Ayer en el post sobre los cuentos que se están formando a cuenta del cachondeo de la UE, Chipre y la Mafia Rusa, me dejan un link al blog de Juan Ramón Rallo, en el que muestra, con una deportividad encomiable, que lo de retirar dinero de los depósitos no es un robo, sino que no es más que un ajuste contable realizado por el gobierno, que quita una parte de los depósitos que los bancos no podrán pagar, convirtiéndolos en acciones.
Todo el argumento viene derivado porque resulta que los depósitos de la gente se han usado para invertir en activos que no se pueden cobrar. En definitiva, y con toda la corrección del mundo nos recuerda Juan Ramón Rallo, que el dinero es deuda y que básicamente cuando se hace un depósito en realidad estamos prestando dinero al banco, que este a su vez invierte. En caso de que las inversiones del banco fallen, este no podrá pagar los depósitos y aquí estamos.
En fin, el caso es que disiento y mucho del comentario que han dejado en mi blog, manifestando que he olvidado esto; por la sencilla razón de que no soy yo quien ha olvidado unas cuantas cositas; me explico.
En primer lugar, Juan Ramón Rallo, comete un error imperdonable cuando dice: “En el mundo financiero actual, los depósitos bancarios no son dinero, sino deuda, es decir, promesas a entregar dinero“. Aquí se mezclan varias cosas, pero por aclararnos, los depósitos bancarios, (que recordemos que son cuentas corrientes, imposiciones a plazo…), son dinero contante según todas las definiciones que se nos ocurran. Cualquier economista sabe o debería saber que en lo que es el dinero existe una clasificación de los distintos tipos de dinero (explicado en este post) y los depósitos están incluido (concretamente en la M1 y la M2). Pero más allá de explicaciones esotéricas sobre promesas o lo que sea, los depósitos bancarios son dinero depositado en una entidad financiera, evidentemente con la promesa de que nos entregarán los billetes en efectivo cómo y cuando proceda.
Imaginemos que llevamos el dinero físico a una caja de seguridad de un banco. Evidentemente es nuestro dinero que está depositado en la caja del banco, y evidentemente tendremos la promesa de que nos lo entregarán en unas condiciones determinadas. Curiosamente en este caso, si el banco está cerrado, tendríamos exactamente la misma situación que en los depósitos. Podremos encontrarnos con una situación en la que se destruya o se robe este dinero, y resulta que en este momento tendremos que estar a lo que digan los seguros, que se suelen formalizar para situaciones excepcionales.
Por supuesto que existen diferencias entre depositar el dinero en una cuenta o una caja de seguridad; principalmente está el hecho de que, efectivamente, al depositar dinero en una entidad lo que se hace es prestar dinero para que esta lo invierta. ¿Qué ocurre si la entidad invierte mal, o si invirtiendo bien por razones sobrevenidas nos encontramos con pérdidas para la entidad que hacen inviable devolver el dinero depositado?. ¿Qué ocurre por tanto cuando la entidad no puede cumplir la promesa de devolvernos nuestro dinero, que es deuda de otros o activos del banco? (ojo a los posesivos que he puesto porque tienen su importancia). Pues ese es el punto que estaba perfectamente claro, y que parece que es lo que no se entiende. Hasta 100.000 euros por persona y entidad están garantizados; por lo que si el banco no puede atender sus compromisos por las pérdidas ocasionadas tendrá que activarse el procedimiento de liquidación, y tendremos que estar a la existencia de seguros y a la existencia de compromisos de los estados.
Y esto es muy importante porque de la misma forma que existen diferencias entre tener el dinero en una caja fuerte en el banco o en depósitos, existen muchas otras alternativas para prestar dinero al banco. Es decir, respecto a un banco X, yo puedo comprar acciones de esta entidad, (me convierto en su dueño y por tanto en dueño de sus beneficios y participe en sus pérdidas), o puedo comprar deuda de varios tipos, instrumentos híbridos o cualquier cosa que se nos ocurra. Para poder valorar lo que se hace, (¡y este es un requisito básico para todo el que quiera la economía de mercado!), tendremos que estar a las reglas y características y sobre todo a la ecuación riesgo-rentabilidad.
