El otro día me dejan un comentario extenso en un post en el que critican varios puntos muy interesantes. El primero se refería a un argumento reiterado que no tiene demasiado sentido:
“Las sociedades extranjeras de características de las SICAV y las SICAV en España favorecen a sus propietarios "los ricos" en el sentido de que como bien dices tu no pagan plusvalías por sus operaciones financieras (1% sobre plusvalías y dividendos).
Ahora la pregunta es ¿se va a recaudar más eliminando estas sociedades? Porque aunque la recaudación (de ese 1% más los costes de operación facturados y que pagan impuestos via entidad financiera en que está domiciliada) sea ínfima yo prefiero que se recauden aquí. “
En resumen; que mejor rascar algo que no rascar nada y que, además, se genera el negocio en las entidades financieras que pagan impuestos.
Lamento mucho tener que concluir que esto es una gran falacia que se puede comprobar de una forma muy sencilla.
Ante todo debemos entender que las SICAV (al igual que todo tipo de estructura) son un instrumento. El problema no es que las SICAV paguen más o paguen menos; el problema es que las SICAV son un instrumento que permite que determinadas personas paguen unos impuestos mucho menores que lo que correspondería. Es importante el matiz de introducir la persona en este razonamiento.
Se habla de la posibilidad de que las SICAV trasladen su domicilio (a eso me refería en el post), cuando en realidad de lo que se trata es de que los ciudadanos españoles tributen de acuerdo a sus posibilidades (de acuerdo a lo establecido en la tan mentada e ignorada Constitución Española). ¿Qué una persona no está dispuesta a tributar lo mismo que el resto de los ciudadanos? Pues no tiene sentido que esté en este país. Es decir, eliminando los privilegios de las SICAVS no se trata de que se traslade la sede de la SICAV. Ni tan siquiera el destino de las inversiones. Se cerraría una de las puertas que tienen determinados españoles para no pagar impuestos como todos los demás.
Es posible que algunos de los orgullosos propietarios de SICAV se fuesen del país; pero entendamos con un ejemplo lo que ocurriría con la recaudación:
Imaginemos que tenemos 50 personas con distintas SICAV (y todos sus mariachis); Cada una de las SICAV han obtenido 1.000.000 € de beneficios. En el mejor de los casos la recaudación sería de 500.000 €. Las cuentas son sencillas.
Ahora bien, resulta que se acaba con el instrumento que permite a estas personas pagar este importe en concepto de impuestos. Aceptemos que algunas de estas personas se van a ir del país. Pongamos que se van la mitad. Imaginemos que los que se quedan pagan un 30%, que es lo que correspondería a una nómina un poco alta (aunque sin demasiados excesos y desde luego lejos de 1.000.000€ al año). ¿Qué ocurre con la recaudación? Pasa de 500.000 € a 7.500.000 €.
Se puede hacer una simple ecuación para analizar los efectos de la recaudación y se ve que en todo caso la recaudación mejora.
Está claro que es algo que a estas personas no les hace ninguna gracia, tal y cómo pueden atestiguar todos los que estamos poniendo este dinero en su nombre con unas rentas mucho menores. Pero esto va así. El que quiera vivir en un país en el que pagar el 1% de sus beneficios tendrá que ir a un estado fallido como Somalia y vivir en consecuencia.
Es posible que tuviésemos un número nominal algo inferior de millonarios; pero debemos tener en cuenta que, por lo de pronto, se quedarían los que de verdad quieren quedarse por otros motivos y están dispuestos a asumir la citada Constitución Española. De repente puede tener algo más de sentido esto de facilitarles las cosas y, en su caso, rescatarlos. Por no hablar de ciertos aspectos como la disminución de la desigualdad. En definitiva, estadísticamente estaríamos mejor, pero en términos de recaudación, de mensaje, de equidad, de justicia y de igualdad de condiciones obtendríamos una gran mejoría.
Me queda la segunda parte del comentario y los otros beneficios; la facturación de las entidades financieras y los impuestos pagados por estas. En primer lugar, debemos dejar claro que las entidades financieras tampoco están generando impuestos. Salvo el caso de Bankinter, el resto de las entidades de este país son una auténtica sangría en materia de impuestos (evidentemente es otro punto que hay que tratar); en consecuencia el argumento de que el estado recauda impuestos a partir de los beneficios de las entidades financieras es simplemente absurdo, por inexistentes.
Lo que sí es cierto, y es la razón de todo este esquema, son los beneficios de las entidades financieras en virtud de las comisiones generadas. En realidad, este es el quid de la cuestión. Las entidades financieras con este esquema consiguen ofrecer un servicio que significa que por una módica comisión determinadas personas no pagan impuestos. Dichas personas ahorran una parte significativa y pagan por un servicio. Para entender el valor para todos los españoles de este servicio tendremos que entender que consiste en destinar recursos para evitar la contribución a los españoles.
Dicho de otra forma, está claro el negocio desde las entidades financieras, desde los ricos y desde los que defienden los intereses de estos en particular. Pero de la misma forma está claro que las actividades de diseño, elusión fiscal y formación de opinión para que determinadas personas no cumplan con lo que les corresponde no genera un valor añadido para la sociedad.
Es decir, no se crea riqueza de ningún tipo, ya que se gastan recursos en conseguir que otros paguen por ti.