Una vez dentro del artículo, resulta que la Asociación Madrileña de la Empresa Familiar (AMEF), ha emitido una opinión durísima al respecto de lo que está haciendo el gobierno con la asignatura de Educación para la Ciudadanía. En resumen, que se están vendiendo falsos estereotipos, tratando a los empresarios como el diablo, jugando al contraste entre un gobierno maravilloso y los empresarios malvados, y en general manifestando que el gobierno es un desastre y que la situación que se crea atacando “condena para mucho tiempo, les roba un futuro digno de tal nombre, arrebatándoles el conocimiento y la posibilidad de convertirse en ciudadanos verdaderamente ilustrados y modernos”, (a los jóvenes).
Hombre, lo primero que me gustaría señalar es que a ver si nos aclaramos, porque no es lo mismo criticar el usar el poli malo, poli bueno; que no estar de acuerdo con el papel. Dicho de otra forma, una cosa es no estar de acuerdo con la creación de estereotipos y otra cosa es no estar de acuerdo con el estereotipo creado.
En realidad no conozco el detalle de Educación para la Ciudadanía, no conozco los manuales y mucho menos, como se imparte tal asignatura, por lo que sinceramente no podría valorar ni que, ni como se está transmitiendo la idea en la sociedad. Afortunadamente, el artículo explica que las razones para tal ataque salen de los temarios de los libros y recogen algunas de las citas para apoyar sus tesis. Aunque a estas alturas del partido ya no sé si se critica a Zapatero, a los gobiernos o a las editoriales que han sacado los manuales de la asignatura; la verdad es que trato de leer las citas que nos facilitan.
De los manuales de Anaya, los periodistas, (o los empresarios), sacan las siguientes frases:
“La convivencia en democracia: el poder político es el poder supremo que, en una sociedad, decide, de manera obligatoria para todos, lo que debe hacerse y lo que no debe hacerse”.
“El Estado como red de seguridad:.. Observa, sin embargo, que a lo largo de la vida podemos tener contratiempos inesperados. Para hacer frente a esas situaciones, el verdadero Estado de bienestar debe cumplir una función similar a la de la red de seguridad que suelen usar los trapecistas en el circo: en caso de que caigamos en algún momento de nuestras vidas, debe impedir que nos estrellemos”.
Pues hombre. La verdad es que esto es lo que debería ser. Al fin y al cabo tenemos aquello de la soberanía popular, o aquello de que cuando votamos, elegimos, (para bien o para mal), que creo yo que es la esencia de la democracia. De hecho, mi critica principalmente estriba en que esta frase hace tiempo que no es más que retórica, porque parece que aquí las normas solo van para unos. Pero, ¿no quedamos en que es importante establecer unas normas claras del funcionamiento de la sociedad y que todos las cumplamos?. Por cierto, que aquí no veo ningún ataque contra las empresas y tampoco contra los pensionistas, (por poner un ejemplo).
Respecto a lo de la “red de seguridad”, pues la verdad es que esto no es más que el fundamento del estado de bienestar, o es lo que en realidad debe ser. ¿Para que pagamos impuestos?. Pues para mejorar como sociedad. Esto no es otra cosa que la teoría, y claro, la critica debería ir a analizar si esto se está cumpliendo o no. Y para eso, debemos preguntarnos en la situación actual ¿Quién está rescatando a quién?.
De los manuales de McGraw Hill, se sacan las siguientes citas:
“En la actualidad, ciertas organizaciones poderosas”, como las “multinacionales”, “utilizan la enorme influencia de los mass media para difundir valores, ideas y costumbres que favorecen sus intereses””.
