Cuando disponemos de unos ahorros y tenemos ganas de ganar algo de dinero, o como mínimo sacar algo más de provecho de nuestro capital, siempre tenemos la duda de donde podemos meterlos. Llegados a este punto podemos elegir:
1. Meterlos en un depósito a plazo fijo, a un interés bastante pequeño (del 2% al 5%, interés que variará según la cantidad depositada ya que existen unos mínimos).
Vamos a un ejemplo rápido:
Tenemos 3.000€, los metemos en un depósito a plazo fijo a 1 año, a un 4,05% TAE*.
¿Cuánto capital habremos ganado en todo un año?
Pues ni más ni menos, que 97,44€. Felicidades, ya puedes ir a cenar.
TAE*: Tasa Anual Equivalente, es decir, es el porcentaje de intereses que recibiremos por poner nuestro dinero en un banco, en este caso, durante un año.
Nota: Hemos elegido el banco que nos daba más rentabilidad a un año.
2. Otra opción es crear un negocio. Pero claro, ¿cuánto dinero nos hace falta para afrontar un proyecto de este calibre? Obviamente, la gran mayoría de nosotros no dispone de 60.000€ en una cuenta para abrir un negocio, por lo que debemos pedir un préstamo. Si nos lo conceden, deberemos pagar intereses.
Vale, ya tenemos el dinero, ahora tenemos que contratar al personal, tenemos que buscar y hablar con los proveedores, y si todo esto ha ido bien, ahora viene la parte más importante, necesitas clientes que vengan habitualmente y que te compren lo que tú ofreces. Si toda esta complicada ecuación sale positiva, perfecto. Pero si no es así, tendremos que hacer frente a las deudas con el banco.
Llegados a este punto nos preguntamos, ¿vale la pena abrir un negocio tal y como están las cosas ahora, y más con el riesgo actual? Personalmente, esta opción difícilmente nos va a motivar. Seguramente terminarás poniendo el dinero a plazo fijo y que saque algo más de dinero que el que pueda sacar una cuenta a la vista.
Pero estás de enhorabuena, existe una tercera opción. A la tercera va la vencida, ¿no? Existe una forma que recoge lo mejor de las dos opciones anteriores: se llama operar en los mercados financieros o tal como se conoce en Estados Unidos, trading. ¿Qué ventajas tiene el trading?
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No tienes que hacer una inversión inicial, puedes probar de invertir con cuentas demo.
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Necesidad de poco capital para iniciarse seriamente. Con 1.000€ o incluso un poco menos ya se puede empezar a hacer cosas interesantes. Muchos traders ya lo han conseguido, ¿porque no tú?
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El mercado está abierto 24h al día, tú decides tus horarios.
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Ganas dinero mientras estás en casa, solo necesitas un ordenador y conexión fiable a internet.
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Puedes compaginarlo con tu trabajo actual, con tus estudios y aún tener tiempo para la familia.
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Puedes vivir de ello.
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Puedes crearte un sistema (hablaremos en futuros posts acerca de qué son y cómo se crean), que tan solo te tengas que conectar 20 minutos cada día o a lo mejor, con solo conectarte un par de días a la semana te sobra.
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Se adapta a ti, a tus horarios y a tus necesidades.
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Puedes estar de vacaciones mientras tu sistema automático trabaja por ti.
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Puedes retirar tus beneficios en cualquier momento sin pagar nada, no tienes por qué esperar a final de mes para cobrar.
Y si por si esto fuera poco, los impuestos ganados en la bolsa pagan un 19% si son menores a 6.000€ y a partir de ahí un 21%, ya ganes 7.000€ al año o 500 millones. En cambio, las rentas del trabajo pagan como mínimo el 24% y hasta un máximo de un 49%.
Como todo, el trading también tiene sus desventajas:
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Debes ser constante.
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Es necesario practicar un tiempo antes de empezar a invertir con tu dinero.
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Es un mundo bastante solitario, poca gente te comprenderá cuando hables de tus inversiones, ¡pero para eso ya estamos nosotros!
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Debes acostumbrarte a controlar tus emociones, no debes invertir con euforia o con pánico.
Aun así creemos que el trading es una de las mejores inversiones que puedes hacer en tu vida.
Si te ha gustado, aquí tienes la segunda parte.