En la economía, como en cualquier otra ciencia social, no existe una fórmula infalible que nos libre de la bancarrota, o la insolvencia. Sin embargo, sí existen ciertos patrones que alejan estos escenarios: el ahorro y la diversificación en la inversión.
En este sentido, cuando ciertas personas no pueden afrontar de forma satisfactoria ciertos proyectos, llámese hipoteca, crédito de empresa, o préstamo del coche, se da una figura que puede darnos una segunda oportunidad para dar un paso hacia atrás hoy, para dar 2 hacia delante en el futuro: la consolidación de deudas.
¿En qué consiste una consolidación de deudas?
La consolidación o reunificación de deudas consiste en un proceso por el cual, una persona posee uno o más créditos y/o préstamos y los agrupa en uno solo. Este concepto está estrechamente relacionado con la reunificación de deudas, un término que, en la práctica, viene a significar lo mismo.
Pero, ¿cómo funciona la reunificación de deudas? La intención es adaptar la consolidación de deudas a nuestras necesidades. ¿Necesitamos más tiempo para pagar las deudas? Podríamos optar por reunificarlas y extender su plazo tanto como nos sea posible. O, ¿Preferimos pagar menos en el mismo plazo? En este caso tendríamos que encontrar ese banco o entidad financiera que mejora nuestras condiciones.
Como se puede observar, la consolidación de deudas solo tendrá sentido si sirve para mejorar nuestra situación actual. De lo contrario, no será útil realizarla.
Como se puede observar, la consolidación de deudas solo tendrá sentido si sirve para mejorar nuestra situación actual. De lo contrario, no será útil realizarla.
Por otro lado, debemos ser conscientes de algunos conceptos antes de embarcarnos en una consolidación, tales como el TIN o el TAE, ambas tasas son fundamentales para poder comparar ofertas entre bancos.
¿Es positivo para optar a una hipoteca?
En general, poseer deudas y pretender optar a una hipoteca no suele ser una estrategia que a los bancos les guste especialmente. Pensemos que el banco lo que ve es, a mayor deuda acapares, menor será tu solvencia y, por ende, mayor será el riesgo de impago.
Lo ideal será, por tanto, evitar a toda costa tener cualquier tipo de deuda antes de solicitar una hipoteca. Aunque, si nuestro caso consiste en una persona con varias deudas, quizá enseñar una única deuda sea a nivel estético más fiable. A nadie le gusta ser el 4º o 5º prestamista de alguien.
Lo ideal será, por tanto, evitar a toda costa tener cualquier tipo de deuda antes de solicitar una hipoteca. Aunque, si nuestro caso consiste en una persona con varias deudas, quizá enseñar una única deuda sea a nivel estético más fiable. A nadie le gusta ser el 4º o 5º prestamista de alguien.
Por tanto, respondiendo a la pregunta de si es positivo o no para optar a un préstamo hipotecario, la respuesta será depende. Depende de la situación personal de cada uno.
Escenarios más comunes en una consolidación de deudas
Para simplificar un poco más la consolidación de deudas, a continuación, te muestro algunos de los escenarios más comunes:
- Joven con bajos ingresos, y perfil laboral medio: Lo mejor será negociar una consolidación que nos aumente tiempo, y nos reduzca tasa de interés. Esto hará que mes a mes tengamos más alivio financiero. Nuestra juventud será la que juegue a nuestro favor para extender la vida del préstamo.
- Adulto con ingresos medios, y un perfil laboral bueno: En este caso la consolidación pasará por “vender” adecuadamente nuestro recorrido laboral. Ejemplo de ello será nuestro CV y la antigüedad que tengamos en nuestro trabajo actual.
- Persona mayor sin apenas gastos y jubilada: Aquí nuestra carta ganadora será si llegados a este punto tenemos una vivienda o no. En lugar de consolidar la deuda en forma de préstamo personal, será interesante ver las opciones de hipotecar la vivienda para obtener unas condiciones favorables a nivel financiero.
Por supuesto, ninguno de estos escenarios es una invitación a que se realice una consolidación de deuda, siempre será recomendable acudir a un asesor financiero que nos ayude a tomar la mejor decisión posible para nuestro caso personal.
Cómo afrontar el proceso con éxito
Si llegados al caso, te encuentras en medio de una reunifiación de deudas, algunos de los puntos de los que tendrás que estar atento será en primer lugar, evaluar tu situación.
- Nada será más importante que conocer tu propio caso y las distintas salidas o soluciones, sopesando ventajas e inconvenientes y tomando una decisión con conocimiento.
- En segundo lugar, cuando ya creamos que conocemos nuestra situación, lo ideal será ratificar esta con un profesional del sector.
- En tercer lugar, nos tocará comparar ofertas y elaborar un plan financiero. Cuando comparemos las ofertas sabremos cuál se ajusta mejor al nuestro plan financiero. Recordemos que un plan financiero no es más que planificar nuestros propios ingresos y gastos.
- En cuarto y último lugar, necesitaremos una buena dosis de disciplina. No gastar de forma superficial, no aceptar nuevas deudas, evitar gastos hormiga, e intentar ingresar más, será nuestro principal objetivo durante un tiempo, el que nos sea necesario para superar esta situación adversa.
En resumidas cuentas, aunque una consolidación de deudas puede ser una mala señal de como nos hemos planificado a nivel financiero hasta ahora, es también una segunda oportunidad para ahora sí, poder remontar el vuelo y mejorar nuestra economía personal y/o familiar.