Rendimiento

El rendimiento es un concepto que se refiere al beneficio o utilidad obtenido de algo, con relación a su costo o a lo que se ha invertido. Se trata de un término bastante amplio que puede aplicarse a distintos ámbitos y en diferentes situaciones. 

El rendimiento es, en simple, la ganancia que puede conseguirse, por ejemplo, por invertir en cualquier activo financiero como puede ser una acción o un índice bursátil.

Cuando nos referimos a las finanzas y a la economía, rentabilidad y rendimiento son equivalentes y pueden usarse indistintamente uno y otro. La diferencia es que rentabilidad es un concepto exclusivamente referente a lo económico. En cambio, como señalamos anteriormente, el rendimiento es un término mucho más amplio.

Por ejemplo, podemos referirnos al rendimiento de un maratonista, en función a los resultados de las competencias en las que ha participado. De igual modo, el rendimiento de un ordenador se refiere a qué tan eficiente es su funcionamiento.

Asimismo, una empresa puede medir el rendimiento de sus empleados evaluando los resultados de su trabajo.

En el mundo financiero, suele emplearse el anglicismo yield para hacer referencia al rendimiento o rentabilidad de un bono o una acción. No debe sorprendernos encontrar esta palabra en fuentes en nuestro idioma.

Un punto adicional a tener en cuenta es que el rendimiento de cualquier activo o inversión tiene una relación directa con el riesgo asumido. Es decir, a mayor riesgo, más alto es el rendimiento esperado. Por ello, a los bonos basura, de baja calidad crediticia, pero que pagan altos intereses, se les denomina bonos high yield.

El rendimiento financiero se refiere al beneficio que se obtiene de una determinada operación, por ejemplo, un proyecto empresarial o una inversión en el mercado de valores.

Para calcular el rendimiento financiero, solo se debe contrastar la inversión inicial contra la ganancia recibida luego de un plazo definido. Es decir, estoy relacionando la utilidad generada con los recursos que se necesitaron para conseguirla.

Por ejemplo, supongamos que una persona colocó 12.000 € en un fondo de inversión. Luego de un año, se retira con 13.500 €. Entonces, el rendimiento se calcularía de la siguiente forma:

Primero, calculamos el beneficio: 13.500-12.000=1.500 €

Luego, lo dividimos entre la inversión inicial: 1.500/12.000=12,5%.

Por lo tanto, el rendimiento de la inversión es de 12.5%. Aunque otra forma de interpretarlo es que por cada 100 euros invertidos, se obtuvieron 12,5 de ganancias.

Lo que hemos hecho en este ejemplo, es calcular el rendimiento sobre la inversión (ROI).

La inversión se debe llevar a cabo si el rendimiento financiero es positivo. De lo contrario, no es una apuesta rentable.

En el artículo sobre el ROI, detallamos cómo calcular el rendimiento sobre la inversión. Se pueden utilizar dos fórmulas:

Como quizás puedas notar, la idea es siempre en el numerador calcular la diferencia entre el valor final y el valor inicial, mientras en el denominador del ratio se coloca el valor o costo inicial de la inversión.

Al calcular el rendimiento de esta forma, teniendo porcentajes, será relativamente sencillo comparar diferentes opciones de inversión. Vale recalcar además que no debemos olvidar de considerar todos los costes asociados a la operación para que el resultado sea preciso.

El rendimiento de una acción puede calcularse como el dividendo pagado por la empresa emisora dividido entre el precio del título. 

Podemos referirnos al rendimiento bruto o al neto. En el segundo, a diferencia del primero, se consideran los impuestos y otras cargas que se aplicarán sobre el dividendo, lo cual reduce el beneficio para el accionista.

Es decir, el rendimiento neto se calcula como el dividendo neto (que sería el dividendo pagado menos los tributos y otros descuentos) entre el precio de la acción.

Si la expectativa de inversión es de largo plazo y además los títulos son propiedad del inversor, este buscará que el rendimiento de la acción sea el más alto posible. Esto, debido a que se espera ganar por el pago de dividendos.

Sin embargo, si las acciones no forman parte de su propiedad, el inversor estará más interesado en evaluar cómo ha venido comportándose el precio a lo largo del tiempo, independientemente de los dividendos pagados.

Seguro te has preguntado, ¿cómo puedo invertir en una acción sin comprarla? Pues, por ejemplo, cuando se hace una venta en corto, el inversor “pide prestada” una cantidad de acciones, las vende y espera recomprarlas posteriormente a un precio menor (la expectativa es bajista). 

Al rendimiento de una acción se le conoce como yield y se suele expresar como porcentaje. Teniendo en cuenta además lo explicado en el apartado anterior, usamos la siguiente fórmula:

Por ejemplo, supongamos que tengo 20 acciones de una empresa que paga dividendos de 5 € al año, y los títulos cotizan en el mercado a 35 €. Así, puedo calcular el rendimiento de mi inversión de la siguiente forma:

*Yield= (5/35*100)=14,29%

Al calcular el rendimiento, podemos comparar, por ejemplo, entre diferentes acciones para tomar una decisión de inversión sobre nuestra cartera.

*En el ejemplo, asumimos que tanto el dividendo como el rendimiento son brutos,

Para el rendimiento de un bono, tenemos el Yield to maturity (YTM) que es el retorno total esperado si el instrumento se mantiene hasta el vencimiento. Otra manera de explicar este indicador es como la tasa interna de retorno de un bono si este cumple con los reembolsos pactados. Se expresa en términos anuales.

La fórmula del YTM es:

o

En la fórmula, n es el número de años que dura el bono, mientras que C es el cupón anual o los intereses que paga el bono cada año. (Para ver un ejemplo de aplicación, ver el artículo de bono).

Cuando analizamos una empresa, tenemos a los ratios financieros como una herramienta muy útil. Para los rendimientos, contamos con los ratios de rentabilidad (Recordemos que rentabilidad y rendimiento son equivalentes en economía y finanzas). Estos indicadores son los siguientes:

Margen de beneficio neto o margen neto: Calcula cuánto beneficio genera cada unidad monetaria en ingresos.

Rentabilidad sobre activos (ROA): Mide la rentabilidad de una compañía en relación con sus activos.

Retorno sobre el patrimonio (ROE): Mide la eficiencia de una empresa en relación con los aportes que realizaron los socios:

 *Artículo editado y complementado por @guillermowestreicher.