Hombre, discutiremos si esto es algo ofensivo para los empresarios, o no. Por una parte entiendo que quien extrae esta cita considera que es ofensiva para los empresarios, al poner en negro sobre blanco una práctica que no se debe hacer o que no se hace. Pero en serio vamos a discutir la existencia de los ¿mass media?. Oiga. ¡que se anuncian en Internet!. Lo que no tengo claro, es que esto sea exclusivo de las organizaciones poderosas, (a menos que le confiramos tal característica a la asociación del taxi, por poner un ejemplo). De hecho, curiosamente, la prueba de estas prácticas es el artículo que nos ocupa: ¿no están intentando cambiar la opinión de los empresarios?.
Sobre las campañas de formación de opinión, podemos discutir su bondad o no, pero la gran contradicción es: ¿Por qué ponen el grito en el cielo si un manual refleja esta realidad?. Oiga, que si consideran que es una práctica no apropiada o digna del diablo; ¡no las hagan!. Esto existe y decir que no existe sería inconcebible. Por supuesto, negar los intereses es absurdo.
McGraw Hill, también pone lo siguiente:
“Algunas grandes empresas multinacionales poseen una extraordinaria capacidad para hacer que el precio de las divisas, el del petróleo, el de las acciones y las mercancías en general suban y bajen de acuerdo con sus intereses”.
Hombre, discutir ahora el poder de algunas empresas, sobre todo entidades financieras, para alterar el precio de determinadas cosas, me parece hasta absurdo. De todas formas, en algo sí le doy la razón a los empresarios. Quién use estas tácticas no son empresarios, sino especuladores o hombres de negocios. Lo mismo. ¿considera que esto son prácticas no apropiadas?. Pues ya somos dos, y las opciones son negarla existencia de esto o limitarlas. Elijan.
SM tampoco se libra del ataque de la AMEF que saca tres citas:
“Por desgracia, el derecho al trabajo no significa que todas las personas tengan asegurado un puesto de trabajo, sino que los Estados deben de hacer todo lo posible para lograrlo”. (¿y?). ¿Dónde se supone que está el ataque a las empresas?. Y por cierto: ¿el error?. Las empresas deben ganar dinero, obtener beneficios y distribuir los recursos. Los estados deben promover el empleo, (algo así consta en la constitución). ¿Qué quiere que ponga SM?.
“Muchas veces, las empresas multinacionales obtienen mayores beneficios a costa de las condiciones laborales de los trabajadores de estos países” (en relación a las deslocalizaciones).”. Pues hombre, dejando aparte el hecho de que nos piden contenciones salariales, que aceptemos despidos y flexibilidad para que las empresas no se deslocalicen, ¿Por qué se deslocaliza?. ¿No es para obtener beneficios?, ¿no es por que en otros países las condiciones son peores?. ¿no influye esto en que los de la fabrica de SEAT en Martorell, acepten congelaciones salariales para que no se vaya el Q3?. Repito la pregunta: ¿Qué querían que dijese SM acerca de las deslocalizaciones?.
“Las multinacionales: son grandes empresas que se extienden por varios países para fabricar sus productos y para venderlos”. “Son tan grandes que sus ventas son comparables a la riqueza del PIB de muchos países”. Hombre, no es que se vaya a dar el Nobel de economía a los de SM por un análisis tan profundo, pero vamos, que no veo la ofensa por ningún lado y tampoco el error.
Realmente he dejado para el final dos frases, sobre las que el artículo habla, porque considero que pueden ser las únicas que admiten cierta polémica:
“El neoliberalismo económico, en principio, perjudica a todos los trabajadores, pero sobre todo a las mujeres trabajadoras”, que según el artículo aparece en el manual de McGraw Hill. Tengo que reconocer que esta frase es bastante discutible, ya que incluye dos sentencias. La verdad es que habría que ver el concepto, porque la palabra “en principio” me hace sospechar que hay un final. Y desde luego deberíamos tener la argumentación. Por lo tanto, en esta frase si que veo una posible afrenta a los empresarios. La duda, es que si podemos llegar a alguna conclusión respecto a la frase referida, sin tener el contexto y los razonamientos.
