Como cada final de año, las firmas de análisis e intermediación han publicado sus pronósticos para el año siguiente de acuerdo con el estereotipo acostumbrado. Recomiendan a clientes, inversores y pensionistas no perder la oportunidad de comprar el mercado de acciones.
El consenso apunta al rango 1.350- 1.450 de SP500 como objetivo más probable. También, aconsejan reducir o vigilar las posiciones en bonos, especialmente gubernamentales, y complementar la cartera de inversión con materias primas y Oro.
El crecimiento esperado para el PIB supera el 3%, los problemas de deuda en EEUU, y países “desarrollados”, serán el trasfondo diario del mercado, en un entorno de baja inflación y bajos tipos de interés. Por el contrario, en los países menos desarrollados las presiones inflacionistas obligarán a adoptar políticas contractivas, los diferenciales de tipos entre regiones aumentarán y trasladarán volatilidad al mercado de divisas.
Con todo, el consenso espera un crecimiento global superando el 4% (gracias al empuje de los países no desarrollados o emergentes que puede alcanzar el 6%) se relajarán las primas de riesgo de los mercados de acciones, los bonos corporativos subirán, lo harán bien las materias primas y la deuda soberana permanece siendo la incógnita que un día puede hacer Bang, como dice John Mauldin.
Llama la atención especialmente la opinión de Kostin, economista del influyente banco Goldman Sachs, quien apunta a la parte alta del rango, 1.450 puntos de SP500. Argumenta que los tipos se encuentran por debajo de su media y considera un (superb backdrop) buen respaldo para aupar al mercado al alza significativamente.
No obstante, los informes no reflejan niveles inferiores en posibles correcciones. Los tipos pueden sorprender al alza como vienen haciendo y mientras el empleo y el sector inmobiliario sigan cayendo habrá fases de fuerte volatilidad en bolsa. Sin embargo, ciertamente el año próximo es tradicionalmente positivo para los mercados desde la perspectiva del ciclo presidencial, que ha demostrado consistencia histórica aún en años difíciles.
Lo interesante es GS sugiriendo comprar Oro, estima una revalorización superior al 20% durante 2.011. Mucha atención a esto por si acaso!. Hay un antecedente serio a considerar. En verano del año 2.008 cuando el crudo cotizaba en $135 por barril, Goldman recomendaba comprar agresivamente argumentando todo tipo de razones para explicar que el precio iba encaminado a los $200. A los pocos días observen lo que ocurrió:
PETRÓLEO, WEST TEXAS. Semanal
Tras el informe de recomendación, el precio prosiguió al alza algunos días más hasta prácticamente alcanzar los $150, pero a continuación se produjo un rápido punto de inflexión en la tendencia y bajó sin apenas pausa hasta cotizar en $40 por barril.
Decía mucha atención, GS es el banco amigo de sus amigos y el reconocido enemigo del inversor. Defiende su propio interés para conseguir jugosos beneficios que luego se reparten entre los directivos en forma de compensaciones. Nunca pierde en sus operaciones de trading diario, NUNCA, gana todos los días, asesora a Grecia para falsear al mundo con sus cuentas, asesoran a los inversores para comprar subprimes mientras se cruzan correos internos descalificando los activos subprime de arriba abajo…
Su reciente recomendación sobre el ORO es quizá la confirmación –contraria- de una buena oportunidad de venta en ciernes. El ORO cotiza hoy cerca de $1400 la onza y se ha revalorizado bruscamente durante la pasada década subiendo desde el entorno de los $250. El gráfico siguiente muestra la evolución:
ORO. Mensual 1999-2010
Las noticias, análisis e interés de todo tipo de inversores por el metal precioso van en aumento y de manera decidida desde que comenzó la crisis (del capitalismo) hace tres años. La relación del precio del Oro con la máquina impresora de la FED, el dólar y los mercados de divisas ofrece una imagen clarividente de hacia dónde puede dirigirse el metal. Corregido por inflación, el precio máximo que consiguió el Oro en los ´80 sería hoy cercano a los $2300 por onza.
La tendencia principal del ORO es técnica e indiscutiblemente alcista y seguirá incluso tras una intensa corrección del 30% o 40%. La hipótesis del precio del ORO superando ampliamente los $2.ooo por onza es muy defendible.
Ahora bien, actualmente se presentan numerosos factores técnicos y de participación que sugieren la posibilidad de una inminente corrección intermedia como altamente probable. GS omite estos riesgos y recomienda la compra directa.
Sin fijarme en GS, el estudio técnico me indica que el ORO visitará el entorno de los $1.250 por onza. Observando a GS, a la contra tal como hice en 2.008, diría que quizá la corrección será más profunda y entonces una oportunidad histórica de compra.
Al margen de pronósticos, la crisis de deuda y confianza no se ha evaporado y el año 2.011 se va a convertir en una prueba de fuego para comprobar la capacidad de los políticos de sortear los problemas. Será un año de captación salvaje, de superar el efecto “crowding out” para evitar una ralentización económica, de convertir las economías desarrolladas en exportadoras y las emergentes en consumistas…
El escenario va más allá de la política, el grave problema de la deuda hará que el mercado autorice y desautorice a los gobernantes a implementar sus programas de bienestar, de austeridad y en definitiva de gasto. Siempre cabe la posibilidad de que el mercado castigue forzando los tipos al alza, un castigo imposible de asumir para grandes economías, léase USA y España.
John Mauldin es un analista muy ecuánime y sorprende la manera en que se dirige a Bernanke:
“Ben. Get a clue. The world is not responding to your theories. What it is doing is getting worried about a central bank that will debase a currency. I agree that your current QE is not all that much in the grand scheme of things, but it is perception and NOT the actual use of those new dollars that is driving rates up”.
Atentamente,
Antonio Iruzubieta
CEFA. Certified European Financial Analyst.