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¿Cómo funciona una cartera automatizada de ETFs?

¿Cómo funciona una cartera automatizada de ETFs?

 Las carteras automatizadas de ETFs representan una revolución en la gestión de inversiones, ya que democratizan el acceso a estrategias financieras sofisticadas para una amplia gama de inversores.

Gracias a la fusión de tecnología avanzada y principios de inversión suficientemente probados, estas carteras ofrecen una solución eficiente para aquellos que buscan diversificar su patrimonio, optimizar rendimientos y minimizar costos, sin necesidad de dedicar incontables horas al estudio del mercado o a la gestión activa de sus inversiones

Pero, ¿sabes qué son estas carteras automatizadas de ETFs y cómo funcionan? A continuación, te explicamos todo lo que debes saber.

¿Qué es una cartera automatizada de ETFs?


Una cartera automatizada de ETFs (más conocidos como Exchange-Traded Funds o, simplemente, fondos cotizados) es una colección de fondos cotizados en bolsa gestionada mediante tecnología de automatización financiera. Este tipo de cartera utiliza algoritmos y plataformas de roboadvisors para seleccionar, comprar y gestionar ETFs de acuerdo con los objetivos de inversión, tolerancia al riesgo y horizonte temporal del inversor.

La principal ventaja de las carteras automatizadas de ETFs es que simplifican el proceso de inversión, haciendo que sea accesible para inversores de todos los niveles de experiencia y con diferentes cantidades de capital para invertir. Los ETFs, por su parte, ofrecen diversificación instantánea, ya que cada fondo puede contener cientos o miles de activos o valores diferentes, entre los cuales se incluyen acciones, bonos o una mezcla de diferentes tipos de activos.

Principales características de las carteras automatizadas de ETFs


Entre las principales características de los ETFs se encuentran las siguientes:

  • Automatización: La selección de ETFs y la gestión de la cartera se realizan automáticamente basándose en algoritmos, lo que reduce la necesidad de intervención manual y ayuda a mantener una estrategia de inversión disciplinada.
  • Personalización: Los inversores pueden establecer sus preferencias en términos de riesgo, objetivos y horizonte de inversión, permitiendo que la plataforma ajuste la cartera de ETFs para alinearla con estas necesidades.
  • Diversificación: Al invertir en una amplia gama de activos a través de los ETFs, las carteras automatizadas ayudan a dispersar el riesgo, lo cual es fundamental para la gestión eficaz de la inversión.
  • Bajos costes: Los ETFs generalmente tienen ratios de gastos bajos en comparación con los fondos de inversión tradicionales, y las plataformas automatizadas a menudo ofrecen tarifas más bajas que los asesores financieros personales.
  • Acceso y conveniencia: Las plataformas de inversión automatizada están disponibles en línea, ofreciendo a los inversores la posibilidad de revisar y ajustar sus carteras en cualquier momento y desde cualquier lugar.
  • Rebalanceo automático: Las carteras son monitorizadas continuamente y ajustadas automáticamente para mantenerse alineadas con la asignación de activos deseada, asegurando que la cartera no se desvíe de su perfil de riesgo objetivo a lo largo del tiempo.

¿Cómo se construye una cartera automatizada de ETFs?


Aunque la forma en la que habitualmente se construye una cartera de ETFs difiere en función del intermediario, del gestor y del partícipe, algunos de los pasos fundamentales son los siguientes:

