Imaginen una persona que acaba de cambiar de trabajo, Ahora tiene que estar a la hora de entrada en una zona alejada de su domicilio y tiene que acudir en coche. Esa persona, (abusando de la imaginación), no conoce la zona.
Pues esa persona tiene que estar a una hora determinada en otro punto de la ciudad, y ha de saber cuanto tiempo le llevará el recorrido al trabajo, para cumplir ese objetivo.
El tiempo necesario depende de multitud de factores, algunos muy visibles, otros no tanto. De esta forma si somos capaces de determinar todas las circunstancias del viaje, podríamos saber exactamente cual es el tiempo necesario. Pero esto no es posible. Por tanto el proceso que seguimos es hacer estimaciones. Estimamos el tiempo necesario para el recorrido y salimos a la hora necesaria en consecuencia.
El primer día tenemos muy pocos datos, ya que sólo sabemos la distancia en kilómetros, e incluso pudimos hacer un recorrido para ver el estado de la carretera. Lo normal será que preguntemos a algún conocido. Pero claro, no sabemos el tráfico que habrá a esa hora, el tiempo que tardaremos en aparcar en la zona y no tenemos ni idea de los posibles problemas que nos encontraremos. La solución tiene que ser salir con bastante antelación.
Poco a poco, con el paso de los días, y la experiencia, iremos aprendiendo, y conoceremos que los lunes, hay más tráfico; que en la glorieta de turno perdemos un buen ratito; que los fines de mes hay menos tráfico; que saliendo 15 minutos antes, el tiempo varía por la escuela que tenemos en el camino, y multitud de pequeños detalles que marcan lo que en definitiva es lo que nos interesa: “Saber a que hora tenemos que salir de nuestro hogar”.
Por supuesto, cada día pasará algo. Un día encontraremos un coche en doble fila, otro un coche maniobrando despacio en la salida del garaje, Otro día nos encontraremos la glorieta bloqueada. Incluso puede pasar que exista algún día que no pase nada excepcional, (lo cual será lo más raro). Por tanto nunca podremos saber exactamente cuanto tiempo tardaremos, pero sin embargo de alguna forma, seremos capaces de estimar con bastante precisión la hora a la que debemos salir.
Un buen día algo cambia. Puede ser que cambien las frecuencias de los semáforos, que cierren una calle en la zona, (da igual que pasemos por ella o que aunque no pasemos por ella, los coches sean desviados a nuestra ruta), o puede ser que por fin desdoblen la glorieta que tanto nos fastidia. ¿Que es lo que ocurrirá?. Nosotros hemos salido a la hora de siempre, y de repente el cambio ha destrozado nuestros cálculos, llegaremos muy tarde o muy temprano. Pero nuestras estimaciones ya no sirven. Por tanto, al final volveremos a empezar y tendremos que volver a cambiar las predicciones, y ahora los tiempos será completamente distintos.
Considero que con este ejemplo, podremos entender algunos aspectos de la estadística o de la econometría, que no deja de ser la estadística aplicada a las ciencias económicas. En definitiva, siempre se trata de construir unos modelos, para conseguir unas estimaciones de una variable que a priori no podemos conocer, a partir de unos datos que si podemos conseguir. (ya sea tiempo para llegar al trabajo, la probabilidad de que nos salga la carta que necesitamos en un juego o las ventas de nuestra empresa para el año que viene).
Por tanto a partir de este ejemplo me gustaría tratar de explicar algunas cuestiones relativas a las predicciones, esperando que se vean de forma sencilla.
¿Por qué todas las predicciones son similares, pero no iguales?.
Es fácil ver que si preguntas a dos conductores cuanto tardan en cruzar una ciudad, tendremos diferencias, aunque al final el resultado sea parecido. Cada persona tiene su experiencia, y en consecuencia tiene sus propios datos, y su propio resultado. Pero sin embargo, al final el tiempo necesario es similar, por lo que aunque cada cual se fije en sus propia experiencia los resultados a los que llegan tienen que ser similares.
En la economía pasa exactamente lo mismo. Existen multitud de variables económicas, que podemos usar; es evidente que existen fuertes relaciones entre unas y otras. Por tanto el analista que se ha fijado en el precio del petroleo, puede ser capaz de establecer una relación entre el precio del petroleo y la actividad económica. Aquel que ha ido mirando las ventas minoristas, logrará también establecer la relación con la actividad económica. Por tanto, ante la pregunta del sentido de la actividad económica, ambos presentarán respuestas muy similares, pero no idénticas.
¿Por que todas las predicciones han fallado estrepitosamente?
Es fácil entender que cuando el conductor se encuentra de repente obras en el trayecto, llegará tarde al trabajo. En las predicciones ha pasado lo mismo. Todos sabemos que los consumidores, los empleados, los bancos, y todos los agentes económicos no se comportan igual en épocas de bonanzas que en épocas de crisis. De forma que podemos asumir que el sistema económico no se comporta de igual forma. Dicho de otra forma, alguien nos ha preguntado cuanto tiempo llegamos al trabajo, y no nos hemos dado cuenta de que el puente que teníamos que cruzar se había derrumbado y teníamos que dar un largo rodeo, en medio del embotellamiento que han formado todos los que con nosotros se han equivocado.
¿Se pueden usar estos modelos para tomar decisiones de los organismos?
Pues la verdad es que esta pregunta es un poco más complicada. Para entender la formulación podríamos hacernos la pregunta en el sentido siguiente: ¿Pueden los encargados de diseñar las vias de una ciudad, estimar de la misma forma que nosotros que sólo intentamos ir a trabajar?
Los modelos económetricos, son claramente instrumentos apropiados para el uso por empresas. A partir de variables conocidas, se pueden estimar valores de otras variables desconocidas, pero teniendo en cuenta que el sistema no varía. (que no van a abrir obras en alguna carretera). Los modelos se vuelven absolutamente inútiles, cuando cambias las circunstancias, la situación o las reglas del juego. Debemos tener en cuenta que los gobiernos, por definición actúan sobre las circunstancias, en consecuencia, parece estos modelos pueden tener una utilidad nula para predicciones gubernamentales. Por tanto, los datos, las estimaciones y las predicciones desde cualquier organismo público, tienen utilidad sólo para detectar problemas, estudiar el pasado, servir de alertas, y comprobar la efectividad de políticas. Todo ello referido al pasado, a los campos de la evaluación y el control.
¿Cuanto se tarda en llegar de un punto a otro?. Esta pregunta en manos de quien diseñe las comunicaciones, solo tiene sentido para detectar problemas, (encontrar la glorieta dichosa), o para decidir donde actuar, o bien para comprobar si la apertura de la nueva calle ha dado alguna ventaja. No se puede usar este dato, (y por tanto el modelo inconsciente), para diseñar una nueva carretera, por que en el momento en que entre en funcionamiento esa carretera, (y en caso de que haya sido un éxito), la respuesta cambiará.
Claro que hoy estas predicciones se usan también con un marcado carácter comercial, (buscando aquellas predicciones que más nos interesen, según seamos gobierno u oposición), pero eso sería otro post, intentando explicar por que los gobiernos se comportan como empresas.