Es imposible que esto que dicen que es un país funcione con un mínimo de seriedad, mientras a todo aquel que se le ocurra intentar ser un poco serio tenga que asumir todos y cada uno de los días que está haciendo el tonto de una forma increíble. Es tan simple como entender que si lo que se prima es el puro cachondeo, no se puede esperar seriedad.
Hoy ha sido un día especialmente claro en ejemplos con unas decisiones de un sistema de justicia, que hace tiempo que ha dejado de ser sistema y por supuesto de justicia. Sé que de repente aparecerán numerosos personajes hablando del país del Lazarillo para tratar de justificar la degeneración de la situación en España, olvidando, (y supongo que en numerosos casos de forma interesado), un pequeño detalle. No es que España sea un país de pícaros; estamos en un país en el que como en todos y cada uno de los lugares del mundo a todo el mundo le interesa saltarse las normas para obtener un beneficio. Esta es la razón principal de la existencia de unas normas y de un sistema de justicia. ¿O es que creemos que aquello de prohibido robar no viene de que a todo el mundo le interesa robar?. Pues para que funcione una sociedad, tienen que existir unas reglas para penalizar y castigar aquellas acciones que perjudiquen a los demás. Así de sencillo. No somos distintos en relación a la picaresca; lo que ocurre es que en algún momento aquí se ha dado una total impunidad con un descaro increíble a unos cuantos y la consecuencia es la que nos encontraríamos en todos y cada uno de los lugares en los que determinadas personas tienen total impunidad: el degenere.
De ninguna forma puede soportar un país el hecho de que nos encontremos el mismo día con el archivo de la querella presentada al presidente del consejo general del poder judicial, por gastarse 13.000 euros del erario público en 20 viajes de fin de semana a Marbella, y mucho menos bajo los argumentos de que “no se puede acreditar la existencia de lucro”, ya que resulta que el pleno del consejo general del poder judicial estimó que no es necesario acreditar el motivo concreto que provoca el desplazamiento. Es decir, los jueces, (¡manda huevos!), han llegado a la conclusión de que se pueden cargar gastos al erario público sin que tenga que justificarse absolutamente nada. También resulta que como la intervención ha pagado las facturas sin hacer preguntas, pues resulta que no es delito. En el fondo es normal que no sea delito, porque lo que sería completamente tonto es lo que hacemos la inmensa mayoría de los ciudadanos: ¡cuando nos vamos de fin de semana, pagamos y tiramos de booking, low cost o de nuestro dinero!. Pero resulta que este señor lo que hace es ir a actos oficiales, ¡20 veces en tres años! a un sitio como Marbella, que para más inri es un sitio que es conocido en círculos judiciales pero no precisamente por organizar actos y congresos. El caso es que parece que no parece preocupar absolutamente nada el hecho de que el presidente de los jueces se pegue una vida padre sin responder absolutamente de nada y sin dar la menor explicación.
Pero además resulta que en el mismo día nos encontramos con el archivo de toda la familia Botín, por olvidarse de declarar unos dineros desde la guerra civil. El cachondeo de este caso comienza con un aviso de hacienda para que se regularice la situación, sigue con el cachondeo del Banco de España, ni de la CNMV que pasan de actuar por el pequeño problema de las participaciones declaradas, usando unos argumentos ridículos y acaba con un archivo de las actuaciones que vienen a significar que no ha pasado absolutamente nada, sin que sepamos a fecha de hoy absolutamente nada.
Lo peor del caso es que resulta que este personaje, va acumulando toda una serie de sentencias a cada cual más escandalosa, hasta que lo triste es que hemos llegado a un punto en el que la sorpresa mayúscula será que alguna de las acciones que comete sea investigada con un mínimo de rigor y seriedad.
Pero si tenemos que buscar lo que preocupa la gente, nos lo encontramos con las declaraciones de Esperanza Aguirre que propone suspender y celebrar a puerta cerrada la final de la copa del Rey porque ESPERA que una minoría, (y acaba de garantizar que no sea tan minoría) se dedique a pitar al príncipe, (que va representando la casa real que por cierto también está implicada en cierta trama de expolios de los fondos públicos), porque dice con toda la razón del mundo que son delito los ultrajes a la corona o al himno. De hecho, yo ya para completar la mañana reformaría el código penal para incluir que sea delito manifestar el desacuerdo con las actuaciones de personas asimilables a Botín o representantes del estado como Divar, y no aplaudir las gilipolleces de una presidenta económica que pretende cargarse una final de futbol, (que con razones o sin ellas es algo que espera mucha gente), porque algún grupito o grupazo, ¡es posible! que sea usada para manifestarse en contra de lo que ella cree.
Pero si fuese coherente; lo que deberíamos hacer es meter en la cárcel a Botín y a Divar; pero por supuesto, no por acciones pasadas, que parece que son difíciles de probar, (ni tan siquiera cuando salen a pesar de que se hagan ingentes esfuerzos por taparlas), sino en plan preventivo. Como es posible que cometan un delito, (y yo debería decir que en mi opinión hasta probable), el argumento es sencillo: ¡a la cárcel!, y luego si tal, ¡pues nada!. Se pide disculpas y a otra cosa. Y ya de paso, lo que deberíamos hacer es internar en alguna institución a Esperanza Aguirre, por si acaso resulta que al final se vuelve loca; ¡y ya tiene el listón de las tonterías altas!.