  1. Definición de objetivos y perfil de riesgo: El primer paso en la construcción de una cartera de ETFs es determinar los objetivos financieros y la tolerancia al riesgo del inversor. Esto incluye evaluar el horizonte de inversión, las necesidades de liquidez y la capacidad de asumir fluctuaciones en el valor de la inversión. Esta etapa es fundamental para personalizar la cartera según el perfil de cada inversor.
  2. Selección de ETFs basada en criterios específicos: para elegir los ETFs, la mayoría de intermediarios utiliza una serie de criterios específicos. Por ejemplo, Mintos utiliza los siguientes a través de su producto Mintos Core ETF:
    • Reputación del emisor: se prioriza la selección de ETFs emitidos por entidades con reconocimiento global y un historial probado de gestión de activos. Marcas como iShares, Amundi, o Vanguard son ejemplos de emisores que ofrecen confianza y experiencia.
    • Tamaño y duración del ETF: Los ETFs elegidos deben contar con una base sólida de activos gestionados y una presencia prolongada en el mercado, indicadores de estabilidad y liquidez, reduciendo el riesgo de discontinuación.
    • Eficiencia en costes: Se da preferencia a los ETFs con ratios de costes totales (TER) bajos para asegurar que los costos menores contribuyan a una mejor rentabilidad a largo plazo.
    • Cumplimiento normativo: Solo se incluyen en la cartera los ETFs que cumplen con regulaciones estrictas, como las normativas UCITS, garantizando protección y transparencia para el inversor.
    • Eficiencia fiscal: Se seleccionan ETFs domiciliados en jurisdicciones con ventajas fiscales para optimizar el tratamiento de los dividendos y las ganancias de capital, mejorando así la rentabilidad neta.
    • Bajo error de seguimiento (tracking error): Es esencial que los ETFs seleccionados sigan de cerca a sus índices de referencia, minimizando el error de seguimiento.
    • Estrategia de distribución de dividendos: Los ETFs de acumulación, donde los dividendos se reinvierten, son preferidos para beneficios fiscales y compuestos.
    • Método de replicación: Se favorecen los ETFs que emplean replicación física, minimizando los riesgos asociados a la replicación sintética.
  3. Ajuste y personalización de la cartera: Una vez seleccionados los ETFs, se ajusta la proporción de cada uno en la cartera para alinearla con el perfil de riesgo y los objetivos del inversor. Esto puede variar desde una ponderación más alta en ETFs de bonos para perfiles conservadores, hasta una mayor exposición a ETFs de renta variable para perfiles con mayor tolerancia al riesgo.
  4. Control y rebalanceo regular: La cartera requiere monitoreo continuo y rebalanceo periódico para asegurar que se mantenga alineada con los objetivos de inversión y adaptarse a los cambios en el mercado. Esto incluye ajustar las ponderaciones de los ETFs en respuesta a las fluctuaciones del mercado y revisar la cartera para incorporar nuevos ETFs que puedan ofrecer mejores oportunidades.

La importancia del largo plazo y la gestión pasiva


La principal característica de los ETFs es su preferencia por la gestión pasiva. Este enfoque de inversión consiste, básicamente, en replicar el comportamiento de uno o varios índices bursátiles, como el S&P 500 o el MSCI World, entre otros. Hay que tener en cuenta que la mayoría de fondos de inversión no consiguen superar la rentabilidad del mercado, máxime si se tiene en cuenta que los instrumentos de gestión pasiva son más baratos en términos de costes.

Esta estrategia es especialmente eficiente si se combina con un enfoque a largo plazo que permite, por un lado, resistir las inevitables fluctuaciones del mercado a corto plazo y, por otro, aprovecharse de todo el potencial del interés compuesto.

La filosofía de largo plazo y gestión pasiva constituye una estrategia ganadora y, sobre todo, simplifica el proceso de inversión, ya que no requiere el constante análisis de mercado o la selección activa de acciones. Esto reduce la necesidad de tomar decisiones frecuentes sobre la cartera, permitiendo a los inversores centrarse en sus objetivos a largo plazo sin preocuparse por el "ruido" del mercado a corto plazo.

Los ETFs, por naturaleza, son uno de los mejores instrumentos para conseguirlo, ya que ofrecen una diversificación instantánea, repartiendo el riesgo a través de una amplia gama de activos. Este enfoque reduce el impacto negativo que podría tener el mal desempeño de una sola inversión en la cartera global. La gestión pasiva mantiene esta diversificación sin la necesidad de ajustes constantes.

Uno de los productos que mejor se ajustan a esta filosofía es el Mintos Core ETF, que se adapta a diferentes perfiles de inversor, al equilibrar riesgo y rentabilidad. El enfoque en el crecimiento pasivo a largo plazo, junto con la diversificación, lo posicionan como una base estable para cualquier cartera. A partir de tan solo 50 EUR, Mintos Core ETF permite que todo el mundo pueda iniciar su recorrido como inversor.

Quizás te parezca que invertir 50 € al mes en ETFs no merece la pena. Nada más lejos de la realidad. Por un lado, 50 € es infinitas veces más que cero y, cuando se trata de inversión, lo más importante es empezar, aunque sea con poco.
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Por otro lado, gracias al interés compuesto y la constancia de las aportaciones periódicas, el resultado puede ser mucho mayor del que tienes en mente. 

A modo de ejemplo, si inviertes 50 € en ETFs todos los meses con una rentabilidad constante del 4%, al cabo de 10 años tendrás 7.461 €. Espera 25 años y habrás juntado 25.927 €. 

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Esa es la magia de la inversión periódica en ETFs. Con muy poco, puedes conseguir mucho. 

Y si en lugar de un 4%, la rentabilidad sube al 6%, en 10 años tendrás 8.325 € y en 25 años 35.046 €. Y todo con 50 € como punto de partida. 
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Como ves, lo más importante es empezar, aunque sea con poco. Después tu constancia y el tiempo harán el resto.

El valor de su inversión puede subir o bajar. Podría perder parte o la totalidad del dinero invertido 

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