Voy a comenzar el artículo rindiendo un pequeño homenaje a un grandísimo amigo al que en cierta ocasión, en un examen de Filosofía, le preguntaron por Hume. Como no se podía decir que mi amigo dominara la materia concerniente a tal autor, se limitó a responder que para entender a Hume primero había que comprender a Aristóteles, pasando a continuación a contestar el examen con lo que sabía sobre el filósofo cuya materia dominaba. Pues bien, para analizar el futuro del Ibex, primero vamos a analizar la situación en la que se encuentra el futuro del Eurostoxx.
El gráfico es
suficientemente significativo sobre el momento técnico en que el futuro se encuentra. La media móvil de 200 sesiones es
palmariamente descendente y el precio se halla sobre la directriz bajista; es decir, el valor es bajista en base a la
verticalidad de la media y el análisis técnico dice que se ha de
vender en resistencias, que es como actúa una línea de tendencia bajista. Todo parece apuntar, por consiguiente, a una buena oportunidad de venta. La última vela dibujada es, además, un soberbio
doji, y los
dojis acostumbran a mostrarse más fiables a la hora de señalar los techos que los suelos.
Llegados a este punto, no obstante, conviene recordar la famosa frase de
Keynes que dice que los mercados pueden permanecer más tiempo irracionales de lo que un inversor puede permanecer solvente. Seamos, por tanto, prudentes; de hecho, es lo que recomiendan las líneas de vela semanales y los fallos bajistas. En el gráfico, la línea morada
discontinua marca la línea clavicular de una figura de hombro-cabeza -hombro cuya ruptura disparó una clara señal de venta, señal que ha compuesto una trampa bajista. Y la línea rosa habría que interpretarla en el mismo sentido. En el
análisis del Dax quedó reseñado que a este tipo de engaños les suceden fuertes movimientos en la dirección contraria.
Mientras que los demás futuros arrojaban falsas señales de venta, el Ibex, en contraste, no sólo no ha tocado su zona de soporte, sino que incluso ha abanderado las subidas. Aunque los detractores del Ibex tienden a acusarlo de peligroso y traicionero, en el gráfico se puede observar la nobleza con la que en esta ocasión se ha comportado. El soporte, sito en 9.170 puntos, venía además casi a coincidir con la perdida y recuperada directriz alcista de largo plazo, punteada en color verde. La cuestión ahora es si en la actual zona de resistencias el Ibex volverá a ser fiable y seguirá marcando el camino de los ascensos.
Para que la ruptura presente no se pudiera considerar tramposa, convendría que se mantuviera por encima de los 9.760 puntos, nivel que desató una
señal de compra en el gráfico trimestral. El camino, en todo caso, no será fácil, con varias zonas de resistencia claves. La primera coincide con un hueco abierto en 10.230 y el
retroceso porcentual del 0,38 de toda la caída en 10.260 puntos. A continuación, su directriz bajista principal y la zona próxima a los 10.600, que será una clara invitación para adoptar posiciones cortas.
Si el movimiento alcista prosigue, se podría vender alguna posición sobre 10.250 buscando el retroceso a la resistencia superada; lugar que, en primera instancia, debería constituir cierre de posiciones bajistas y apertura de posiciones compradoras. Si no prosiguiera, el primer nivel que habrá que vigilar será el de 9.900-9.930 puntos; por si acaso el Ibex esta vez no apuntara el camino de las subidas sino uno bien diferente, a pesar de la contundente vela semanal.
Con todo, el gráfico se puede ver desde otra perspectiva, la que muestra casi un año perdido en las cotizaciones en lo que podría ser un gran movimiento lateral, tal vez de raíz no muy diferente al que se ha venido desarrollando entre 9.750 y 9.170 desde mayo de 2009. Quizá sea prematuro entusiasmarse hablando de máximos crecientes, pero, en cualquier caso, es muy positivo que se haya conseguido superar los máximos anteriores.