor y precio con un margen de seguridad en las estimaciones, se compra, venga el valor de donde venga, tanto si el valor acaba de subir en el mercado un 50% como si acaba de caer en ese mismo porcentaje el día anterior.
La dificultad y también la principal debilidad del método para aplicar esta filosofía de inversión en la gestión de las carteras radica en el primer punto: la determinación de un valor real y objetivo de una determinada empresa. No me voy a extender ahora en los métodos de valoración que se usan. Si os diré que algunos de los que yo utilizo personalmente os llamarían la atención por su extraordinaria simplicidad y no por ello dejan de ser eficaces, pero eso será objeto de otro artículo futuro.
Lo más llamativo y a la vez criticado, es que el gestor "value" hace su propia estimación "pasando olímpicamente" de la valoración que otorga el mercado en la cotización. Es difícil valorar una empresa y ver como la cotización cae muy por debajo de esa valoración y comprar confiando ciegamente en esa "ineficiencia" del mercado cuando muchas veces el valor está en lo que los técnicos llaman "caída libre".
Me llamó mucho la atención en el blog de mi admirado amigo Jose María Díaz Vallejo un comentario que hizo al respecto de comprar valores en caída libre y el consabido dicho del mundillo del análisis técnico de que es algo que nunca se ha de hacer pues es como "coger un cuchillo afilado en plena caída". José María comentaba que si el cuchillo se sabe que es de plata, ¡hay que cogerlo!
Como ya he comentado, el principal ataque hacia este sistema de gestión radica en que cuando menos parece soberbio pensar que "mis simples métodos de valoración son más eficaces que millones de personas asignando el precio objetivo a una empresa" y realmente cuando menos parece de una soberbia impresentable. Sin embargo la experiencia nos dice que es un método tremendamente eficaz a juzgar por los resultados de los mejores gestores de la historia y la razón es que el mercado se equivoca en muchísimas ocasiones sobre-reaccionando tanto al alza como a la baja y descontando cosas que luego no ocurren como las multimillonarias ganancias de las .com que luego nunca llegaron. Nunca se me olvidará haber visto cotizar a una empresa que nunca llegó a ganar un duro, Terra, con una capitalización superior a la que tenía Endesa, la por entonces mayor eléctrica española. Todos sabemos cómo evolucionaron luego ambas cotizaciones con el tiempo.
Y es que el mercado sí se equivoca "valorando" y se equivoca mucho y lo hace porque en el mercado en el corto plazo intervienen muchos elementos psicológicos y emocionales mientras que en el largo plazo siempre prima el valor real de los activos y la capacidad de la empresa por generar dinero.
En los tiempos que nos ha tocado vivir en los mercados financieros creo que estamos precisamente ante el paraíso de un inversor "value". Difícilmente se pueden encontrar mejores condiciones para crear una cartera con vistas al largo plazo ya que los descuentos de algunas cotizaciones y el escenario que éstas reflejan de caídas de beneficios son casi apocalípticos.
Ante ayer dio resultados Wells Fargo, uno de los pesos fuertes de la cartera de Warren Buffett. Su cotización, previamente y al igual que lo ocurrido con toda la banca americana, se había desplomado casi un 50% desde sus máximos y por supuesto Warren Buffett, fiel a sus principios no había ejecutado ningún stoploss. Lo ocurrido tras dar unos resultados que se pueden calificar como mediocres se puede ver en esta gráfica:
Una subida del 50% a resultas de lo cual cabría preguntarse qué escenario tan catastrófico descontaba el mercado de los resultados del banco para acoger unos datos "normales" con semejante subida.
Ayer ya fue el colmo con Wachovia. En 3 meses el banco ha acumulado una pérdida de 8662 millones de dólares y adicionalmente anunciaron un recorte del 80% del dividendo y con semejante panorama sus acciones se dispararon un 32% al alza en la sesión para continuar subiendo hoy. No quiero ni pensar qué escenario descontaba el mercado con las terroríficas bajadas previas de estas acciones si con semejantes resultados tuvo esa subida.
