EL PSOE: REFUNDACIÓN O EXTINCIÓN
09-07-11
Todavía no lo sabe el PSOE, pero resulta que es un animal en vías de extinción.
Desde principios de los noventa, tenemos la costumbre de jugarnos una comida con un muy querido amigo a propósito de adivinar los resultados de unas elecciones generales. Siempre hemos ganado nosotros, excepto en el 2004 con el 11 M, que rompió nuestras previsiones. Hasta en una de estas apuestas, también ganamos cuando acertamos a decir que el Banco Santander se quedaría finalmente con Banesto, y hasta acertamos el precio de la acción.
Da igual que pongan a Pérez que a Pepito. Qué más da, si son el mismo perro (dicho con respeto) con distinto collar.
Hay tanta ira, desesperación, humillación, desesperanza ahí fuera en la calle, que el PSOE no se libra de ésta ni con un milagro de Monseñor Escrivá de Balaguer (de verdad que los creyentes creen en los milagros? Y nosotros somos el pato Donald. Qué vergüenza de canonización o como se diga. El dinero lo puede casi todo).
Las próximas elecciones generales mecerán la pena seguirlas por dos curiosidades: si UPyD alcanza los diez diputados; y si el PSOE consigue llegar a 100 diputados (que creemos que sí, pero que seguro que bajarán de los 125, su peor marca histórica con Almunia en el 2000).
Nosotros no queremos la extinción del PSOE. Deseamos su refundación.
Del socialismo (que da miedo hasta pronunciarlo, porque suena a que te van a expropiar la casa, el coche y hasta la polla, si pudieran) se pasó a la socialdemocracia.
En definitiva, otro pastiche ideológico, porque no saben los ideólogos y los doctrinarios que por fin ha llegado el fin de cualquier ideología o doctrina, que sólo saben esclavizar e igualar a la persona, cuando la persona es individual y única en sí misma. Tenemos todos los mismos derechos y las mismas obligaciones. De acuerdo. Pero, carajo, no me digan ustedes hasta cómo pensar y hasta cómo mear, porque eso es en definitiva el socialismo, y su versión light, la socialdemocracia.
El ciudadano ya ha madurado, ya tiene criterio propio, y no necesita de ningún pope (una suerte de una nueva Inquisición laica, que dice que quién no está con ellos, es un perro fascista, por lo menos) que le diga qué pensar o qué decir.
La supuesta superioridad moral del socialismo ha quedado desenmascarada para siempre cuando el ciudadano ha comprobado que tan sólo era un paquete muy bonito y prometedor por fuera, pero vacío por dentro.
No conviene engañar tanto tiempo al ciudadano, porque al final se despierta de su siesta y empieza a soltar mamporros a mansalva, a siniestro y diestro.
Lo primero que tiene que hacer el PSOE es quitarse ese adjetivo tan feo y desfasado: socialista. También puede quitar lo de obrero, porque el único obrero, lumpen, proletariado, que queda en España es el explotado y marginado inmigrantes sin papeles.
El PSOE se tiene que refundar, y desde luego echar a la calle a la vieja guardia como FG, que sigue diciendo sandeces con la tranquilidad que da ser millonario y que además ha sido cómplice (y hasta cooperador necesario) de ese histórico desfalco y esa vil traición (BILDU) que han sido los gobiernos de ZP.
Por supuesto que debe buscarse un líder mucho más joven que el carcamal de Pérez, que tiene su armario lleno de posibles delitos. Y un Congreso o como se llame en el que se decida qué quieren ser de mayor, que ya lo del rollo de la izquierda no cuela.
España necesita un PSOE fuerte y con sentido de Estado para acometer junto con el PP (y UPyD) las reformas que este país necesita, empezando por la nefasta educación que padecen nuestros hijos y siguiendo por conseguir una verdadera independencia judicial, gobierne quien gobierne.
Renovarse o morir, dice la conocida frase.
Ahora mismo el PSOE es un elefante camino del cementerio.
O se reinventan, o la Historia les aplastará como un rodillo, como ya les ha fulminado la Realidad.
Es que con la Realidad no se juega, que es una señora muy tozuda.
Tozuda y a veces con muy mala leche.