Cómo crear tu propia cartera de inversión pasiva paso a paso
Cómo crear tu propia cartera de inversión pasiva paso a paso
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Invierte sin complicaciones: aprende a crear tu cartera indexada pasiva paso a paso. Descubre cómo elegir fondos indexados y ETFs para replicar el mercado y gestionar tus inversiones de forma sencilla y rentable.
¿Quieres invertir sin grandes quebraderos de cabeza ni dedicar enormes cantidades de tiempo a tu cartera? En ese caso la inversión indexada pasiva a través de fondos indexados y/o ETFs reúne todas las características que estás buscando.
En este artículo aprenderás a crear tu propia cartera de inversión indexada pasiva paso a paso, desde qué productos elegir hasta los fondos indexados y ETFs que puedes usar y la plataforma con la que hacerlo.
¿Qué es la inversión pasiva?
Antes de entrar de lleno en cómo montar tu cartera indexada vamos a repasar las bases de este modelo de inversión, sus ventajas y desventajas. Si ya tienes claro en qué consiste y que es para ti, puedes saltar directamente al siguiente punto y empezar tu camino.
Si no es tu caso, te explico. La inversión indexada pasiva es una estrategia que consiste en replicar los índices del mercado. En otras palabras, tratar de imitar el comportamiento general del mercado en lugar de intentar superar su rendimiento, que es lo que tratan de hacer
-sin mucho éxito- las estrategias de gestión activa.
¿Qué es la inversión pasiva?
La idea que principal de todo esto es que, a largo plazo, los gestores activos no son capaces de batir al mercado en su conjunto y, además, cobran comisiones más altas por intentarlo.
Para que te hagas una idea, según el informe SPIVA, que compara los fondos de gestión activa vs pasiva, apenas un 7% de los fondos activos lograron superar su índice de referencia, el S&P 500 en 15 años. Si usamos el rango temporal de 10 años, entonces solamente un 10.3% lo logra. Y a 5 años un 17%.
En periodos de un año la cosa mejora un poco, pero no avasalladoramente, ya que el porcentaje de fondos activos que superan al índice sube a 21.35%. Estos datos ilustran algo, que en el corto plazo un poquito mas de fondos activos pueden obtener mejores rendimientos, pero estos van desapareciendo conforme pasa el tiempo.
Para que un inversor obtenga un buen desempeño con fondos activos necesita que se cumplan dos condiciones importantes: el momento de entrada y salida preciso, y escoger el fondo correcto. Estas condiciones no son necesarias si se invierte de forma indexada pasiva.
Fondos activos Vs indexados pasivos
Para poder obtener una buena rentabilidad con fondos activos tendrías que ser capaz de identificar los mejores en cada momento y hacer cambios constantes en la cartera. Es decir, una estrategia de inversión que es del todo menos pasiva.
Además, por pura probabilidad, tenemos las cosas en nuestra contra. Imagina que tienes una probabilidad de éxito del 80% para encontrar el mejor fondo, y también del 80% para adivinar el momento de comprar y otro 80% para saber precisamente cuando salirte a tiempo. La probabilidad conjunta de estas tres decisiones es la multiplicación de 0.80*0.80*0.80 que es igual a 51%, es decir, casi como tirar una moneda al aire.
Con una cartera de inversión indexada pasiva con fondos indexados y/o ETFs podrás gestionar tus inversiones a largo plazo de forma mucho más sencilla, con menos tiempo y usando una estrategia probada que ha servido en los peores momentos de la Bolsa.
Es más, para una cartera esquemática te bastaría con tener simplemente dos ETFs o fondos globalmente diversificados. Uno para Renta Variable y otro para Renta Fija.
👉 Si te sientes perdido y quieres ampliar conocimientos, en el Curso Gestión Pasiva tienes las claves para entender este mercado y crear tu cartera paso a paso.
¿Cómo invertir de forma indexada?
Básicamente hay dos formas de empezar a invertir de manera indexada, igual que de hacerlo en bolsa: con ayuda o sin ella.
Con ayuda de un asesor roboadvisor
Esta es la fórmula más sencilla de convertirte en inversor indexado pasivo y también la más fácil de gestionar. Consiste en dejar que un asesor gestione tu dinero a través de una estrategia de inversión en fondos indexados.
