Se conoce como bear raid a la práctica que consiste en manipular deliberadamente la cotización de determinadas acciones hacia la baja. Esto, mediante un acuerdo de colusión para vender en corto y difundir rumores negativos sobre la empresa en cuestión.
Es decir, el objetivo de la bear raid es que las acciones de una compañía caigan, haciendo uso de prácticas que van en contra de la competencia. De ese modo, los
inversores bajistas pretenden beneficiarse.
Para llevar a cabo una bear raid, se requiere que los inversores bajistas lleguen a un pacto debajo de la mesa. Además, se emplean diversas herramientas como las plataformas de redes sociales y otros medios de comunicación para extender las noticias perniciosas sobre la empresa.
Una bear raid es lo opuesto a la
táctica pump and dump. Esto consiste en tomar
posiciones largas y luego difundir rumores, con el objetivo de inflar las acciones compradas para venderlas a un precio mayor.
El mecanismo del Bear Raid: el arte de la manipulación
Para iniciar un bear raid, los inversores primero se ponen de acuerdo para tomar grandes
posiciones en corto. Al mismo tiempo, comienzan a soltar información perjudicial para la empresa, ya sea directamente a través de entrevistas, mediante publicaciones en Internet, entre otros.
Por ejemplo, se podrían lanzar rumores respecto a acusaciones de fraude contable, dificultades financieras, posibles investigaciones por parte del regulador, etc.
Como consecuencia de los rumores, agentes nerviosos podrían comenzar a vender las acciones de la empresa. Así, el precio desciende y es en ese momento que los inversores que empiezan la bear raid pueden recoger ganancias.
Recordemos que los inversores planearon vender en corto, es decir, tomar prestadas acciones, venderlas a un precio y luego recomprar las participaciones a un precio más bajo. La diferencia entre el precio de venta y el de la posterior compra representa el beneficio.
Las empresas que pueden ser objeto de una bear raid usualmente están atravesando un periodo difícil, y por ello son vulnerables al ataque de inversores bajistas.
¿Es legal el Bear Raid? La delgada línea entre la estrategia y el fraude
Debemos recordar que la venta en corto es perfectamente legal. Sin embargo, la bear raid se considera, en principio, como una práctica ilegal porque implica colusión y difusión de información falsa. Así, podría estar sujeta a sanciones por parte del ente regulador correspondiente.
Sin embargo, pueden existir bear raids “reales” cuando las grandes ventas en corto responden a una preocupación legítima, por ejemplo, por la mala gestión de la compañía. En la medida en que la información negativa sobre la firma sea verdadera, y no intencionalmente falsa, no existe ningún acto ilegal.
Bear raiders vs vendedores en corto
Es importante diferenciar entre los bear raiders y los inversores que venden en corto por preocupaciones reales. La clave está en distinguir si las posiciones tomadas se explican por rumores falsos o información verídica.
Los vendedores en corto pueden revelar o hacer que se ponga atención sobre ciertos problemas que enfrenta la empresa en cuestión. De ese modo, aunque algunos inversores busquen no dar importancia a las noticias negativas para mantener el nivel de las cotizaciones, los vendedores en corto de algún modo ayudan a que los precios se acerquen a su
valor intrínseco.
Cuando las acciones de una compañía caen, algunos pueden atribuir eso a los bear raiders. Pero, como ya explicamos, todo depende de la fiabilidad de las noticias negativas que se conocieron sobre el negocio.
¿Cuáles son los riesgos asociados a un bear raid?
Puede suceder que los bear raiders caigan en una “trampa” si los precios bajan, pero luego suben sin que el inversor haya tomado ganancias.
Recordemos que los bear raiders toman prestadas acciones y aportan un
margen para asegurar que podrán recomprar los títulos en el futuro.
Si las acciones suben, el margen exigido para cubrir la posición también se incrementa. Esto implica que los inversores deberán aportar más capital. De lo contrario, se verán obligados a
cerrar su posición y a asumir las pérdidas.
Un caso emblemático es el de la United States Steel Corporation en la década de 1930. Un grupo de inversores comenzó a vender en corto y a difundir rumores sobre la salud financiera de la empresa. Las acciones cayeron drásticamente, pero la compañía, contra todo pronóstico, logró recuperarse, dejando a los Bear Raiders con enormes pérdidas. Esta anécdota no solo ilustra los riesgos de esta práctica, sino que también resalta cómo, a veces, el mercado puede castigar a quienes intentan manipularlo.
Ejemplo de bear raid
Un ejemplo de bear raid podría ser el de
Bill Ackman, quien fue acusado de llevar a cabo esta práctica contra Herbalife en el 2012. El inversor tomó posiciones en corto contra la firma por mil millones de dólares.
Ackman inició una campaña pública afirmando que la empresa constituía un negocio piramidal, y que eventualmente cerraría.
En este caso, no es definitivo que estuviéramos frente a una bear raid ilegal, pues muchas personas consideraron que sus afirmaciones eran ciertas. Además, al parecer la operación no buscó generar ganancias rápidas.
Al inicio, las acciones de Herbalife cayeron, pero Ackman decidió esperar a que descendieran más. Como esto no sucedió, la operación terminó en pérdidas.