Sólo hay una razón, y el tiempo dirá si es de peso o no, para que el oro e incluso la plata realicen un recorrido al alza del calibre que muchos analistas prevén. Y éste no es otro que el hipotético colapso del sistema financiero mundial. Como ya se ha escrito a diestro y siniestro, la creación e inyección de billones de $/€ al sistema supone una pérdida incalculable de valor de los conglomerados existentes. Veamos la explicación de dichos conglomerados según
Wikipedia:
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M0: el total de toda moneda física, más cuentas bancarias depositadas en el Banco Central Europeo (sic)
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M1: M0 + la cantidad en cuentas de demanda (cuentas corrientes)
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M2: M1 + cuentas de ahorros, cuentas de economía de mercado y cuentas de certificados de depósito. Menores de US $ 100.000
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M3: M2 + todos las demás tipos de certificados de depósito, depositos en eurodollars y reportos
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M4:M3 + el cuasi-dinero (pagarés y otros instrumentos financieros muy poco líquidos)
Esa pérdida incalculable de valor es la que presumiblemente debe justificar un rally abrumador de la cotización de los metales preciosos, especialmente oro y plata. El razonamiento es muy simple, las principales divisas mundiales están arrojando medidas desesperadas y masivas para facilitar quantitativamente que el sistema financiero siga lubircado. En el siguiente gráfico publicado en un delicioso artículo de
Investorsconundrum (
Koala SICAV) podemos ver la espeluznante inyección de dinero por parte de la FED a raíz del episodio de Lehman Brothers:
La pregunta del millón es: ¿La previsión del inminente colapso del sistema financiero mundial es el motivo por el cual invierten en oro todos aquellos que lo han hecho en el pasado reciente, presente y lo harán en un futuro próximo? La respuesta obviamente es NO. La mayor parte de los compradores de fondos, ETFs, derivados varios, etc. son especuladores. Quizá sólo los compradores de oro físico podríamos considerarlos como inversores que prevén un colapso próximo del Sistema y tratan de proteger parte de su patrimonio en un refugio metálico. El resto de compradores que hacen subir la cotización de oro y plata son tan especuladores como la masa que insufló la burbuja tecnológica o la de los tulipanes. O sea agentes que buscan la plusvalía en oro como la podrían buscar en cualquier otra inversión especulativa cuyas previsiones sean alcistas y los análisis técnicos confirmen sus espectativas. Una vez más, tonto el último.
Pero no sabremos si el último habrá sido realmente tonto hasta que se decarte o no la posibilidad del colapso financiero mundial. Porque no olvidemos que ese escenario que consideran como más probable (e incluso inminente) los compradores y especuladores en oro, implica la desaparición del sector financiero, al menos tal y como lo conocemos. Si eso no ocurre en los próximos años, el rally del vil y precioso metal, no habrá sido más que otra burbuja a colación de la burbuja inmobiliaria y de crédito que ha llevado la economía mundial al borde del colapso. Precisamente ahí está la radical diferencia, entre el borde y el abismo. Entre la burbuja especulativa de los metales preciosos y el sálvese quien pueda y la desaparición del sistema financiero y bancario en favor del oro como principal refugio de valor.
Algunos diréis que incluso en el escenario menos caótico de que el sistema no se despeñe por el abismo y el rally de los metales preciosos quede en una burbuja más para la colección de la Humanidad, se puede ganar un buen dinero especulando. Cierto. Tan cierto como que muchos también han ganado con la burbuja inmobiliaria mucho más de lo que serían capaces de ganar laboralmente durante dos o tres vidas. Pero peligroso. Sobre todo para aquellos que mentalmente tratan de proteger su patrimonio de la incertidumbre futura y confunden churras con merinas, a menudo apalancadas. Esas prácticas no son de protección de patrimonio sino de pura especulación.
El precio del oro, ya en la actualidad a más de 1250$/oz, sólo se justifica por la especulación existente. Su consumo como materia prima justificaría tan sólo un precio varias veces inferior. Por tanto es muy difícil encontrar valor en esa inversión sin contemplar un escenario próximo de colapso financiero. Del mismo modo que dificilmente se podía encontrar valor en un piso de clase media en las afueras de Madrid o Barcelona a más de 3, 4 o 5.000'-€/m2 hace tan sólo 3, 4 o 5 añitos. Y sin embargo se seguieron vendiendo, y subiendo, hasta que la burbuja se volvió insostenible y explotó. Pero a pesar de ello muchos hicieron el negocio (especulativo) de sus vidas.
No quiero ni pensar (porque me resulta precisamente impensable) que en un futuro inmediato debamos volver a pagar con pepitas y acuñaciones de oro o plata maciza la compra de la semana en el hipermercado, el iPad, los billetes de avión, la hipoteca o el alquiler del piso. Es
muy revelador el hecho de que durante la
manipulación del mercado de la plata por parte de los hermanos Hunt hace ya 30 años, la reacción del Estado norteamericano fuese fulminante: O salvaba a los hermanos Hunt o rescataba a los bancos de Wall St. y al mercado de futuros, como bien dice Gurus Hucky en el
artículo citado de Gurus Blog. Obviamente
la elección fue fácil y ante la disyuntiva de que el mundo considerase la compra de metales preciosos más segura que la acumulación de riqueza en papel moneda impreso por el Estado, se prefirió colapsar el mercado de la plata. Lo ocurrido hace 30 años debería servir como aviso a navegantes para aquellos que creen casi inevitable una vuelta al patrón oro y un colapso de las divisas. Las consecuencias serían tan devastadoras para el mundo que conocemos que sólo ocurrirá si no existe forma humana de impedirlo mediante todo tipo de medidas gubernamentales, globales y coordinadas (como lo fueron y están siendo las inyecciones de liquidez). Y creedme, visto lo visto en los rescates del sistema financiero, que estuvo global y virtualmente colapsado hace tan sólo un par de años, la capacidad de los estados a nivel mundial (G8/G20) para reconducir y/o manipular los acontecimientos económicos globales no se debe menospreciar.
Esperemos pues, por el bien de todos, que el Sistema financiero mundial no se colapse y que el rally alcista de los metales preciosos sea recordado dentro de unos años como
una burbuja más a colación de la anterior: La burbuja del oro que sucedió a la burbuja de crédito (aquella que las hipotecas NINJA coronaron fatalmente). En ese camino dorado y burbujeante algunos especuladores se harán precisamente de oro mientras que otros se arruinarán.
“Después de todo, sólo averiguas quién está nadando desnudo cuando se retira la marea”.
Warren Buffett.
P.D. Como dato curioso: Desde finales de 2008 el aumento del precio de la onza de oro hasta hoy, ha sido prácticamente equivalente a la subida del precio de las acciones de Google...
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