Desde el comienzo de la crisis financiera en 2008, fuimos testigos de la nacionalización de las pérdidas del sector financiero en varios países. Es decir, los banqueros en los buenos tiempos se embolsaban las ganancias y en tiempos de crisis socializaron las pérdidas, enviando la cuenta a los contribuyentes. El caso más flagrante es el de Irlanda, donde tan sólo cinco bancos han arruinado toda la economía del país (Allied Irish Banks, Bank of Ireland, Irish Life & Permanent, Educational Building Society e Anglo-Irish), obligando al Estado irlandés a inyectar 46 mil millones de euros (cerca de 25% del PIB) para evitar el colapso de su sector bancario, elevando su déficit en 2010 en cerca de 32% de su PIB!
¿Por qué la posible quiebra de una institución financiera representa tantos problemas y amenazas a la economía de un país? ¿Por qué las instituciones bancarias, al contrario que otras empresas, no pueden fracasar, tal y como dictan las reglas del capitalismo?
En mi opinión, esto se debe a la forma de funcionamiento de este sector: (1) no respeta la propiedad privada, (2) está coordinada por una entidad central (el banco central de cada país), y no por el mercado; (3) se beneficia de la implícita nacionalización del riesgo de crédito.
Para explicar el primer punto, es importante aclarar las funciones principales de un banco comercial, teniendo en cuenta el actual modus operandi: (a) servicios de seguridad y de "almacén"; (b) intermediación financiera; y (c) concesión de crédito a través de la emisión de moneda. Voy a aclarar que esta última función es la fuente de la mayoría de los actuales problemas.
Actividad a
Imaginemos que el patron oro está vigente, es decir, el oro es la moneda utilizada, y un determinado empresario deposita 10 kgs de oro en el Banco A. A cambio, el Banco A crea un depósito a la vista por el valor de 10 kg de oro. La remuneración del banco A es por la custodia de los metales preciosos y por los servicios de transferencia a otros clientes del mismo banco o a otros clientes de otro banco. Cabe señalar que el banquero no puede utilizar el oro para otros fines, porque el empresario puede solicitar la devolución de su oro en cualquier momento.
Actividad b
Ahora supongamos que el empresario acuerda con el Banco A un depósito a plazo de 10 kg de oro por un período de dos años remunerado al 4% por año. Esto significa que el empresario no puede utilizar estos 10Kg de oro durante dos años, pero recibirá 0,4 kg de oro en cada año, un total de 0,8 Kg (800 gramos) por dos años. Así, el banco A puede utilizar estos 10 kg de oro para conceder crédito a un cliente por dos años, lo que requiere una tipo de interés del 10% al año. Es decir, cada año, el Banco logrará una ganancia de 0,6 kg de oro, si el cliente cumple con los compromisos asumidos con el banco. Esta actividad se conoce como la intermediación financiera, es decir, los bancos son intermediarios entre ahorradores y las empresas o particulares que buscan crédito, y para ello, aplican un diferencial (spread) al tipo de interés de los intereses pagados a los depositantes, en este caso 6 % .
Actividad c
Supongamos que los directores del banco se dan cuenta que sólo el 10% de sus depositantes convierten sus depósitos en oro. Por lo tanto, deciden acercarse a un cliente para proponer la concesión de crédito a un máximo de 90 kg de oro (ya que en depósitos cuentan con 10kgs). Para ello, concederá un crédito de 90 kg de oro por la creación de un depósito a la vista (esto es sólo un asiento contable). En otras palabras, ahora tiene 100 kilos de depósitos a la vista (10 kg + 90 kg de los empresarios del nuevo depósito) y activos de 100 kg de oro (10 kg + 90 kg de oro de crédito del empresario). En la práctica, si los clientes de este banco se decidieran, al mismo tiempo, convertir sus depósitos en oro, el banco no podría dar cabida a esta solicitud.
Esta actividad sería equivalente a imprimir 90 billetes por un valor teórico de 1 kilo, es decir, crear 90 kilos de oro del aire. La diferencia, una persona corriente iría a la cárcel y un banquero cuenta con la licencia del estado para hacerlo. La actividad de los banqueros consiste en prestar dinero creado del “aire” sin respetar la propiedad privada ya que los bancos no tienen en sus cajas fuertes aquello que sus clientes creen que tienen. Por eso siempre se apela a la confianza en el sistema financiero, porque parte de creer en depósitos que no están respaldados realmente por dinero.
En los siglos pasados, sobre todo antes del siglo XX, cuando los bancos centrales no existían, muchos bancos comerciales quebraban fruto de que sus clientes descubrían estas conductas y corrían a sus bancos a retirar sus depósitos (en esos momentos eran gramos de oro). Esta fue la principal razón por la que se crearon los bancos centrales. Los bancos centrales asumieron el monopolio de la emisión de moneda y pasaron a fijar las reglas de cuanto capital debían mantener las entidades financieras en sus cajas fuertes y a qué tipo de interés debían prestar el dinero Así se creó un mecanismo mediante el cual el banco central podría ayudar a cualquier banco comercial en apuros. Se creó así el mejor y más sofisticado cártel del mundo. Es evidente que el sistema financiero tiene tintes socialistas, con un órgano de planificación y control en el centro del sistema que fija el importe de moneda y los tipos de interés de la economía.
¿Cuáles son los peligros de este modelo? La experiencia soviética ha demostrado la evidencia de que la planificación central no funciona; el colapso del sistema financiero a partir de 2008 fue una prueba más de la catástrofe que puede provocar este modelo. Si el banco central establece una tasa de interés inferior a la tasa de interés de mercado, provoca errores en las decisiones empresariales; fue el caso de 2001/2002, los empresarios invirtieron en proyectos con un largo período de desarrollo (casas, coches...) e intensivos en capital, sin darse cuenta de que esa asignación de capital les abocaba a un camino equivocado, porque luego vino la caída del mercado de la vivienda. Así, los bancos están llenos de hipotecas de muy mala calidad en sus balances, ya que estos proyectos no eran viables pero los bajos tipos de interés crearon un espejismo bajo el que se ocultaron como rentables actividades que no lo eran.
Por último, el tercer y último aspecto del funcionamiento de este sector, la nacionalización implícita de riesgo de crédito. La concesión de un crédito implica el análisis de riesgos, en otras palabras, el banquero se debe asegurar de que se cobrará el crédito que concede, a través del análisis de los ingresos futuros de la entidad solicitante. El sistema actual retira estas medidas de control cuando se trata de estados, aunque estos estén al borde del precipicio. Esta situación se dio, por ejemplo, la semana pasada en Portugal, cuando el gobierno de Lisboa pidió ayuda extranjera. Los bancos portugueses conocían desde hace tiempo que las cuentas públicas estaban muy deterioradas, pero continuaron, durante mucho tiempo, concediendo créditos al gobierno ya que sabían que el FMI y la UE acudirían al rescate de Portugal. Ahora para poder pagar a los banqueros se elaboraran leyes muy restrictivas que grabarán a los ciudadanos quienes tendrán que pagar la factura de su gobierno durante muchos años ya que este favoreció el negocio de los bancos durante mucho tiempo. Es importante tomar nota del ejemplo de Islandia, donde la población se negó a pagar por los errores de sus banqueros. Actualmente es una de las economías más dinámicas del mundo, las reglas del libre mercado se aplicaron a la perfección: el que comete un error lo debe pagar.
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