Entidades de depósito

Las entidades de depósito son un subgrupo de las entidades de crédito que tienen la facultad de captar depósitos del público. Entre estas instituciones encontramos bancos, cajas de ahorro y cooperativas de crédito.

Las entidades de depósito se caracterizan por estar capacitadas para recibir dinero de las personas (naturales y jurídicas). De ese modo, custodian dicho capital y normalmente pagan un interés al depositante.

El objetivo de llevar dinero a una entidad de depósito es mantenerlo seguro, pues de otro modo el individuo tendría que administrar su patrimonio en billetes y monedas físicas. A su vez, el ahorrista obtiene un rendimiento, aunque en realidad este suele ser muy pequeño y no compensa la inflación.

La actividad de captar depósitos forma parte de la intermediación financiera, cuya contraparte es la colocación de créditos. Para explicarlo de otro modo, los bancos, por ejemplo, reciben los ahorros del público que posee excedentes, y redirige ese capital a los agentes económicos con un déficit de recursos y que requieren financiamiento.

La rentabilidad del negocio de la intermediación financiera radica en que el interés pagado por los depósitos es menor al interés que se cobra por los créditos extendidos.

Debemos tomar en cuenta que las entidades de depósito están sujetas a supervisión, en el caso de España, a cargo del Banco de España. El marco legal varía en cada país.

Vale resaltar que en España existe el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) que, en caso de quiebra, cubre los ahorros hasta 100.000 euros (por cliente y entidad) de los depositantes de las entidades que se encuentren adheridas a este fondo. Aunque en algunos casos se puede llegar a cubrir el 100% del importe depositado. Los depósitos denominados en una divisa diferente al euro tienen garantizado el monto que sea equivalente a 100.000 euros. Ello, aplicando el tipo de cambio vigente de la fecha en que se establezca que la entidad no puede efectuar la devolución del capital, o del día hábil anterior si fuese festivo.

La captación de fondos consiste en recibir dinero del cliente (depósitos y otras fórmulas parecidas) con el compromiso de devolverlo en las condiciones acordadas. Esta actividad solo puede ser realizada por determinados tipos de entidades de crédito, y siempre que tengan autorización administrativa para operar.

¿Cuáles son las entidades de depósito?

Como mencionamos previamente, las entidades de depósito son las siguientes:

Bancos: Son las empresas más tradicionales que se dedican a la intermediación financiera. En general, captan depósitos de los ahorradores y canalizan dicho capital hacia quienes solicitan créditos. Sin embargo, también brindan asesoramiento financiero y productos de inversión. De ese modo, realizan operaciones en los mercados con el objetivo de generar ganancias, muchas veces incurriendo en la especulación. Entre los bancos, podemos diferenciar:
- Banca minorista: Se especializa en operaciones simples como cuentas a la vista, depósitos a plazo fijo y créditos. Sus clientes son personas particulares y empresas.
- Banca mayorista: Gestiona grandes volúmenes de dinero y participa de operaciones complejas como fusiones y adquisiciones.
Cajas de ahorro: Son instituciones que, al igual que los bancos, reciben depósitos y ofrecen distintos tipos de crédito. Sin embargo, su enfoque es diferente, pues no están dirigidas únicamente al ánimo de lucro. En cambio, buscan fomentar el ahorro entre el público que, quizás por falta de recursos, no ha accedido a la banca tradicional. En ese sentido, tienen un carácter más comunitario y social y deben reinvertir sus ganancias en obras sociales en las localidades donde operan. Esto último está vinculado a otra característica de las cajas, que es su carácter regional. Un punto adicional importante es que las cajas de ahorro no poseen accionistas, sino que su administración es llevada por "impositores" (clientes que han depositado su dinero en la caja), y por representantes de las administraciones locales y de los trabajadores de la caja.
Cooperativas de crédito: Se caracterizan porque su objetivo no es la maximización de ganancias, sino brindar servicios financieros accesibles. A diferencia de los bancos y las cajas de ahorro, los dueños de las cooperativas son sus miembros, los que son a su vez clientes de la entidad. Cada miembro posee el derecho a voto independientemente de la cantidad de dinero que haya aportado. Así, la gestión es democrática. Además, el enfoque de estas organizaciones es aún más local que el de las cajas de ahorro y suelen tener un fuerte compromiso social.