Si invierto en bolsa tendré una oportunidad de beneficios y una rentabilidad esperada mayor que si tengo el dinero en la cuenta corriente, pero a su vez correré una serie de riesgos. Esto es lo que en definitiva acaba fijando los precios de los activos y asignando los recursos. Pero claro, toda esta asignación se va a freír espárragos cuando resulta que “te roban”, y precisamente es esta supuesta asignación la razón por la que esto sí que es un robo.
Veámoslo en un ejemplo simple: La persona A tiene 1.000 euros y va al banco, al igual que la persona B. Ambas son perfectamente conscientes e informadas, (de aquí la gravedad de la masiva estafa en España a cuenta de productos “como imposiciones a plazo fijo”); Una persona deja el dinero en la cuenta corriente, renunciando a tipos de interés o contrata una imposición a plazo fijo; pero la otra persona decide invertir en algún producto que pueda generar una mayor rentabilidad; por ejemplo compra deuda subordinada.
Llegado un momento, resulta que el banco tiene problemas y resulta que por lo que sea solo puede atender pagos por 500. Concretamente hay una pérdida de 1.500. Pues en esta situación si el gobierno decide que el que debería cobrar 1.000 no cobra 1.000, y el que debería perderlo todo no lo pierde, estamos ante un robo. Es exactamente igual que si voy por la calle y exhibiendo una navaja logro que 20 euros del billete de otro viandante pasen a mi bolsillo, lo cual a pesar de que colectivamente no tenga efectos, (20 euros que pasan de un sitio a otro), es algo más que un “ajuste contable”. En la práctica lo que ha de ocurrir es que los bonistas, los titulares de deuda, los de preferentes y los de acciones han de perder todo antes que los de depósitos; lo que ha de ocurrir es que una persona que tenga en un banco 100.001 euros, deberá perder 1 euro en lugar de 10.000, el que tenga 1.000 no ha de perder un euro y el que tenga 300.000 ha de perder 200.000 (en lugar de los 20.000 que le tocarían); y el que tenga repartidos 200.000 entre dos bancos, pues no ha de perder. Y el estado lo que debe hacer es cubrir lo necesario hasta llegar a este punto, en lugar de quitarle dinero a todo el mundo para recapitalizar (dárselo a las entidades). En todo resultado final que no sea este, tenemos que unas personas han sido beneficiadas y otras perjudicadas, lo cual tiene su importancia, por mucho que la suma global de pérdidas y ganancias sea cero.
Como evidentemente en el ejemplo que estamos dando resulta que lo que puede pagar el banco no llega para cubrir las garantías, el estado deberá aportar los 500 restantes para pagar los compromisos. ¿Es esto socializar las pérdidas?. Pues claro que sí. Pero ojo, que la socialización de pérdidas, o el pago de compromisos entre los contribuyentes no es lo que se demoniza generalmente. Y para entenderlo, debemos estar otra vez a las reglas. Hay personas que renuncian a negocios a costa de seguridad, y hay personas que renuncian a seguridad por beneficios; lo que es inaceptable es que pongamos dinero para evitar las pérdidas a los segundos que hacían bandera de la existencia de unos riesgos y del mercado para justificar unos beneficios que parece que debemos pagar todos.
Dicho de otra forma, si un camión de bomberos del estado destroza la casa de alguien está claro que el estado debe restituir los daños causados, y esto es una socialización de las pérdidas; lo mismo que cuando ponemos miles de millones para rescatar a empresas de algo. Pero no son cosas ni tan siquiera parecidas.
Pero en todo caso, tengo que decir que no entiendo la defensa de este sistema que hace este personaje, que se basa en la siguiente frase: “se puede criticar el método, pero no que los depositantes vean menguar sus depósitos, pues esto era del todo inexorable si no queríamos socializar pérdidas”; que estaría genial en el caso de que no estuviésemos hablando de una inyección de 17.000 millones, que representa una salvajada para el país chipriota, de los que por lo de pronto deberán 10.000 millones entre los contribuyentes y que van a ir destinadas a recapitalizar las entidades financieras. A ver si alguien logra explicarme esto de que no se quieren socializar pérdidas, cuando se limpia a los de los depósitos, se endeuda por más del 100% al PIB y todo va para inyectar fondos a las entidades financieras que usarán para pagar a alguien. En fin como esto de evitar la socialización de pérdidas no sea una coña… ya me lo explicará alguien.