Carl Icahn, que fuera considerado el mejor inversor del mundo por Tony Robbins en su bestseller de 2014 Money: Master The Game, se ha convertido probablemente en el peor del mundo. En los últimos cuatro años su vehículo de inversión Icahn Capital ha perdido un 11,34% anual mientras que el S&P 500 ha ganado más que ese porcentaje, un 11,98% anual. La diferencia en contra de Icahn es del 23,32% anual, una desventaja difícil de igualar ni siquiera por el más torpe de los inversores.
La razón principal del descalabro tiene que ver con el convencimiento de Icahn de que el mercado estadounidense está sobrevalorado y en algún momento se desplomará. A principios de 2016 tenía una posición corta neta del 149%. Es decir, el conjunto de sus posiciones cortas (ventas al descubierto) era un 149% superior al de sus posiciones largas (activos adquiridos). Explicado de otro modo, Icahn está endeudado en acciones porque ha tomado prestadas acciones a un precio determinado con la expectativa de comprarlas cuando estas bajen de precio.
El inversor considera que la bolsa ha estado subiendo de forma artificial gracias a los bajos tipos de interés pero que las cotizaciones no se apoyan en fundamentos sólidos. Ya en octubre de 2014 declaró en la CNBC que hacía más o menos un año que esperaba una caída del mercado, por lo que había asumido posiciones cortas.
De diciembre de 2004 a diciembre de 2017, el S&P 500 con dividendos ha ganado un 22,8% más que Icahn Capital. Para ponerse a la par con el índice, Icahn debería ganar este año un 22,8% más que dicha referencia.