Estos ejemplos ponen a las claras la sobrerreacción del mercado en un sentido y en otro y la arbitrariedad de los movimientos de las acciones en el corto plazo y cómo dichos movimientos de sobrereacción nos brindan claras oportunidades de comprar buenas compañías a precio de saldo.
En el mercado hay actualmente valoraciones que me llaman muchísimo la atención por lo absurdas. Veamos algunos ejemplos:
Iberia:
La empresa tiene en caja 2.400 millones de euros y su capitalización tras el desplome sufrido asciende a 1.400 millones de euros. Es como comprar un coche con 2.400 euros en la guantera y te lo venden por 1.400 euros. El coche lo puedes tirar y quedarte con el dinero y ganarías "una pasta" . Otro cosa para hacer con el coche es desguazarlo. Resulta que el coche por piezas vale 2.000 millones de euros (book value valor contable de Iberia a la fecha).
¿Qué clase de panorama descuenta el mercado para semejante valoración? Se podría objetar algo si Iberia perdiera dinero pues entonces se podría pensar que el dinero "de la guantera" se esfumaría con la propia actividad de la empresa, pero no es así. Iberia va a ganar este año cerca de los 100 millones de euros a pesar del crudo y del panorama recesivo que se respira.
Seguramente el mercado descuenta un panorama de crudo a 200 o 400 dólares (sí, así es, he oído esa cifra en varios comentarios de foros) y una recesión apocalíptica porque si no, no se explican estos precios.
BME:
En su día ya analizamos esta empresa. Los flujos de capital y la comisión de intermediación de la bolsa, hace que sea fácilmente cuantificable cuánto va a ganar esta empresa en función del volumen negociado en la bolsa española. A su vez, este volumen depende muy mucho lógicamente de los niveles de cotización de las empresas. Cuanto más altas son las cotizaciones más volumen de dinero para un mismo paquete de acciones vendidas. Pues bien, la cotización de BME a 20 euros tras sufrir un varapalo de escándalo, más o menos descontaba el siguiente panorama. Volúmenes correspondientes a un ibex a 8000 puntos durante varios años en ese nivel, además de un impacto fuerte por la normativa nueva MIFID. Os dejo juzgar a vosotros la verosimilitud de este escenario.
Sol Melia:
Solo os doy un dato. La empresa cotiza ahora a niveles de 1996 tras bajar desde los 19 a los 6 euros, si bien gana 10 veces más dinero que entonces y cuenta con medio centenar de hoteles más en sus activos. ¿Qué clase de panorama descuenta la bolsa que va a ocurrir para que sus beneficios retrocedan a los de hace más de 10 años e ignore sus nuevos activos?
BMW:
Esta compañía ha publicado un crecimiento de venta de coches de un 5% en el primer semestre del 2008. Actualmente la compañía vale en Bolsa 15.000 millones de euros pero tiene en caja la friolera de 13.000 millones netos. Eso significa que estamos pagando sólo 2.500 millones por una de las mejores marcas de coches a nivel mundial, que genera 3.000 millones de euros de Cash-flow todos los años. Esto supone que BMW cotiza actualmente a un PER de 0,8 veces.
¿Os imaginais comprar una compañía que con los beneficios de un año se pague a si misma? ¿Os imagináis comprar una casa que, con los beneficios del alquiler de un único año ya se amortizara?
Os he puesto estos ejemplos pero os podría poner unos cuantos más y es que, como he dicho antes, creo sinceramente que estamos en el mejor escenario posible para un inversor "value". Lo único que tenemos que hacer es comprar estas compañías con un enorme descuento y esperar mientras disfrutamos de sus dividendos. Tarde o temprano precio y valor convergerán pues las locuras en bolsas son siempre pasajeras, tanto por arriba como por abajo como lo fue con Terra y Endesa en su día.
Saludos!