Hubo cientos de advertencias (la mayoría de gestores activos) que indicaban que en el siguiente Crash y/o en la siguiente Crisis la Indexación Pasiva explotaría y nos llevaría a todos con ella en un enorme hongo nuclear.
Nos dijeron que iba a dejar de funcionar, nos dijeron que el mundo entero se iba a indexar. Nos dijeron que era peor que el Marxismo y un Riesgo Sistémico.
Pero qué creen?
Llegó la nueva crisis del Covid19 y los Mercados hicieron un espectacular Crash a velocidades nunca antes vistas. Era momento perfecto para que todo se fuera al garete… Pero no pasó nada de eso.
La indexación pasiva con carteras diversificadas, aportaciones periódicas y sus respectivos rebalanceos han seguido funcionando y cumpliendo su propósito.
Y nuevamente mientras la mayoría corría como cabras asustadas, nosotros los apóstoles de San Bogle seguíamos haciendo nuestras aportaciones y rebalanceos disciplinadamente.
Bogle ha dicho (y yo coincido) que si el 100% de las personas y participantes en los Mercados se volvieran indexados pasivos, entonces los Mercados dejarían de funcionar porque dejaría de existir el "price discovery" (formación o descubrimiento de precios). Es decir, ya no habría compradores y vendedores asignando precios dependiendo de sus expectativas y estimaciones (y emociones).
Pero qué creen?
Muchos de los que se decían indexados, pero no habían internalizado la filosofía saltaron por la borda. Y muchos otros que pensaban que el mercado sería ineficiente debido a la compra indiscriminada que hacen los instrumentos indexados, han corrido a pescar en río revuelto.
Por ahí recuerdo que alguien preguntó en las redes que qué iba a pasar con su portafolio indexado pasivo con esta nueva y enorme crisis que se nos venía encima, tal vez ya no iba a funcionar. Le respondí que desgraciadamente (y sin querer ser insensible a la tragedia humana), hay más probabilidades de que el portafolio sobreviva a que tú sobrevivas.
Esta es la oportunidad de oro que la gestión activa y los críticos de la indexación pasiva habían estado esperando. Ya veremos en 5, 7, 10 y 15 años si realmente la pudieron aprovechar o si el estudio SPIVA seguirá mostrando la misma realidad que hasta ahora ha existido: La mayoría de los gestores activos no baten a la indexación y mucho menos con el pasar de los años.
Hace tiempo escribí por qué creo que va a ser muy difícil que la mayoría se convierta en indexado pasivo:
Yo veo este escenario como muy muy muy poco probable porque siempre existirán los que:
(i) se creen muy listillos pero no lo son;
(ii) los que sí lo son y lo han probado, son pocos pero los hay;
(iii) los que tienen el sueño y la esperanza de convertirse pero no lo lograrán y/o mientras lo logran no estarán indexados;
(iv) los que utilizarán los productos indexados de forma activa y táctica, con lo cual volvemos a los primeros tres incisos;
(v) y al final tenemos a los que creen que podrán separar con consistencia y eficacia a aquellos gestores del tipo (i) de aquellos del tipo (ii).
Hay mucho espacio y mucho dinero para que ambas gestiones coexistan. Lo que está pasando ahora es que está habiendo una destrucción creadora y una consolidación de la industria al igual que ha existido en otras industrias en el pasado. Por ejemplo, al principio cuando las Telecos comenzaron había muy pocas, eran caras con malos servicios y pocas opciones o alcances para el cliente. Después hubo algo similar a una congestión donde todos querían ser Telecos y tener un pedazo del pastel. Comenzaron a tender cables y fibra óptica en exceso y sus valoraciones subieron a los cielos; comenzaron los excesos y la mala asignación de capital. Al final tuvo que venir una destrucción creadora y varias consolidaciones (reducción de participantes, fusiones y adquisiciones, etc) de la industria.
Lo anterior ha pasado en muchos sectores e industrias, desde los turnpikes de las carreteras del sigo XIX hasta los ferrocarriles, la radio, televisoras, fabricantes de automóviles, los hedge funds y ahora con los Fondos de gestión activa.
Obviamente este proceso de consolidación y destrucción creadora incomoda y molesta a muchos de los incumbentes porque de eso viven y comen, y de eso depende su identidad y sentido de pertenencia. O parafraseando a Upton Sinclair, es difícil que un hombre acepte y entienda el cambio cuando su salario, status y modo de vida dependen de que ese cambio no se dé.
Este cambio en la gestión activa va a tener muchos perdedores, generalmente gestores y gestoras y todo el ecosistema de parásitos que viven de ahí. Y también pagarán justos (algunos buenos gestores) por pecadores (malos gestores). Pero también va a traer beneficios porque se bajarán los costes, se reducirán las malas prácticas y algunos excesos. Y los que son buenos gestores no tiene de qué preocuparse porque si realmente lo son entonces sobrevivirán.
Todos esos perdedores, al igual que los perdedores de otros cambios, consolidaciones y de otras destrucciones creadoras y disrupciones, también van a dar su batalla y patadas de ahogado hasta el último instante y por varias décadas; y pintarán un escenario catastrófico para explotar nuestros sesgos como el de risk y loss aversion. Por ejemplo, cuando el café o la margarina o la electricidad AC comenzaron a romper el estatus quo de los incumbentes (alcohol y té, mantequilla, gas y electricidad DC), los ataques no cesaron por décadas.
La indexación pasiva es de cierta forma una innovación y un proceso disruptivo, y toda innovación crea un reordenamiento y redistribución que entra en conflicto directo con quienes buscan mantener la continuidad de un modelo y del estatus quo.