Decía Santayana que los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla, y algo parecido se podría atribuir a los inversores. En cada ciclo, en cada subida, en cada proceso acumulativo o distributivo, el inversor tiende a pensar que esta vez la historia será diferente y, sin embargo, a cada acción le sucede una reacción, a cada impulso le sucede una corrección, a cada expansión le sucede una recesión y a cada subida irremediablemente le sucede una bajada.
Sin despreciar las diferentes cadenas de acontecimientos que se pueden producir y las diferentes combinaciones que el azar puede generar, y partiendo de que la historia no tiene por qué repetirse, hoy les voy a hablar de la subida que se produjo en el año 1998 y de sus posibles similitudes con la subida del año 2009. O mejor dicho se la voy a mostrar y así pueden comparar ustedes.
Tanto del
Banco Santander como del
Banco BBVA ya se ha hablado en estas páginas, así como de sus máximos decrecientes y de su volumen no
concordante en la subida; también se ha hablado de oportunidades de venta en vez de oportunidades de compra –sobra decir que en las
resistencias no se compra, sino que se vende-, pero ahora me gustaría que se
fijase en las flechas azules y en su extrema
verticalidad. S
eguidamente, preste atención a los niveles que ha llegado a alcanzar un
indicador de tendencia como el Macd en ambos casos.
Como ya dejé reseñado en un artículo anterior, a
niveles tan extremos les suelen suceder fuertes correcciones bajistas y hasta ahora han sido indicativos, una vez que el indicador se ha cruzado a la baja, de oportunidades de venta a
medio plazo. En el caso del año 1998 se puede observar un frenesí comprador que lleva
prácticamente a triplicar las
cotizaciones en 7 meses, y a ese subida vertical le
subsigue una caída vertical que devuelve los precios
prácticamente al origen.
Es curioso observar cómo tras el cruce a la baja del Macd tiene lugar una primera caída superior al 10% pero todavía no demasiado abultada. A continuación el precio se rehace y se produce un nuevo máximo. Ese nuevo máximo es ignorado por el Macd, que genera una divergencia bajista. El siguiente giro a la baja supone un golpe demoledor que devuelve los precios al origen del movimiento con una verticalidad similar a la precedente.
Tampoco deja de ser curioso que no sólo los niveles del Macd sean similares a los alcanzados, sino también los precios. El Banco BBVA pasa en 1998 de 5 a 13,5 euros, y en el año 2009 de 4,40 a 12,80; mientras que el Banco Santander pasa en 1998 de 3,5 a 8,30 euros y en el año 2009 de 3,70 a 11,70, nada más y nada menos. Queda así igualmente reflejada la situación preponderante del Santander, que desciende menos en 2008 y asciende más en 2009.
En el Banco Popular acontece un desarrollo semejante. En el año 98 el valor se duplica en pocos meses y el Macd refleja una gran sobrecompra, pero en este caso difiere en que no se produce en el precio un nuevo máximo posterior. El valor regresa prácticamente al origen de las alzas. Los niveles extremos del Macd se alcanzan, sin embargo, en 2007, con otro hilo de plata. El proceso, empero, coincide con el susodicho: nuevo máximo en el precio, divergencia en el indicador y caída subsiguiente casi tan vertical como la subida previa.
Respecto a su situación en 2009, el Banco Popular sale claramente perjudicado en la comparación con los mellizos o gemelos. Aunque también ha enfrentado su directriz bajista de medio plazo y mostrado los mismos máximos descendentes, su fortaleza y recorrido han sido menores, y ya se ha producido en el Macd el giro a la baja.
El propio Macd refleja a las claras esa diferencia de fuerzas. En el caso del Santander ha llegado a superar sus niveles extremos, en el BBVA se ha aproximado, en el Ibex se ha quedado un poco menos cerca, y en el Popular algo más alejado. El mismo indicador, por tanto, arroja pista sobre qué valores favorecer para la compra y para la venta.
En el caso del futuro del Ibex 35 he añadido una media móvil de 50 sesiones para señalar, pese a las semejanzas de niveles, verticalidad y recorrido, la enorme diferencia entre una subida y otra. Mientras que en 1998 el movimiento es una continuación de la tendencia alcista en curso y la pendiente de la media móvil es ascendente; en 2009, por el contrario, el movimiento es una reacción a una tendencia bajista previa, y la pendiente de la media, aunque se esté girando, descendente.
De igual manera he marcado con una flecha verde el desarrollo inverso acaecido en el Macd en 2009. Como si se tratase de un espejo, el indicador alcanza niveles extremos de sobreventa, se cruza al alza, se da primero una subida en el precio para después marcar un nuevo mínimo ignorado por el Macd y que genera una divergencia alcista. Posteriormente se genera un movimiento alcista de reacción a la verticalidad del movimiento bajista previo. Esto mismo se puede observar aún mejor en la gráfica del Banco Santander.
Llegados a este punto, espero haberle descrito correctamente el proceso; de manera resumida, tanto para subidas como para bajadas, sería el siguiente: movimiento vertical en el precio y niveles extremos en el indicador, giro en el indicador, posible corrección no demasiado abultada en la cotización y regreso a la zona previa de precios e incluso intento de ir más allá, posible divergencia en el indicador con nuevo giro, y fuerte reacción en la dirección contraria.
Si para finalizar el artículo esperaba que le respondiera a la cuestión de si cabe esperar ese mismo desarrollo en 2009 que en 1998, me temo que no puedo hacerlo. Tan sólo decirle que esté atento a una posible pérdida de los 11.200, ya que muy probablemente supondrá que el Macd termine de cruzarse en el Ibex 35 a la baja.