La deuda corporativa es una forma de financiación que utilizan las empresas para obtener capital y financiar sus operaciones o proyectos. Consiste en emitir bonos o pagarés de deuda en el mercado financiero, los cuales son comprados por inversores interesados en obtener rendimientos a cambio de prestar dinero a la empresa.
Imagina que eres el propietario de una empresa que necesita financiación para expandirse. Tienes una visión, un plan de negocios sólido y un equipo increíble, pero te falta una cosa:
dinero.
Aquí es donde entra en juego la deuda corporativa.
En términos sencillos, la deuda corporativa es el dinero que una empresa toma prestado para financiar sus operaciones o para expandirse. Al igual que una persona puede pedir un
préstamo para comprar una casa o un coche, una empresa puede pedir dinero prestado para
invertir en nuevas maquinarias, abrir nuevos locales o para financiar la investigación y el desarrollo de nuevos productos. Cuando una empresa toma prestado este dinero, está adquiriendo una
deuda que debe devolver en el futuro, normalmente con
intereses.
Ahora, ¿cómo consiguen las empresas este dinero? Una forma común es a través de lo que conocemos como
emisión de deuda, pudiendo emitir
bonos que, posteriormente, comprarán los
inversores. Un bono es como un IOU, un compromiso de pago. Cuando una empresa emite un bono, está pidiendo prestado dinero a los inversores. A cambio, promete devolver ese dinero en una fecha futura específica, además de pagar un interés periódico, conocido como
cupón, como recompensa al inversor por el
riesgo que asume.
Sin embargo, la deuda corporativa no es solo un préstamo unidireccional. La emisión de deuda también puede ser una estrategia de gestión financiera inteligente. Al pedir prestado en lugar de vender más
acciones de la empresa, los propietarios pueden mantener el control de su negocio. Además, los intereses de la deuda pueden ser deducibles de
impuestos, lo que puede ser una ventaja fiscal atractiva.
Como curiosidad, la deuda corporativa no es algo nuevo o exclusivo de las grandes empresas. De hecho, ha sido una práctica común en los negocios desde la antigua Mesopotamia, donde los comerciantes usaban tabletas de arcilla para registrar sus préstamos. Hoy en día, la deuda corporativa es un
mercado enorme y activo, con trillones de euros en bonos que se compran y venden cada día.
Tipos de deuda corporativa
La deuda corporativa es una herramienta clave para las empresas, y esta se puede categorizar de diferentes formas.
A continuación, te presento los principales tipos de deuda corporativa que existen:
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Bonos corporativos: Son los instrumentos más comunes de deuda corporativa. Cuando una empresa emite un bono, está pidiendo dinero prestado a los inversores, con la promesa de devolver el capital al vencimiento del bono y pagar intereses periódicos, conocidos como cupones.
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Pagarés: Son similares a los bonos, pero su duración es más corta, generalmente menos de un año. Los pagarés son una forma efectiva para que las empresas manejen sus necesidades de liquidez a corto plazo.
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Préstamos bancarios: Las empresas también pueden obtener deuda directamente de los bancos. Estos préstamos pueden ser a corto o largo plazo y las condiciones varían según el tamaño de la empresa, su historial crediticio y la relación con el banco.
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Líneas de crédito: Son acuerdos entre una empresa y un banco en los que el banco se compromete a prestar hasta un cierto límite de dinero. La empresa puede usar la línea de crédito según sea necesario, lo que proporciona flexibilidad para manejar las fluctuaciones en sus necesidades de efectivo.
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Obligaciones convertibles: Son bonos que el tenedor puede optar por convertir en acciones de la empresa en lugar de recibir el reembolso del capital al vencimiento. Permiten a las empresas obtener dinero prestado a una tasa de interés más baja, ya que ofrecen a los inversores la posibilidad de beneficiarse si las acciones de la empresa aumentan de valor.
¿Dónde cotiza la deuda corporativa?
La deuda corporativa, en su forma más común, los bonos corporativos, suele cotizar en los mercados de valores, en particular en mercados especializados conocidos como mercados de bonos. Estos mercados de bonos están al alcance de los inversores institucionales, como los bancos, los fondos de inversión y las aseguradoras, pero también los inversores minoristas pueden acceder a ellos, aunque la mayoría lo hace a través de fondos de inversión o de pensiones que invierten en bonos corporativos.
Un buen ejemplo de este tipo de mercado es el Mercado de Deuda Corporativa de la Bolsa de Madrid, en España. También es común que los bonos corporativos coticen en la Bolsa de Valores de Londres o en la de Nueva York. Sin embargo, la deuda corporativa no siempre se negocia en un mercado abierto o de bolsa; a veces, la deuda se negocia de forma privada entre dos partes y, en ese caso, no cotiza en ninguna bolsa.