En todo caso, debemos tener clara una cosa, y esto es mi opinión: El liberalismo, nos beneficia a todos, (sea nuevo o viejo). Es mi opinión. Claro que lo que el liberalismo parte de unas premisas en las que no existan “fallos de mercado”, como pueden ser cuotas, subvenciones, información asimétrica, poder de mercado, monopolios u oligopolios, cuotas, subvenciones,… Por supuesto, esto de pedir liberalismo para los demás, pero protección al estado no me parece a mi liberalismo, y ese sistema (póngale el nombre que le de la gana), perjudica a los trabajadores, a las mujeres y al final también a los empresarios.
La última frase es más fuerte incluso “D. Ramón era el dueño de una de las más importantes fábricas de papel del país. Debido a su avaricia por ganar dinero, no le importó que su fábrica contaminara el río sobre el que se asentaba, lo que provocó un vertido tóxico en el agua que llevó a la muerte a muchos peces y a la intoxicación de animales debido al consumo de agua y pescado contaminados. Quedaron afectadas gravemente las riberas, la fauna doméstica y salvaje, e incluso la atmósfera. D. Ramón conocía todo lo ocurrido y no le causaba la menor preocupación...”. La verdad es que es imposible negar la demagogia de este ejemplo. Lo malo es que tampoco nos costaría demasiado entrar a encontrar ejemplos similares, y sinceramente en esta crisis, estamos entre otras cosas, por culpa de una borrachera de Wall Street, (palabras de George Bush, que no es precisamente sospechoso de comunista).
En resumen. La verdad es que me parece que tienen bastante poca munición para disparar contra esta asignatura. Y sinceramente el estudio en sí es claramente contraproducente.
¿Quieren mi opinión?. Si quieren recuperar la imagen del empresario, han de luchar contra las prácticas que están denostando la imagen del empresario. Todos entendemos que tras las campañas de publicidad existen múltiples empresarios, que con sus aciertos y errores, tratan de construir, crear valor, salir como puedan y tratar de ser honrados. Aunque a veces las cosas no salen como esperamos, todos conocemos empresarios honrados, honestos y justos. En definitiva, lo que a mi me gustaría llamar “personas”. Por supuesto, estos calificativos no son exclusivos de empresarios, sino que va en la persona, sea empresario, trabajador o pensionista.
El problema es que resulta que en los medios, sólo aparecen los que tratan de convencernos de las conclusiones más absurdas, por ejemplo este, y esto es lo que realmente tiene que fastidiar a los “empresarios” de verdad.
Se lo digo desde la sinceridad de estar sufriendo un problema similar. Yo soy economista y me gusta considerarme así, y últimamente gracias a que en los periódicos están cuatrocientos mil que o no son economistas, o no piensan en clave de economista, están dejando una profesión que me apasiona al nivel del betún, (peor incluso que los empresarios). Pues mire, ahora tengo dos opciones; o negar el cachondeo de los supuestos economistas o bien defender, donde y como sea, que aquel que viene a vendernos cualquier moto no es un economista.
Como es obvio, he optado por no negar la realidad y afrontarla, (si quiere con humor, pero desde luego no escatimando esfuerzos), con errores y aciertos, pero sobre todo tratando de ser honesto. Ahora me gustaría que los empresarios, (los de verdad), salgan a defender su posición, su calidad y su valor. Y lo primero es distanciarse de los que en despachos públicos, o de los que tratando de manipular a la sociedad para conseguir tensar una cuerda, busquen conseguir negocios, (no confundir con crear valor), que no pasan por construir, sino por apropiarse.
Esta es una de las cosas que necesitamos. ¡Que los empresarios de verdad salgan y den la cara!.
¿Quién es empresario de verdad?. Pues mire, el primero es aquel cuya preocupación es la caída de clientes y el que pide que los clientes mejoren para mejorar él. Tanta historia y tanta demagogia, y jamás he visto en los periódicos una recomendación de recuperar la demanda para tener un mercado en el que competir.