En esta entrada os muestro, de un solo vistazo, en qué consiste la anomalía de baja volatilidad. En el siguiente gráfico se muestra la posición de distintos estilos de inversión en el espacio riesgo-rentabilidad.
De un vistazo podemos ver las principales características de las distintas estrategias. Hay que destacar que la posición de cada estilo de inversión es ilustrativa, esto es, representa la posición media de varias estrategias basadas en ese estilo de inversión.
Fijémonos en los estilos de inversión de la zona naranja (alto riesgo y alta rentabilidad). Se observa cómo las estrategias tipo momentum (comprar stocks con buenas rentabilidades en los últimos 2-12 meses y venderlos a los 6 meses) son las que presentan una mayor rentabilidad media, seguidas de las estrategias con compañías value (bajo P/B ratio), y aquellas con small caps (baja capitalización bursátil). Pero a su vez el riesgo (medido por volatilidad) de las estrategias Momentum es superior al de las estrategias Value y éste al de las Small caps.
No tan conocida es la zona azul claro (bajo riesgo y alta rentabilidad). Aquí están las denominadas estrategias de baja volatilidad: comprar stocks con baja volatilidad o bajo beta en el pasado. Se puede observar cómo estas estrategias presentan un nivel de rentabilidad comparable a las más conocidas (value y momentum) pero un nivel de riesgo claramente menor (en muchos casos un 50% menor).
Y en la zona media se encuentra el mercado... Una prueba más de que los mercados no son del todo eficientes. La primera prueba seria de este hecho se encuentra en el famoso artículo de Fama y French (1992). Ahí se señala que, aunque debería existir una relación creciente entre la rentabilidad de una compañía y su riesgo (medido por el beta de la compañía), en la práctica esa relación es plana, y en todo caso se debe a otros factores de riesgo como el tamaño de la compañía (size) y su valor (value).
En resumen, es bien conocido que estrategias como value y momentum investing proporcionan unas rentabilidades a largo plazo superiores a lo predicho por la teoría. Lo que es menos conocido es que las estrategias tipo low volatility investing proporcionan unas rentabilidades ajustadas por riesgo muy superiores a lo enunciado por la teoría. Por tanto, se basan en una anomalía debida al riesgo pero no a la rentabilidad esperada.
Esta es la consecuencia empírica de la inversión de baja volatilidad, pero todavía se desconoce su origen. Por tanto, no conocemos hasta cuándo durará esta anomalía…