Con el surgimiento de Internet, la sociedad experimentó un antes y un después en casi todos los ámbitos de la vida. Los tiempos se aceleraron, y la sociedad se volvió más productiva.
Cuando un trámite bancario nos podía hacer perder casi media mañana al tener que desplazarnos a la sucursal, hacer la cola y esperar a ser atendidos, gracias a la banca online el tiempo dedicado a dicho trámite se redujo drásticamente.
Cuando un trámite bancario nos podía hacer perder casi media mañana al tener que desplazarnos a la sucursal, hacer la cola y esperar a ser atendidos, gracias a la banca online el tiempo dedicado a dicho trámite se redujo drásticamente.
En muchas ocasiones ya no es necesario ir de tienda en tienda durante toda una tarde para hacer compras, porque con la llegada del comercio electrónico se pueden llevar a cabo sin tener que desplazarnos a ningún sitio; hecho que se vio potenciado durante los meses de confinamiento de 2020.
El cúmulo de información que recibimos diariamente a través de los diversos dispositivos nos brinda la posibilidad de estar más informados y en tiempo real; lo que evita tener que esperar hasta la hora del telediario, o que llegue el domingo para comprar el periódico.
Pero como bien sabrás, con la llegada de Internet no todo han sido parabienes, dado que si bien trajo nuevas oportunidades, también trajo nuevos inconvenientes.
Ningún usuario de la banca online está exento de sufrir algún robo cibernético y perder su dinero depositado en el banco. El Fondo Monetario Internacional (FMI) alerta en su Informe sobre la estabilidad financiera mundial de abril de 2024, acerca del riesgo de ataques cibernéticos con consecuencias sistémicas, e informa cómo se han incrementado las pérdidas para el sector financiero, llegando a cuadruplicarlas desde el año 2017.
En la siguiente gráfica elaborada por esta misma institución, puedes ver la evolución (en miles) de los incidentes cibernéticos sufridos por las entidades.
Y si eres de aquellas personas que prefieren las compras online antes que ir a las tiendas físicas, deberás tener presente que podrías ser víctima de cibercriminales que decidan atacar el sitio web del comercio donde compras, y sustraigan tus datos de acceso o de tu tarjeta. En estos casos, algunas de las artimañas que podrían utilizar los delincuentes podrían ir desde la creación de sitios web de compras falsas, opiniones falsas de usuarios ficticios, hasta el desarrollo de adware (publicidades no solicitadas que aparecen en la pantalla cuando navegas por Internet) que te lleve a sitios maliciosos con el objetivo de apoderarse de tus datos personales.
Según el Balance de Criminalidad del cuarto trimestre de 2023 elaborado por el Ministerio del Interior, los delitos en España se incrementaron en un 5,9% con respecto al año 2022. De ese total de delitos cometidos durante el año 2023, un 19,1% perteneció a la cibercriminalidad, la cual se incrementó notablemente sobre todo en el número de estafas cometidas por medios informáticos.
Evolución de la criminalidad en España
No toda la información que se publica en la red o recibimos mediante nuestros dispositivos móviles es veraz, o proviene de fuentes fidedignas. Aunque estamos en un momento en el que la sociedad tiene acceso universal a la información, paradójicamente corremos más riesgo que nunca de estar desinformados; en gran medida como consecuencia del uso de las redes sociales y la cultura de la inmediatez.
Eso genera la proliferación de bulos y noticias falsas, ya sea por ignorancia, por tergiversación de los mensajes, o directamente por la creación de campañas de desinformación malintencionadas.
Y si bien las noticias falsas están definidas y caracterizadas en el Código Penal, éste aplica sanciones solo para los casos previstos en el artículo 594.1, haciendo referencia al siguiente párrafo: “El español que, en tiempo de guerra, comunicare o hiciere circular noticias o rumores falsos encaminados a perjudicar el crédito del Estado o los intereses de la Nación, será castigado con las penas de prisión de seis meses a dos años”.
En el siguiente renglón puntualiza que
“En las mismas penas incurrirá el extranjero que en el territorio español realizare cualquiera de los hechos comprendidos en el apartado anterior".
En ambos casos, las limitaciones para aplicar sanciones a estos hechos están dadas por un contexto específico de “tiempo de guerra”, y que el perjudicado sea el Estado o la Nación.
