Una vez pasadas las elecciones tenemos un día en el que nos cargamos de ejemplos para explicar la crisis que tenemos, las ayudas que no son ayudas, la situación de la sociedad, la desafección a los políticos y la supuesta recuperación en la que se encuentran algunos, acompañado de las razones por las que dicha recuperación no se percibe. Todo ello en un día descorazonador.
En primer lugar, nos encontramos con los nuevos límites de velocidad que entrarán en vigor después del verano. En principio tenemos una bajada generalizada de los límites de velocidad que va en línea con lo manifestado en 2012; en aquella época, colocaba en un post que aunque en aquellos momentos se defendía que “la diferencia de 20 km/h entre autovías y autopistas y el resto de vías no es razonable”, en el contexto de la quiebra de las concesionarias de la autopista; nos íbamos a encontrar con la bajada de límites de velocidad en el resto de las vías acompañada del incremento en autopistas, justificándolo siempre con criterios de seguridad y medioambientales. Pues aquí lo tenemos; un rescate a las autopistas buscando la forma de que evitar pasar por caja sea cada vez más difícil. Es así de simple; lo que se hace es (y lo digo así de duro por razones que luego se entenderán) joder a los ciudadanos para salvar a unos cuantos.
De hecho, es muy irónico, como incluso en este baile de las velocidades, tenemos a la PACA, (nombre muy apropiado, aunque no se refiera a una señorita de vida alegre sino a la Plataforma de caravanas autónoma), que ha conseguido que los vehículos con autocaravana puedan circular a la misma velocidad que los vehículos, a pesar de que, por evidentes razones físicas, por evidentes razones de diseño de vehículos, (los coches no se diseñan para ir normalmente con un remolque de grandes dimensiones y peso), y evidentes razones de habilidades al conducir, (¿O es que la gente está igual de habituado a controlar y frenar un coche que un coche con caravana?), la seguridad en ningún caso es la misma. No se busque nada, la PACA es mucha PACA y hay mucha gente que viene del extranjero en autocaravanas por lo que en realidad el gobierno es sensible. Aunque bien mirado, lo que nos acaban de convertir a todos en autocaravanas. En fin.
Pero ya que estamos rescatando a gente o dando favores, tenemos una “advertencia”, (que todos entenderemos realmente como una amenaza), a las plataformas de BlaBlaCar, Uber o Cabify, o mejor dicho a las plataformas de uso compartido de coche. A pesar de que el 30 de mayo de 2014, (o sea, hace 10 días), desde Bruselas se han posicionado a favor de estos medios de consumo, al suponer innovación, bajadas de precios, incrementos de renta disponible y mejoría económica de los consumidores; nos encontramos con la advertencia de Fomento, en línea con lo pedido por las asociaciones de autobuses y taxistas, y amenaza con multas a los usuarios de estas plataformas. Básicamente, lo que se está haciendo es tratar de imponer, otra vez, a los ciudadanos toda una serie de costes, (esta vez en forma de rotundas multas), para proteger el negocio de unos sectores, que por cierto no están regulados. Espero se entienda que es lógico entender que los taxistas y los concesionarios de líneas de autobuses, en muchos casos han pagado unas licencias increíbles por un mercado protegido, y que están en un problema grave, pero ello implica rectificar situaciones (como explicaba en 2011). Esto significa en la práctica que se ha de solucionar el problema de estas personas, pero sin (y vuelvo a usar la palabreja) joder y hundir a los demás en el fango. Ni los taxistas deberían buscar soluciones que pasen por hundir a los ciudadanos, ni los políticos deberían aceptarlo en ningún caso, porque resulta que al final los ciudadanos vamos a entender que la solución pasa por mandar al paro al que se le ocurra esto, y sin ningún tipo de comprensión.
Y para acabar, me gustaría acabar explicando porque he usado tanto la palabra “joder”; pues sencillamente porque con esta forma de plantear las políticas pronto dejará de ser una palabrota; no hay más que entender que una de las últimas trampas que nos encontramos es que el PIB ahora incluirá las actividades ilegales, (y en particular la prostitución y las drogas), de forma que sube en 20.000 millones. Alguien sesudo nos dirá que esto ayuda a pagar la deuda pública y supone un alivio para el déficit, lo que sería cierto si pagasen impuestos, lo cual parece un poco absurdo.
Independientemente de lo que se tarde en introducir tasas e impuestos en dichos sectores, (absurdo y difícil no es algo que suela pararlos), lo que está claro es que curiosamente nos encontraremos con una situación en la que los incrementos de prostitución supondrán una mejoría del PIB, amén de todos los discursos de “se crean tropecientos mil empleos” o incluso el “mejor estar trabajando que tirada en su cama”. En definitiva, por una subidita del PIB, informes ad hoc mediante, nos acabaremos encontrando con que la prostitución es buena y resulta que sin que sirva de precedente no resulta nada descabellado que en un par de años nos incentiven a joder (siempre en aras a unas decimillas de subida del PIB), por muy católico, apostólico y romano que sea el gobierno actual y por muy progresista y talantoso que sea el que hoy aún es considerado como principal partido de la oposición.
Tenemos que tener en cuenta además que temo que la patronal del sector tendrá especial facilidad de interlocución con numerosos representantes públicos, ya que incluso son estos los que me temo que van a la sede de los lobbies, de tal forma que temo igualmente que son unos cuantos servicios los que hemos y vamos a pagar los ciudadanos, (de igual forma que hemos pagado unos cuantos cayenne que no hemos llegado a disfrutar).
Llegados a este punto, lo curioso puede llegar a ser que alguna gente no quiera o no pueda pagar los servicios de estas señoritas. Como sigamos por este camino, resulta que al final tendremos que entender que el sexo acordado sin negocio por medio entre dos personas, tendrá el problrema que he puesto en la redacción de esta frase, (¡sin negocio!), de tal forma que poco a poco nos encontraremos con toda una serie de trabas. La primera será prohibir o amenazar a las empresas o páginas web de búsqueda de parejas; y desde luego será especialmente grave si en la pareja se comparten los gastos del coche para viajar por carretera.
Por este camino, se explicarán las razones de la desafección en base a un dicho que dice algo así como que o disfrutamos todos, o la prostituta puede acabar en el río, lo cual no es más que una frase hecha que dice que machacándonos, acabaremos machacados y sin aprecio alguno por el machacante, (y evidentemente en esta última frase no busquen ninguna connotación sexual).