Las entidades encargadas de hacerlo se denominan roboadvisors o gestores automatizados de inversiones. Se trata de gestores altamente especializados que crean y gestionan carteras de fondos indexados para diferentes perfiles de riesgos.
Para invertir en uno de ellos sólo tienes que realizar un test de idoneidad, que usarán para determinar tu perfil como inversor y ofrecerte una de sus carteras indexadas ya armadas. En él, habrá preguntas sobre tu patrimonio, experiencia de inversión, ingresos, aversión al riesgo. A modo de ejemplo, aquí puedes ver el de Indexa Capital.
Una vez rellenes el test y aceptes su propuesta, el roboadvisor se encargará de la gestión de tus inversiones, desde las aportaciones periódicas (muy recomendables) hasta los rebalanceos. Tú no tendrás que hacer nada como inversor, mas que seguir el plan y prepararte psicológicamente con antelación para las vacas flacas.
Eso sí, este servicio incluye una pequeña comisión de gestión que ronda el 0,45% anual dependiendo del roboadvisor y de la cantidad que inviertas. Es decir, que por invertir 10.000 euros pagarás 45 euros al año.
Esta es la opción para quienes quieren gestionar todo ellos mismos, bien porque quieren aprender a invertir o porque quieren ahorrarse la comisión de gestión.
Obviamente esta alternativa es para quienes quieren y tienen el tiempo de estudiar, leer y formarse sobre el tema para poderse armar una cartera a la medida. Además de dedicar unas cuantas horas al año todos los años para hacer las aportaciones y rebalanceos.
La ventaja obvia es que con tu propia cartera de fondos indexados eres tú quien elige cómo y en qué inviertes, es decir, te haces un traje a la medida de tus cisrcunstnacias y objetivos, en lugar de usar una plantilla de cartera que puede no cumplir con todas tus necesidades. Además, te ahorras pagar la comisión de gestión.
La desventaja es que te consumirá más tiempo que contratar un roboadvisor y que el coste de los fondos indexados puede ser mayor porque tú no podrás acceder a clases institucionales.
Cómo montar tu propia cartera paso a paso
¿Cómo funciona una cartera indexada? De forma muy parecida a una cartera de inversión en fondos activos. La diferencia radica principalmente en el enfoque de la inversión (pasiva vs activa), en los productos que va a utilizar y en cómo hacer el seguimiento.
En cualquier caso, lo que apenas cambia son los pasos para ponerla en marcha que se pueden resumir en:
Establecer tu perfil como inversor
Definir tu horizonte temporal
Objetivo de Inversión
Decidir la distribución de activos y elegir los fondos que la compondrán
Realizar las aportaciones y rebalanceos
En total bastan 5 pasos para crear tu cartera indexada. Ahora vamos a ver cada uno en detalle.
Esta es quizás el paso más importante de todo el proceso. Y es que, tu perfil como inversor determinará el riesgo de tu cartera y la volatilidad que puedes soportar. De aquí se desprende el cómo y en dónde vas a invertir tu dinero.
A mí me gusta dividir el perfil en Riesgo y Volatilidad, porque aunque están relacionadas no son lo mismo.
La volatilidad es el vaivén de los precios de los activos financieros en el corto plazo. El riesgo que algo suceda y nos haga perder capital de forma permanente o que ya no tengamos el tiempo suficiente para esperar a que se recupere. Estos perfiles nos ayudan a saber qué ponderaciones debemos tener de RV y RF.
También hay otros elementos importantes como:
El horizonte temporal.
El objetivo de inversión o la rentabilidad esperada, cuánto esperas ganar.
Tus conocimientos financieros o tu situación financiera general.
La estabilidad de tus ingresos.
Con todos estos elementos se obtiene un perfil de riesgo y volatilidad acorde a ti y que servirá para establecer tu cartera de inversión y la distribución de activos.
👉 Si lo prefieres, todos los roboadvisors te harán un test inicial para determinar tu perfil como inversor y ofrecerte una cartera acorte que puedes usar como orientación. Aquí tienes el de Indexa Capital y el de MyInvestor.
Escoger la composición de la cartera por tipos de activos: el asset allocation
Esta es la parte donde decidirás qué peso tendrá en tu cartera cada tipo de activo. Estas ponderaciones deben de ir en sintonía con todo lo anterior.