Dada la dificultad entonces de sancionar a las fuentes que difunden fake news (“noticias falsas” en inglés), es de esperar que éstas sigan proliferando y en muchos casos dañando la reputación de personas o instituciones al crear noticias falsas sobre ellas, o causando daños a la salud pública al difundir información no veraz sobre enfermedades, tratamientos médicos o vacunas, o influyendo en la toma de decisiones de la ciudadanía al publicar información tergiversada, entre otros efectos.
Para quienes publican sus datos personales en redes sociales (y esto incluye fotografías) o páginas de contactos, los riesgos no son menores que en las situaciones anteriormente descritas.
La Ciberseguridad
Así como en la vida real son tan necesarias las empresas de seguridad que protegen urbanizaciones privadas, o que se dedican al transporte de fondos para evitar el robo del dinero en efectivo de una sucursal bancaria, o custodian comercios dedicados a la venta de productos de lujo (como podrían ser las joyerías), la industria de la seguridad también se ha tenido que extender al mundo virtual, convirtiéndose así en un actor clave para la protección de nuestros ordenadores, redes, programas y datos, contra accesos no autorizados o ataques perjudiciales para los particulares y empresas.
En estos momentos, la ciberseguridad ya es un asunto de gran importancia en el mundo moderno, la cual evoluciona constantemente para poder adaptarse a los nuevos métodos que utilizan los ciberdelincuentes que aprovechan los puntos débiles como entrada.
La ciberdelincuencia es cada vez más sofisticada, lo que obliga a las organizaciones a implementar tecnologías de seguridad más avanzadas para proteger sus datos y recursos. La transición hacia la nube y la aparición de la Inteligencia Artificial (IA) ha obligado a la industria de la ciberseguridad a perfeccionar sus servicios con soluciones más complejas debido a los entornos nativos de la nube, a la naturaleza de la arquitectura de las aplicaciones, a la conectividad entre los usuarios y al almacenamiento de datos. Los entornos de infraestructuras híbridas aumentan aún más la complejidad, ya que las organizaciones necesitan soluciones que abarquen un ámbito más amplio.
Por otro lado, la Inteligencia Artificial presenta tanto oportunidades como posibles desafíos para el sector. Si bien la IA puede utilizarse para automatizar la detección y respuesta a las amenazas y mejorar la precisión y rapidez de las operaciones de seguridad, también puede ser utilizada por los ciberdelincuentes para identificar y explotar rápidamente los puntos débiles del sistema, automatizar actividades como el phishing, la ingeniería social y la piratería informática, así como para crear y distribuir contenidos falsos.
Ciberseguridad y sostenibilidad pueden ser compatibles
En estos momentos el sector empresarial enfrenta dos grandes desafíos como lo son la ciberdelincuencia y la transición hacia un modelo más sostenible.
En la era digital actual, las empresas dependen en gran medida de la tecnología para almacenar y gestionar datos de gran valor, por lo que necesitan destinar partidas importantes de sus presupuestos para salvaguardar esos datos e invertir en ciberseguridad.
A su vez, la transición hacia un modelo más sostenible también supone un gran esfuerzo para las empresas, dado que hablar de “sostenibilidad” es hacer referencia a criterios muy amplios como los medioambientales, sociales y de buena gobernanza corporativa (ASG). Sin lugar a dudas, son muchos los frentes abiertos para el sector empresarial, aunque éstos podrían reducirse al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por las Naciones Unidas.
La ciberseguridad es esencial para proteger a las empresas, las organizaciones e instituciones, y las infraestructuras de todo el mundo, especialmente a medida que nuestras vidas se digitalizan cada vez más. Por lo tanto, invertir en ciberseguridad es invertir principalmente en el factor social de los criterios ASG, y concretamente en el objetivo 16 de los ODS: PAZ, JUSTICIA E INSTITUCIONES SÓLIDAS.
Para preservar las instituciones, será necesario también cuidar los datos que allí se albergan y toda su información sensible.
A su vez, en la sección 16.4 de este Objetivo de Desarrollo Sostenible se hace mención a la intención de reducir significativamente de aquí a 2030, las corrientes financieras y de armas ilícitas, fortalecer la recuperación y devolución de los activos robados y luchar contra todas las formas de delincuencia organizada; lo que claramente incluye datos robados y ciberdelincuencia.
