El Futuro de los ETFs: Innovación, Crecimiento y Desafíos

 

Los Exchange-Traded Funds (ETFs) han transformado la manera en que los inversores acceden a los mercados financieros. Desde su creación en los años 90s, los Fondos cotizados han evolucionado desde ser herramientas simples para replicar índices muy conocidos hasta convertirse en vehículos para hacer trading, coberturas y otras estrategias sofisticadas que antes eran inaccesibles para la mayoría. En este artículo, trataré de atisbar las principales tendencias que impulsarán el futuro de los ETFs, los avances tecnológicos que están transformando su gestión y los desafíos que enfrentan tanto inversores como gestores en esta creciente industria.

El crecimiento de los ETFs ha sido impresionante. Según el informe ETFs 2028: Shaping the Future de PwC, se espera que los activos bajo gestión (AUM) en ETFs alcancen los 19,2 billones de dólares para 2028, con un crecimiento anual compuesto (CAGR) del 13,5%. Este crecimiento es impulsado por la creciente demanda tanto de inversores institucionales como minoristas que buscan productos de inversión de bajo costo, transparentes y líquidos con enorme variedad de exposiciones.

Este crecimiento está alineado con las tendencias observadas en diferentes regiones. En Estados Unidos, el mayor mercado de ETFs del mundo, se espera que los activos bajo gestión superen los 12 billones de dólares para 2026, mientras que Europa y Asia están comenzando a cerrar la brecha, con un aumento considerable en la adopción de ETFs en mercados como Alemania y China.

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El auge reciente de los ETFs de gestión activa, es una de las transformaciones más notables en la industria de la gestión de activos en los últimos años. Históricamente, los Fondos cotizados eran sinónimo de inversión indexada, replicando índices de mercado como el S&P 500 o el MSCI World. Sin embargo, los ETFs activos están ganando terreno, permitiendo a los gestores un marco estructural  más eficiente y barato que los tradicionales Fondos de Inversión.

Según J.P. Morgan Asset Management, el mercado global de ETFs activos ha crecido a un ritmo del 51% anual en la última década, comparado con un crecimiento del 24% para los ETFs pasivos. En Europa, los ETFs activos están comenzando a ganar cuota de mercado, especialmente en áreas como la Renta Fija y los productos temáticos. Esta tendencia es particularmente fuerte en Canadá, donde los ETFs activos representan más del 26% de los activos bajo gestión, y se espera que esta cifra aumente significativamente en los próximos años​.

Una de las razones detrás de este crecimiento es la flexibilidad y bajos costes que ofrecen los ETFs activos, que permiten a los gestores ajustar las posiciones del fondo en respuesta a cambios del mercado o aprovechar oportunidades a corto plazo, pero con menores gastos operativos y sin los sesgos y problemas que causaba el neteo de posiciones de los partícipes en los Fondos de Inversión. A medida que más gestores adoptan esta estructura, se espera que los ETFs activos desempeñen un papel cada vez más importante en la diversificación de carteras y la gestión de riesgos. Y sobre todo una mayor competencia para los Fondos de inversión tradicionales.

Lo anterior ayudará a que la depuración de malos fondos, malos gestores y gestoras sea más rápida. Pero eso no significa que no vaya a haber patadas de ahogados por los intereses protegidos actualmente.

Existen varios factores que impulsan el crecimiento continuo de los Fondos Cotizados. En primer lugar, los costes anuales de gestión más bajos para los clientes en comparación con los fondos de inversión tradicionales. 

Otro factor clave es la creciente demanda de liquidez y saber el precio de compra y venta en todo momento. A diferencia de los fondos de inversión, cuyos valores liquidativos se calculan una vez al día, los ETFs se negocian en tiempo real en los mercados bursátiles, lo que permite a los inversores entrar y salir de posiciones rápidamente, sabiendo siempre el precio de entrada y de salida. 

Estos dos primeros factores se deben en parte a la forma en la que son creadas y reembolsadas las unidades de ETFs, lo cual es mucho más eficiente, barato y con menores problemas que el neteo que tienen que hacer los Fondos de Inversión cuando entra y sale dinero de los partícipes.

