1 Creen que la única oportunidad se encuentra en la renta variable.
2 Creen que la única posibilidad de ganar es acertando la tendencia.
3 Creen que el posible beneficio, obligatoriamente debe de guardar una relación proporcional e inamovible con el riesgo asumido.
Personalmente creo que esos dogmas no son ciertos, y que existe un gran número de posibilidades en los mercados para superar ampliamente los resultados que ofrece la operativa en consonancia con ellos.
Es curioso que, a pesar de la explosión demográfica de la informática, casi todos los profesionales han seguido anclados en sus métodos arcaicos de operar, usando los ordenadores como meros depósitos de información y de consulta, y despreciando alegremente sus infinitas posibilidades de búsqueda, selección, optimización y cálculo de posibles combinaciones entre dos o más instrumentos, unos comprados y otros vendidos.
La operativa con diferenciales o combinaciones de varios productos ofrece importantes ventajas, tales como: la disminución del riesgo, aumento significativo de las probabilidades de acierto, consecución de resultados constantes con independencia de la tendencia de los mercados, un aumento importante del control total sobre la operativa, etc.
Infrautilizar el potencial informático que existe hoy en día es un verdadero despilfarro de recursos, pero la inmensa mayoría de operadores todavía hace algo peor: malversa y subestima la capacidad con la que sólo los seres humanos están dotados. Me refiero a la capacidad de razonar con lógica.
Razonar no es otra cosa que ensartar varios pensamientos diferentes en una ristra, para que su unión produzca una idea totalmente diferente a cualquiera de los pensamientos por separado que conforman ese razonamiento. No usar esa capacidad para nada, y seguir lastrados en la rutina de operar como se ha hecho durante los últimos 100 años, puede resultar muy cómodo, pero es poco profesional y, sobre todo, aumenta el riesgo.
De la misma forma que se pueden hacer razonamientos en primer grado, como por ejemplo: si amenaza lluvia, me llevaré un paraguas. También se pueden hacer razonamientos en un grado superior, por ejemplo:
1 Para aprovechar la curva de caída del precio de la prima de las opciones por el paso del tiempo, se puede vender una opción con vencimiento cercano y comprar una opción del mismo subyacente pero de vencimiento lejano (calendario spread).
2 Para obtener una ventaja, y que el precio de la prima de la opción que se vende sea proporcionalmente más alta que el de la opción que se compra, se opera con puts si el diferencial de los futuros de ese subyacente se encuentra en contango, y en calls si está en backwards.
3 Independientemente de si el subyacente está en contango o bakwards, se escoge el producto cuyo diferencial de precio entre dos futuros sea mayor, midiendo para ello la diferencia porcentual entre dos vencimientos que equidisten entre si un año.
4 Para optimizar la parte del precio de la prima que corresponde a la volatilidad, se ejecuta esa operación cuando la volatilidad a corto plazo (la que se vende) sea muy alta, y la volatilidad a largo plazo (la que se compra) sea sustancialmente más baja.
5 Para materializar las ventajas anteriores, se agota la opción vendida hasta su vencimiento, procediendo en ese mismo momento a vender otra vez la misma opción extinguida, pero del vencimiento más cercano, embolsándose de nuevo la prima. La nueva opción vendida, seguirá estando cubierta por la opción que se compró en su día del vencimiento lejano, y que no hará falta volver a comprar, pues mantendrá su vigencia hasta su vencimiento.
6 Esta estrategia se utilizará principalmente cuando no se esperan aumentos en la volatilidad del subyacente, a ser posible, se usará durante las congestiones prolongadas dentro de un rango limitado.
Con este ejemplo, se demuestra como se pueden reunir y acumular varias ventajas en una sola operación compuesta por dos opciones, una comprada y otra vendida. Lo que hemos hecho es ensamblar seis conceptos ventajosos o útiles en un solo razonamiento (que en este caso se convierte en una estrategia operativa muy optimizada).
Uno de los motivos por los que a la mayoría de las personas les da mucha pereza razonar aplicando la lógica, es por haber adquirido el cómodo, pero nefasto habito de memorizar. Usar continuamente el cerebro para memorizar, en vez de para razonar, produce embotamiento mental. El cerebro, se sume en una rutina que lo vuelve mecánico. Cuando esa actitud repetitiva se enquista a lo largo de los años, la mente sólo se siente cómoda dentro del campo conocido de la repetición, entonces, se vuelve perezosa, y se sumerge en el círculo vicioso de memorizar, negándose a analizar nuevos retos que no forman parte del viejo patrón.
La manida frase "el saber no ocupa lugar", es mentira. Una mente embotada por tener que memorizar ingentes cantidades de información inútil, no tiene la agudeza y sensibilidad necesarias para seguir el hilo de un razonamiento complejo que desemboque en una manera inédita de resolver un problema.
El cerebro se resiste a abandonar el sistema repetitivo y a la vez cómodo de memorizar, para aventurarse en las procelosas aguas del razonamiento dentro de campos inexplorados que obligan a pensar. Memorizar información que nunca se va a utilizar, es poner plomo en las alas de la imaginación.
Llegados a este punto, el lector ya debe de estar imaginando que el sacrificio más grande que le espera no será el de tener que aprender cosas nuevas, sino el de intentar desterrar de su mente las ideas caducas y métodos desfasados que muy a menudo intentarán resurgir desde su subconsciente y reinstalar sus vicios ancestrales. Estos hábitos y manías tienen una apariencia muy inocente, pero son extremadamente nocivos para una operativa exitosa.
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