Pero aunque podamos identificar la aportación que la ciberseguridad realiza al logro de los ODS, este sector se enfrenta a las mismas inquietudes de sostenibilidad que afectan al resto de sectores. Por ejemplo, al tratarse de una industria basada en la tecnología, la ciberseguridad consume grandes cantidades de energía y hasta puede depender de centros de datos; lo que plantea cuestiones en torno al uso sostenible de la energía. Todas estas cuestiones y otras más, son las que los inversores en sostenibilidad deberán tener en cuenta a la hora de abordar este sector.
La inversión en Ciberseguridad
La inversión que año a año realizan las empresas, organizaciones e instituciones para proteger sus sistemas informáticos e infraestructura, continúa en la senda del crecimiento a nivel global.
El informe “The portrait of modern information security professional” publicado por Kaspersky (empresa de ciberseguridad privada internacional, con sede en Reino Unido) en abril de 2024, refleja la falta de profesionales cualificados en temas de ciberseguridad, y el potencial del mercado para este sector en los próximos años.
Según el Foro Económico Mundial e ISC2, la principal organización miembro del mundo para profesionales de la ciberseguridad, en este momento se necesitan cuatro millones de expertos en ciberseguridad para sustentar la economía global actual.
Como se puede observar en el siguiente gráfico, el gasto en ciberseguridad va en aumento, y con ello las oportunidades de mercado que genera ese sector:
Por lo tanto, la inversión en este mercado ofrece un doble beneficio para quienes apuestan por el sector de la ciberseguridad: su amplio recorrido y potencial para generar ingresos, y la contribución a la sostenibilidad de la sociedad y sus instituciones.
Al invertir en este sector, podemos contribuir al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, al tiempo que abordamos el tipo de cuestiones que pueden afectar a los proveedores de servicios de ciberseguridad, impulsando así un cambio estructural que ayude a construir un mundo más seguro y sostenible para todos.
Si el capital es imprescindible para llevar a cabo los grandes cambios que la sociedad requiere, el papel que el inversor ocupa en esta transformación es clave, dado que está en nuestras manos marcar una diferencia real y duradera para garantizar un futuro seguro y sostenible para nuestra generación y las generaciones venideras.
Allianz Global Sustainability Fund
Si al momento de buscar un Fondo en el que invertir, tus motivaciones están alineadas principalmente con el ODS 16 y los aspectos mencionados anteriormente, puedes saber que el Fondo de Inversión Allianz Global Sustainability tiene en consideración esos aspectos a la hora de llevar a cabo su gestión.
Este Fondo concentra su inversión en empresas globales que cotizan en mercados de renta variable de países desarrollados, con arreglo a la estrategia de inversión sostenible y responsable (SRI), y como objetivo de inversión persigue un crecimiento del capital a largo plazo.
Con 4⭐Morningstar, este Fondo de renta variable de empresas internacionales de gestión sostenible presenta diferentes clases, las cuales detallo a continuación:
Clase de acciones
Diferentes clases y comisiones del fondo Allianz Global Sustainability Fund
El Fondo presenta una Beta de 0,80 y una volatilidad de 13,61% que se traduce en un nivel de riesgo 4, en la escala del 1 al 7.
La gestión del Fondo está a cargo de Giles Money y Alex Bibani, ambos gestores de Allianz Global Investors GmbH/Luxembourg, entidad gestora del Fondo.
Para medir el desempeño de su rentabilidad alcanzada, el Fondo utiliza como benchmark el Dow Jones Sustainability World Total Return Net.
Dicho desempeño se puede observar en el siguiente gráfico de evolución, el cual refleja la evolución del valor liquidativo de la participación desde julio de 2020; fecha en que se lanzó la clase AT (EUR) acciones:
Concretamente, las rentabilidades alcanzadas fueron las siguientes:
Las principales posiciones de la cartera del Fondo son las que se presentan en la siguiente tabla:
Pero si deseas profundizar el análisis del Fondo y obtener información más detallada, puedes hacerlo a través del siguiente enlace:
Y recuerda que invertir en sostenibilidad no solo consiste en destinar recursos a la preservación medioambiental, sino también en preservar nuestra sociedad y garantizar la mejor calidad de vida posible.