Cuando tenemos una hipoteca, el trato es aparentemente sencillo: un deudor paga las cuotas del préstamo y un acreedor presta el dinero pertinente. Esto permite al deudor acceder a esa vivienda la cual, sin el préstamo, no podría adquirir.
Sin embargo, en algunas ocasiones el deudor se ve en medio de escenarios en los cuales, necesita de ciertas herramientas para poder seguir afrontando el pago de las cuotas. Una de esas herramientas, por ejemplo, son los períodos de gracia.
¿En qué consiste el período de gracia?
Un período de gracia consiste en posponer de forma temporal el pago de las cuotas de un préstamo pactada con el banco o entidad financiera. En este sentido, su duración máxima puede alcanzar varios meses, y será objeto de solicitación por causa mayor, tal como puede ser la pérdida del empleo, enfermedad, etc.
Cabe destacar también que, si bien estamos pausando el pago de las cuotas, los intereses se siguen devengando, por lo que nuestra deuda seguirá creciendo en este aspecto. Luego, también es verdad que cada banco o entidad financiera poseerá sus propias políticas y formas de proceder, por lo que la experiencia que encontremos en un lugar no tendrá que ser idéntica en otro.
Además, aunque el período de gracia puede ser una herramienta muy útil, es fundamental estar bien informado y considerar sus implicaciones antes de decidir si es la mejor opción para nuestro propio caso.
¿Puedo acogerme a dicho período? ¿Cómo lo solicito?
Para acogerte a este tipo de procesos, lo primero que tienes que comprobar es si en tu contrato hipotecario se prevé este tipo de situaciones. En caso contrario, tendremos que investigar si el banco posee una política interna para estas peticiones.
Adicionalmente, es posible que el periodo de gracia no lo contemple nuestro banco, por lo que puede que tengan otro tipo de soluciones alternativas que sean compatibles con lo que estamos buscando.
Por otro lado, para solicitarlo, el itinerario podría ser el siguiente:
- Asesorarte a nivel legal y financiero antes de ir al banco
- Negociar con el banco la mejor solución para ambas partes
- Reunir toda la documentación y formalizar la solicitud
- Esperar a la respuesta y volver a asesorarte en materia legal
En resumidas cuentas, este podría ser una buena estrategia para casi cualquier proceso: asesorarnos con profesional, establecer contacto con la empresa, esperar respuesta, y volvernos a asesorar con los profesionales necesarios. Nunca estará de más la opinión y la experiencia de un experto que, en este sentido, velará por nuestros intereses.
Ventajas y desventajas de conseguir un período de gracia
Para poder arrojar algo de luz a esta cuestión, a continuación, vamos a enumerar algunas ventajas y desventajas de acogerse a un periodo de gracia. Ser consciente de los pros y los contras nos hará ver que no es oro todo lo que reluce.
Pros
- Alivio temporal: Puede ser útil en situaciones de emergencia.
- Evitamos incurrir en impagos: Nuestro perfil financiero es clave en la sociedad en la que vivimos. Entrar en listados de morosos o deudores con mal perfil pagador solo nos cerrará puertas en el futuro, por lo que esta solución puede evitar esta situación.
Contras
- Intereses acumulados: Al seguir devengando intereses, nuestra deuda seguirá creciendo.
- Posible coste adicional, y deterioro de nuestra imagen de cara al banco: No es ni mucho menos plato de buen gusto tanto para el deudor, como para el acreedor, sentir que la operación está en riesgo. Además, puede que al comenzar el proceso exista algún tipo de coste asociado.
En última instancia, la responsabilidad de solicitar un período de gracia debe estar razonada en el escenario individual de cada uno. Evaluar y tomar una decisión será mejor o peor, dependiendo de cada caso.
Alternativas al período de gracia
Antes de comenzar el proceso por el cual, solicitamos un periodo de gracia, es cuanto menos recomendable comparar esta herramienta con otras que pueden suponer también una solución pata nuestro caso.
Algunas de estas alternativas son:
- Refinanciación del préstamo en una entidad con mejores condiciones: Esto podrá ser una muy buena solución si nuestro problema proviene por unas condiciones nefastas en nuestro préstamo.
- Reducción temporal de la cuota: En lugar de aplazar todo el pago, quizá sea más probable que nos aprueben una reducción temporal de la cuota.
- Periodo de carencia: Aunque este tipo de periodos es parecido al periodo de gracia, suelen enfocarse más bien el pago de intereses durante periodos algo más amplios, así, evitamos que se sigan generando en menor medida intereses por nuestro aplazamiento en el pago.
- Venta del activo: Si nos podemos permitir la venta de la vivienda, para poder más tarde poder adquirir otra más asequible para nosotros, será una solución más para tener en cuenta.
En definitiva, un periodo de gracia es un proceso que existe y se da en multitud de entidades y bancos. Asimismo, no es una herramienta que muestre una buena imagen de nosotros mismos como clientes, ni es positivo en el propio préstamo de por sí al seguir generándose intereses. Por lo que, su solicitud deberá estar justificada y ser una de nuestras últimas opciones de cara a seguir manteniendo una relación cordial con el banco o entidad financiera.