Por ejemplo, si tenemos un horizonte temporal muy largo y además tenemos un perfil agresivo, entonces podríamos tener un gran peso en Renta Variable, y viceversa si nuestro horizonte es corto y nuestro perfil conservador.
De forma muy, muy esquemática, una cartera indexada (y cualquier cartera en general), se compone de dos elementos:
Una parte de renta fija, que se supone que es menos volátil y, por lo tanto, menos arriesgada. Y en las carteras indexadas pasivas es nuestro amortiguador.
Una parte de renta variable, que es la que invierte en bolsa y es la que marca el nivel de riesgo de la cartera.
A estos activos básicos después se pueden sumar otros como el oro, inversión inmobiliaria vía REITs o la liquidez mediante fondos monetarios, por ejemplo.
Como norma general, cuanto mayor sea el porcentaje de renta variable, mayor riesgo asumirá la cartera y viceversa.
Para escoger el porcentaje de cada uno de ellos deberás usar tu perfil de riesgo. Si lo hiciste con un roboadvisor tendrás una idea clara de cómo debe ser esta distribución de activos. En caso contrario, hay diferentes estrategias para determinar este asset allocation o distribución de activos.
Una de ellas es seguir la regla del 120, con la que solo tienes que restar tu edad a 120 y ese será el porcentaje a invertir en renta variable. Por ejemplo, si tienes 25 años, un 95% de tu cartera estará en renta variable.
También puedes guiarte por los modelos de distribución que usa Vanguard, una de las mayores gestoras de ETFs y fondos indexados. Con ellos verás el rendimiento estimado para cada modelo de cartera a lo largo de los años.
También puedes hacer simulaciones con herramientas como portfoliovisualizer.com, que te dirá la evolución pasada de la cartera de fondos indexados que quieres crear.
De hecho, te será muy útil a la hora de ver el rendimiento que ofrece según el fondo o ETF que escojas. Y de esta forma te puedes preparar mejor para esos peores momentos.
Elegir los Fondos indexados o ETFs para tu cartera
El siguiente paso para crear tu cartera indexada es escoger los materiales. En otras palabras, los fondos o ETFs que van a formar parte de la misma.
Ambos son productos indexados y ambos replican índices, pero existen diferencias que hacen que hacen que en España sea más eficiente desde un punto de vista fiscal utilizar fondos indexados.
De forma muy resumida, un fondo indexado funciona como un fondo de inversión y un ETF lo hace como una acción. Esto se traduce en que:
El coste de los ETF, variedad y flexibilidad es mejor que la de los Fondos, pero su fiscalidad es peor.
Los fondos indexados pueden ser más caros y hay menos oferta, pero permiten un diferimiento fiscal que ayuda a la hora de rebalancear la cartera.
Pero se pueden tener ambos instrumentos dependiendo de la cartera que queramos armar. Después habría que decidir cuáles utilizar para nuestra cartera. Para elegir, puedes usar este artículo que reúne los mejores fondos indexados para invertir desde España.
Para terminar de entenderlo, vamos a ver un ejemplo muy básico de cartera indexada. La composición de la cartera va a ser la clásica 60/40 con un 60% invertido en renta variable y un 40% en renta fija, que tiene un riesgo medio y no sufrirá tanto en mercados bajistas (en teoría).
La ventaja de tener una cartera indexada es que bastan dos fondos indexados para cubrir ambas posiciones. La razón es que hay fondos indexados que replican el comportamiento entero del mundo y otros que hacen lo propio para el mercado de bonos.
Para escoger un fondo indexado puedes fijarte en su TER o Total Expense Ratio, que mide su coste global y en su tracking error para saber cuánto se desvía del índice al que replica.
Si quisiésemos tener exposición a países emergentes podríamos utilizar el MSCI ACWI en lugar del MSCI Word o incluir un fondo más para el porcentaje de la cartera de renta variable y lo mismo con cualquier otro cambio.
Después bastaría con probar esta cartera en una herramienta como portfolio visualizer para ver cuál habría su rendimiento. La siguiente tabla muestra el desempeño desde el 2016 de este portafolio:
Desempeño 60/40
Tal y como ya he sugerido arriba, aparte de la clásica 60/40, los Fondos y ETFs también sirven para crear otro tipo de carteras que sigan estrategias como la Cartera Permanente, el All Weather portfolio de Ray Dalio, Golden Portfolio o similares.
