Tras muchos cuentos de desaceleraciones, lo que está claro es que en España lo único que se está acelerando es un proceso en el que todo se está aclarando y todo se está oscureciendo. Como no podía ser de otra forma, en esta historia parece que tampoco nos vamos a quedar en el medio y vamos a ir siempre hacia los extremos.
El resumen de la primera parte del día, lo puede escenificar perfectamente Dolores de Cospedal, que tiene una esquizofrenia curiosa; mira al pasado para tratar de relacionar un movimiento de la gente contra unos políticos que llevan tanto año mintiendo que no saben hacer otra cosa, con un guardia civil rancio que entró en el congreso arma en mano, tratando de hacer exactamente lo que parece están haciendo ahora mismo los políticos.
En todo caso parece que tiene razón Cospedal o Cifuentes, (comprenderán que las confunda) cuando se habla de que la voluntad involucionista del 25-S. Claro que se están intentando parar una evolución sin freno en muchos sentidos. Por un lado parece claro que los únicos que no se enteran de que vamos a un desastre son los que nos gobiernan, (lástima que sólo se enteren en la oposición; y lástima también que esta frase va para 2010 y va para hoy también sin poner nombres). Y por otro lado, parece que además del camino económico, social y para la clase media, también estamos avanzando en muchos aspectos hacía la ciencia ficción.
Tan sólo de esta forma, podemos encontrarnos con unas cuantas actuaciones dignas en las que nos encontramos con una mezcla entre la famosa película Minority Report y las más cutres tácticas propias de cualquier sistema en la que los derechos civiles cuenten lo más mínimo. Desde luego contrasta esto con la eterna frase del “presunción de inocencia”, que se oye normalmente en boca de los que al final se acaba probando tras muchos años que son unos chorizos involucionistas que están acabando con el estado.
La constitución por encima de todo, recoge la soberanía nacional, y la constitución por encima de todo recoge toda una serie de valores que se pervierten cuando desde las propias instituciones, personas que se creen completamente impunes, prostituyen las normas, la verdad y los discursos. Esto jamás debería ser olvidado.
Porque no es otra cosa que una prostitución o una perversión, organizar toda una serie de controles policiales, en los que directamente y sin necesidad de ningún indicio de haber cometido un delito se identifican y registran a personas, por el simple hecho de viajar en un autobús a una serie de manifestaciones que son perfectamente legales. Está claro que cuando los autobuses lleguen, podrán cometerse ilegalidades, e incluso estoy dispuesto a asumir que determinadas personas las harán. Como en todo colectivo, nos encontraremos personas de todo tipo y color, pero seguro que entendemos mejor la situación de los registros preventivos y las retiradas de caretas de anonymous, (o incidentes similares), pensando en otros casos y otros supuestos.
¿Qué ocurriría si a alguien se le ocurre registrar a todos y cada uno de los políticos, empresarios, banqueros y afines de España por el mero hecho de serlo?. Se puede pensar, que ¡dado que pueden realizar expolios al por mayor y dado que lo hacen a menudo, existirán razones más que suficientes para que sus derechos, sus presunciones y todo el estado de derecho se vaya a la mierda!. En este caso, todo el mundo entenderá, (o debiera entender), que para perseguir a una persona, es requisito imprescindible que se haya cometido un delito, (nada de preventivos), y además que existan algunos indicios de que determinada persona haya podido participar.
Cada registro, cada intercepción de cada autobús, o cada incautación de elementos tan peligrosos como cámaras o “caretas de anonymous, susceptibles de ser utilizadas para…”, no es otra cosa distinta que exponer las cuentas corrientes de determinados políticos a una parte del público sin tener absolutamente ningún indicio de nada. Por supuesto en ambos casos puede operar el “si no tienes nada que esconder…”, pero antes operan otras premisas como el respecto a unos derechos sin los que la sociedad no puede funcionar.
En todo caso, lo que es curioso es que en ningún momento parece que vamos a llegar al término medio. Tanto control, prevención y acusaciones de promover iniciativas que obstruirán el congreso, antes de que esto ocurra, es una locura, que contrasta con la inacción y la impunidad que tenemos en otros casos. ¿En qué año ocurrieron los hechos relacionados con Urdangarín?, ¿Cuántos años tardó lo de Alfredo Saez, (la condena, claro, porque el indulto fue más rápido)?. ¿Y todos los casos de corrupción?. ¿Qué tal va la situación por el fondo de Banif?, ¿los casos de preferentes?. ¿algún consejero del IBEX sin archivos por prescripciones?., ¿Cuántos años hemos tardado en no castigar a la familia Botín por esconder desde la guerra civil unos cuantos millones en Suiza?, ¿Han sido resuelto los expedientes por no declarar información relevante a la CNMV por los Botín?. Etc…
Está claro que en días como hoy se aclara mucho el ambiente, porque se muestran realmente los hechos que preocupan. Importan muy pocos delitos muy graves pasados, en los que el problema no es más que como taparlo, y nos encontramos de repente investigando el futuro. Importa muy poco que se instalen sistemas efectivos de control de las leyes y las normas, ¡a menos que quieras manifestarte!.
Hoy todo es más claro, y la pena es que todo se oscurece porque lo cierto es que la situación de hoy recuerda cada vez más a tiempos de fotografías en blanco y negro y uniformes grises. No deja de ser ironía, que de repente oigamos la comparación con el nacismo. ¡Curioso, porque tiene razón Cifuentes!. Yo también tengo la sensación de que para ahí vamos.