Un tercer factor importante es la transformación del modelo de negocio de los asesores financieros. Cada vez más asesores están adoptando modelos de asesoramiento basados en tarifas transparentes, lo que ha reducido la dependencia de comisiones ocultas que es muy común en los Fondos de Inversión. Esto ha impulsado la adopción de productos de inversión de bajo coste como los ETFs.

Por último, añadiría en factor del amplio abanico de exposiciones que ofrecen los ETFs, el cual es imposible encontrar en los Fondos de Inversión tradicionales, ya sea activos o indexados. Existen ETFs para casi cualquier cosa que se nos ocurra, desde países y regiones (excluyendo incluso a algunos países), hasta sectores, industrias y subindustrias. O si queremos exposición por factores por país o región, o a divisas, materias primas, o incluso a estrategias apalancadas, de private equity o indexadas al VIX. Y en la Renta Fija la variedad también es impresionante, ya sea por sus diferentes maduraciones, duraciones, ratings, o por tasa flotante o convertibles.

En pocas palabras, los ETFs nos permiten invertir desde los más general, hasta lo más partículas y específico.

Las últimas tendencias de crecimiento en los ETFs, aparte de los de gestión activa, han sido los temáticos, que se centran en tendencias macroeconómicas y estructurales a largo plazo, que están ganando popularidad entre los inversores que buscan capitalizar en sectores de rápido crecimiento, como la tecnología, la salud y las energías renovables​.

Otras han sido los ETFs ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) que, a pesar del retroceso reciente en la opinión pública de grandes inversores, han ganado muchos activos bajo gestión. Según un informe de PwC, se espera que más de la mitad de los nuevos lanzamientos de ETFs en los próximos años estén centrados en productos ESG.

Además de los ETFs temáticos y ESG, los ETFs de criptoactivos también están comenzando a ganar bastante terreno. La aprobación de varios ETFs de bitcoin en Estados Unidos ha sido un hito importante para este tipo de productos, a pesar de que en Europa ya llevaban más tiempo cotizando.

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La tecnología ha jugado un papel crucial en la evolución de los ETFs. Desde plataformas de asesoramiento y gestión automatizada, como los llamados roboadvisors, hasta la integración de inteligencia artificial y análisis de big data. Todos estos avances tecnológicos han y están transformando la forma en la que las gestoras y los proveedores de índices crean y gestionan nuevos ETFs. 

Los robo-advisors por ejemplo, han facilitado el acceso a carteras indexadas pasivas que baten a la mayoría de gestores activos. Eliminando así muchos de los intermediarios que solo vivián como rémoras reduciendo los retornos de los pequeños inversores.

El uso de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático también está mejorando la eficiencia en la asignación de activos y en el desarrollo de nuevas estrategias de inversión. Según un informe de J.P. Morgan, se espera que estas tecnologías no solo reduzcan los costes de gestión, sino que también mejoren la liquidez del mercado, lo que podría atraer a más inversores​.

A pesar del crecimiento espectacular, la industria de los ETFs no está exenta de desafíos. Uno de los principales retos es la creciente competencia entre los grandes gestores de activos y las plataformas que nos dejan negociar los ETFs incluso con cero comisiones y que permiten a pequeñas gestoras lanzar sus propios productos​. Estas plataformas ofrecen una infraestructura rentable que reduce los costes de entrada al mercado, pero también aumenta la competencia y presiona los márgenes de los grandes jugadores.

Otro desafío importante es la creciente complejidad regulatoria. La normativa europea sobre depósitos centrales de valores (CSDR) y la transición a ciclos de liquidación más rápidos en EE. UU. están creando nuevos retos para los proveedores de ETFs y sus participantes autorizados, que deben mejorar sus sistemas tecnológicos para cumplir con los nuevos requisitos​.

Además de lo anterior, no hay que descartar que con tanto uso de tecnología, algoritmos que automatizan mucha de la operación interna de los ETFs, traders de alta frecuencia, nuevas estrategias y activos, entonces puedan aparecer nuevos flash crashes o glitches que afecten los precios o riesgo, tal y como ha sucedido en el pasado con cada nueva innovación dentro de los Fondos Cotizados.