No hay que limitar la justificación de dicha subida solamente al momento actual del precio de las materias primas, como son el gas y el petróleo, sino también a otros factores que se llevan arrastrando desde hace tiempo.
El sector eléctrico es uno de los pocos aún regulados por el gobierno en nuestro país y en bastantes otros, puesto que aún no existe una verdadera libertad de mercado en este sentido. Por lo tanto cualquier subida debe ser consensuada con el gobierno.
Este hecho ha provocado que durante años (y por no hacer subidas anteriormente más elevadas ergo impopulares para el gobierno del momento) hayamos estado pagando menos por la electricidad que lo que realmente vale. Si se ajustasen los precios al verdadero coste de producción y mantenimiento, es decir, se invirtiese realmente lo necesario para tener infraestructuras de calidad (que evitarían situaciones como los apagones de Barcelona del verano pasado) seguramente estaríamos pagando facturas en torno a un 30 o un 40% superiores a las actuales.
También debemos destacar que España tiene una de las electricidades más baratas de Europa, por lo cuál estas subidas no nos deberían de abrumar en absoluto.
Pero el problema grave que tiene nuestro país es que no optimizamos la energía en absoluto, somos unos devoradores para una productividad escasa. Y no sólo eso, sino que debido a que cada vez somos más y consumimos más, nuestras necesidades aumentan de forma desorbitada.
Esta coyuntura provoca graves desajustes en muchos sentidos.
Es necesario YA un debate serio sobre el problema energético de nuestro país.
La mayoría de la energía que consumimos es mediante centrales que utilizan gas y petróleo. Esto tiene graves consecuencias en varios sentidos. El primero es la dependencia de suministro exterior (ya que no tenemos ni gas ni petróleo), con lo cuál ante subidas de dichas materias el coste energético se dispara. El segundo es la contaminación, no en vano somos el país de Europa donde más crecen las emisíones año a año y el más alejado del cumplimiento del protocolo de Kyoto.
Tenemos una buena red de centrales hidroeléctricas pero obviamente con la cada vez más grande escasez de agua esto supone depender de si llueve o no llueve, por lo cuál esta solución vale de poco. Y el problema del agua no sólo se acaba aquí. Los planteamientos del gobierno sobre las desaladoras son una auténtica ruina energéticamente. Cada desaladora necesita prácticamente una central energética al lado, ya que el proceso consume unas cantidades brutales de energía. Esto implica más contaminación y un agua que vale su peso en oro. Solucionamos un problema mientras creamos otro.
Ahora parece que se ha descubierto la panacea con las energías renovables (o eso nos quieren vender), y sobretodo con la eólica y la solar. Estas dos energías son una alternativa, pero son bastane discutibles. Si leéis el siguiente artículo veréis que la inconsistencia del viento provoca la necesidad de tener centrales que soporten dicho picos. Estas centrales, como no, son de gas o petróleo, y al no funcionar a la capacidad óptima también contaminan más. Eso sin hablar de la escasa rentabilidad, el daño estético al paisaje y la cantidad de aves que matan. La solar sigue siendo otra panacea falsa. El rendimiento de los paneles solares es muy muy muy bajo e incluso puede ser negativo dependiendo de su ubicación, leed los comentarios de dicho artículo porqué a ello se unen problemas de almacenamiento y conversión de corriente contínua a alterna. Además con los huertos actuales se ocupan superfícies enormes para rentabilidades mínimas. No hablemos ya de las termosolares, que necesitan energía extra para seguir manteniendo las plantas en funcionamiento por la noche, con lo cuál dependen de otras centrales energéticas contaminantes. Y económicamente que decir, ahora se instalan a miles por las subvenciones que se dan. ¡¡¡Si pagamos hasta 6 veces más por este tipo de energías!!!!
El biodiesel sólo lo mencionaré de pasada, porqué con la que está cayendo con el precio de los cereales sería casi de risa tocar el tema. Y como vayáis por Mexico preguntadles a los amigos mexicanos porque se les atragantan las tortitas, seguramente por el precio que les cuestan.
La alternativa que nos queda es la nuclear, pero obviamente esta no le hace gracia a nadie. La paradoja no obstante es mayúscula. No hay que crear centrales nuevas, pero como las necesitamos, lo que hacemos es alargar la vida de las que tenemos mucho más de lo previsto.... eso sí que es un riesgo y de los grandes, no voy a ser malo y no pondré links a lo que pasó hace poc en alguna de ellas. Y luego, algunos se les ha ocurrido la brillante idea de comprar energía a Francia. A ellos, que producen casi el 90% nuclearmente, y ¿acaso os pensáis que si hay un chernobil a la francesa no nos llegarían aquí las radiaciones?
Diréis que soy un cenizo y que no aporto ninguna solución válida, pues a ello voy. Mi postura es la siguiente:
1. Al estilo británico permitir la construcción de nuevas centrales nucleares seguras y poder cerrar las actuales viejas para poder tener energía barata.
2. Aprovechar esa energía barata y sus beneficios para subvencionar la investigación de las energías renovables (solar, eólica o cualquier otra) incluso obligando a las compañías a mantener una ratio incremental de dichas fuentes. No hay que ser negativo, estas energías aunque ahora no son rentables si es cierto que cada vez son más eficientes, pero aún no estamos en fase de poder dar ese cambio radical a todo verde aunque algunos digan que sí.
3. Reducir nuestra producción en centrales de gas y petróleo. Así disminuimos costes (no dependemos del exterior) y reducimos gases contaminantes.
4. Apostar por un crecimiento sostenido que requiera menos energía. Esto implica la utilización de bombillas de bajo consumo (en las ciudades por ejemplo), uso de electrodomésticos de bajo consumo (AAA), financiación a las empresas para que se impliquen en un uso eficiente de la energía, mejorar el aislamiento de las casas para reducir el gasto en calefacción, crear una red de transporte de mercancias como comenté que limite el transporte por carretera y el uso del petróleo, potenciamiento del transporte público, etcétera. Vamos que propuestas las hay a patadas para disminuir dicho gasto.
La energía es un problema serio a nivel mundial, y más aún en España, donde el medio ambiente, la contaminación, la inflación, el consumo, el crecimiento económico y el bienestar de los ciudadanos están viéndose cláramente afectados a diario. Esto requiere un debate serio por parte de nuestros políticos y gobernantes.
Jaime