La siguiente tabla muestra los retornos antes y después de inflación para diferentes carteras modelo indexadas:
Retornos Carteras Modelos Indexadas
Empezar a invertir: elige con quien hacerlo
El último paso para poner en marcha tu cartera pasiva indexada es elegir bróker o banco y comprar los fondos o ETFs.
En España vas a encontrar variedad de opciones. Si quieres combinar tu propia cartera pasiva con un roboadvisor, MyInvestor cuenta con las dos opciones y destaca por ser uno de los más baratos del mercado.
Otras alternativas para quienes no quieren pagar retrocesiones son EBN Banco e Ironia Tech. Lo importante en cualquier caso es que escojas una plataforma que te resulte fácil de usar y con costes resumidos. Si lo que realmente buscas es el roboadvisor líder de mercado tienes a Indexa Capital.
Una vez hayas empezado a invertir sólo quedará realizar el seguimiento de la cartera pasiva, lo que se traduce en aportar más dinero periódicamente y realizar los rebalanceos cuando sea necesario. De hecho, es un sistema especialmente diseñado para realizar aportaciones periódicas.
Una de las ventajas de la gestión pasiva es que no necesitas invertir grandes cantidades para ponerla en marcha ni tampoco grandes conocimientos ni demasiado tiempo para estarla monitoreando o analizando los Fondos o ETFs.
Si inviertes con un roboadvisor, él se encargará de todo. En caso contrario, tendrás que hacerlo tú por tu cuenta. En este punto tienes dos alternativas:
Invertir cada periódicamente para mantener la ponderación inicial de cada activo.
Usar las aportaciones para hacer los rebalanceos de cartera.
La primera opción es la más simple: compras el porcentaje de cada activo que corresponda. El único hándicap es que eso puede marcar la cantidad que debes invertir cada mes o el máximo de fondos que puedes o quieres llevar en tu cartera.
Para que lo entiendas mejor, si vas a aportar 50 euros cada mes, puede que no sea capital suficiente para comprar todos los activos de tu cartera y entonces será mejor que ahorres esas aportaciones y las inviertas cuando la cantidad sea menor.
La segunda opción consiste en aprovechar las aportaciones para rebalancear tu cartera. Rebalancear no es más que llevar los pesos de tu cartera a su composición original. Con el paso del tiempo, la distribución de tu cartera irá cambiando por la simple evolución del mercado. Puede que la renta variable suba mucho más que la fija y eso hará que la ponderación de cada parte se descompense.
Por ejemplo, para una cartera 60/40 el porcentaje en renta variable puede pasar al 70% y el de renta fija al 30% si la bolsa sube mucho. Esa nueva distribución ya no responderá a tu planteamiento inicial y te tocará devolver la cartera a sus pesos iniciales. Esto es así para que no te quedes con una cartera que ya no está en sintonía con tu perfil.
Para hacerlo puedes traspasar una parte de la catera de renta variable a la de renta fija o aprovechar tus aportaciones para recuperar el equilibrio. Es decir, sumar esos 50 € que inviertes cada mes a la parte de la cartera que haya caído más. En este caso, habría que invertir ese dinero en la parte de renta fija.
Rebalancear la cartera una o dos veces al año o cuando haya una gran desviación sobre sus pesos originales es importante para que el riesgo siga en línea con el de tu perfil como inversor.
Así es como se construye y se gestiona una cartera pasiva.
Si tienes cualquier duda, puedes preguntar en el artículo o en el foro y estaremos encantados de ayudarte.
También puedes profundizar más con el Curso de Gestión Pasivao empezar tu camino como inversor indexado.
En primer lugar, gracias por el artículo. Desearía conocer en mayor detalle las limitaciones que un inversor particular se puede encontrar a la hora de contratar fondos en relación a un inversor institucional. Clases de fondo no accesibles, importes mínimos de contratación, comisiones de entrada/salida, etc
Estás diferencias pueden aconsejar el uso de un roboadvisor con sus comisiones en lugar de construirse uno mismo la cartera?