Anteayer hablaba de si el dinero este que se presume que llega, iba a alcanzar a la economía real, entendida esta como la mayoría de las personas. Al final el resumen es que el dinero llega de varias formas, y salvo el endeudamiento, las otras dos pasan por una forma de recuperación de dichas personas. Es decir, o bien se recuperan los ingresos de las economías domésticas o bien se recuperan los activos que tienen las economías domésticas. Si nos damos cuenta, ambas cosas están relacionadas, e incluso con la tercera. Las economías domésticas se podrán endeudar si o bien se incrementan sus rentas disponibles o bien el valor de sus activos.
Pero lo importante es que he mencionado demasiadas veces la palabra “recuperan”, como para que pase desapercibido. Al final el dinero llegará si se recupera lo que venimos a llamar clase media, y curiosamente es lo que al final hará recuperar la economía. Es tan sencillo como entender que economía, desarrollo y clase media son conceptos que siempre han ido de la mano. Mediante determinadas medidas podemos romper una ecuación innegable durante un tiempo, o incluso podemos conseguir que el deterioro económico no afecte al sector financiero. Y por supuesto podemos encontrarnos con un número creciente de millonarios en el supuesto de países en los que no existe la clase media. Pero no podemos romper la ecuación, por mucho que nos empeñemos en malinterpretar los datos.
Y no nos podemos empeñar en romper la ecuación, porque con un mínimo de sentido común nos encontraremos con una serie de paradojas que hacen inviable un plan por mucho que todos los analistas lo bendigan.
Si resulta que las ventajas son los sueldos bajos, llegaremos a la conclusión de que nunca podremos mejorar, porque perderíamos dicha ventaja. ¿A dónde lleva este camino?. Si la salida a la situación es especular con los bienes básicos, nunca podremos mejorar, ya que cuando los podremos consumir, significará que se han hundido. Si la ventaja competitiva es que la situación es tan desastrosa que aquellos que pretendemos estar en la clase media tenemos que aceptar lo que sea, no servirá para nada, ya que dependerá de que estemos en una situación desastrosa.
Estamos pues ante una situación muy incómoda, ya que asistimos a una recuperación cuyo éxito depende de que no haya recuperación. Y pretende alguien contarnos que para que haya clase media se necesita destrozar a la clase media y que esta no se recupere.
Pues con todo esto, nos encontramos con dos visiones ante este proceso; por un lado tenemos unas cuantas voces que dicen que no hay alternativa a lo que está sucediendo, mientras que enfrente tenemos a otras voces que afirman que hay alternativa a una recuperación basada en la pérdida de la clase media. Lo curioso es que las dos cosas son mentira. En particular me gustaría que aquellos que defienden que habrá avance económico sin clase media, que me den tan sólo un ejemplo en la historia que haya ocurrido tal circunstancia. Tan sólo un país, región o entorno desarrollado sin clase media; con esto nos daremos cuenta de lo obvio. Se llama recuperación a la recuperación de los mercados financieros, que se han recuperado provisionalmente gracias a destrozar a la clase media, (no lo ha hecho la crisis), y esto siempre es un desastre.
Esta alternativa no lleva a ningún sitio. No es que las haya mejores; es que esto no es opción.