Los tipos de interés en la mayoría de países desarrollados están en mínimos históricos y por debajo de la inflación lo que supone una pérdida de valor adquisitivo de la moneda. El dinero no puede darse el lujo de obtener por mucho tiempo tipos de interés reales negativos, salvo que las expectativas sean de deflación. El dinero tarde o temprano se tendrá que mover y si no lo hace ahora es por miedo.
De todos los activos financieros, la renta variable es por lejos la que ofrece mayor valor a los inversores. Los ratios PER, dependiendo del mercado, están en niveles considerado bajos con ratios entre 9x y 12x las ganancias estimadas del 2012 según IBES/Bloomberg y no es difícil encontrar acciones con rentabilidades por dividendo por encima del 5%. Las rentabilidades por dividendo son en muchos casos por encima de lo que pagan los bonos de estas mismas empresas.
La razón por la que los inversores buscan el refugio de la renta fija y huyen de la renta variables es el miedo a una recaída en la recesión de Europa y la posibilidad, cada vez mayor, que la zona Euro no pueda superar la crisis de identidad que amenaza con su ruptura. En junio, el índice de confianza del inversor alemán tuvo la mayor recaída en 14 años a su peor nivel en dos años y medio. En España, la confianza del inversor, es tan baja que ni se la vé.
A medida que el miedo ha ido en aumento, los inversores en renta fija, salvo los sufridos inversores en deuda española, han gozado de excelentes retornos a medida que los bonos de alta calidad subian cada vez más de precio empujando las rentabilidad ofrecidas a niveles ridículos. Un bono Suizo a 10 años rinde menos del 1% anual, el japonés 0.8% y en USA 1.50%. Un inversor que compre deuda alemana a 10 años y la tenga a vencimiento está buscando ganar un 13% en 10 años!!! Si le restamos comisiones de compra, custodia e impuestos, la rentabilidad queda en casi NADA. Como al final la gente compra lo que mejor funciona, se siguen apilando sobre los mismos activos esperando que la música siga sonando, en una réplica de la burbuja inmobiliaria en España. A los precios actuales, los que siguen comprando deuda de los países llamados "Core" lo hacen simplemente por el miedo a que la zona Euro se desintegre y prefieren recibir D-marks a devaluadas pesetas o escudos portugueses.
Si finalmente la UE logra algún tipo de acuerdo que garantice a los inversores que el EURO sobrevivirá ya sea mediante algún tipo de mutualización de deudas o apoyo ilimitado del BCE a los países, el futuro de la renta variable es brillante, no sólo porque parte de una posición de infravaloración relativa a la renta fija, sino porque la tendencia FUNDAMENTAL a largo plazo será una de bajos tipos de interés que llevarán a la renta variable a iniciar un largo periodo alcista que podría durar más de una década.
El actual proceso de desapalancamiento del sector corporativo y del sector público conducirá a un prolongado periodo de descensos en la emisión neta de deuda (oferta), lo que sumado a una sostenida demanda de inversiones de bajo riesgo mantendrá los tipos de interés en niveles muy bajos por mucho tiempo. Si este escenario de "normalización" del EURO se concreta es muy probable que en los próximos tres años los índices accionariales a nivel mundial lleguen a nuevos máximos históricos y no debería extrañarnos que sigan subiendo hasta cotizar a niveles de ratios PER de 25 a 30 veces ganancias. Todo esto en un contexto mundial de débil crecimiento económico y de baja generación de empleo e inflación.