Es importante tener en cuenta que, aunque la deuda corporativa cotiza en estos mercados, la negociación no es tan frecuente o fluida como la de las acciones. Los bonos corporativos a menudo se compran y se mantienen hasta su vencimiento en lugar de negociarse activamente. Además, los mercados de bonos pueden ser menos transparentes que los mercados de acciones en términos de precios y disponibilidad de información.
¿Cómo invertir en deuda corporativa?
Invertir en deuda corporativa se puede hacer de diferentes formas. A continuación, te explicaré las principales maneras de hacerlo.
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Compra directa de bonos corporativos: La forma más directa de invertir en deuda corporativa es comprando los bonos emitidos por las empresas en el mercado de bonos. Esto se puede hacer a través de un corredor o banco que tenga acceso a estos mercados. Cuando compras un bono corporativo, esencialmente estás prestando dinero a la empresa emisora a cambio de recibir pagos de intereses periódicos y el reembolso del principal al vencimiento del bono.
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Fondos de inversión en bonos: Otra forma común de invertir en deuda corporativa es a través de fondos de inversión en bonos. Estos fondos agrupan el dinero de muchos inversores para comprar una diversidad de bonos corporativos. Esto ofrece a los inversores acceso a una cartera diversificada de bonos que podría ser difícil de lograr por sí mismos.
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Fondos cotizados (ETFs): Los fondos cotizados de bonos corporativos son similares a los fondos de inversión, pero se negocian en la bolsa como las acciones. Esto puede proporcionar más flexibilidad y liquidez que los fondos de inversión tradicionales.
En cada caso, antes de invertir en deuda corporativa, es importante evaluar los riesgos asociados. Los bonos corporativos no están garantizados, y si la empresa que emite el bono tiene problemas financieros, podría incumplir sus pagos de intereses o incluso no devolver el capital invertido. Por ello, es esencial realizar un análisis detallado de la solvencia y la salud financiera de la empresa emisora antes de invertir.
Además, es importante tener en cuenta la duración de los bonos y cómo se ajustan a tus objetivos de inversión y a tu horizonte temporal. Los bonos con una duración más larga suelen ofrecer tipos de interés más altos, pero también están más expuestos al riesgo de variaciones en los tipos de interés del mercado. Si los tipos de interés suben, el valor de los bonos ya emitidos tiende a caer.
Ventajas y desventajas de invertir en deuda corporativa
La inversión en deuda corporativa tiene sus ventajas y desventajas que deben ser evaluadas con cuidado antes de decidirse a invertir en este tipo de activos financieros.
Ventajas de invertir en deuda corporativa
Entre las ventajas de invertir en deuda corporativa, podemos destacar:
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Flujos de ingresos regulares: Cuando se invierte en bonos corporativos, el inversor recibe pagos de intereses regulares durante el plazo del bono, lo que puede proporcionar un flujo de ingresos constante.
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Diversificación de la cartera: Los bonos corporativos pueden agregar diversificación a una cartera de inversiones, ya que sus rendimientos no siempre están correlacionados con los de las acciones.
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Potencial de retorno superior: En general, la deuda corporativa puede ofrecer rendimientos superiores en comparación con los bonos del gobierno debido al riesgo adicional asociado con las empresas.
Desventajas de invertir en deuda corporativa
Por otro lado, las desventajas de invertir en deuda corporativa incluyen:
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Riesgo de crédito: Existe el riesgo de que la empresa emisora pueda tener dificultades financieras y no pueda hacer los pagos de intereses o devolver el principal a los inversores.
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Riesgo de tipo de interés: Los precios de los bonos pueden fluctuar debido a los cambios en los tipos de interés del mercado. Si los tipos de interés suben, el valor de los bonos ya emitidos puede caer.
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Riesgo de liquidez: Algunos bonos corporativos pueden ser menos líquidos que otros tipos de inversiones, como las acciones, lo que significa que puede ser difícil vender el bono antes de su vencimiento sin incurrir en pérdidas.
Ejemplo de deuda corporativa
Para finalizar nuestro recorrido por la deuda corporativa, ilustraremos cómo funciona este tipo de inversión con un ejemplo muy sencillo.
Imaginemos que hay una empresa ficticia llamada "TodoTech" que fabrica dispositivos tecnológicos. Para financiar su expansión y el desarrollo de nuevos productos, TodoTech decide emitir bonos corporativos.
TodoTech emite bonos por valor de 10 millones de euros. Cada bono tiene un valor nominal de 1.000 euros, lo que significa que la empresa emite un total de 10.000 bonos. Estos bonos tienen un vencimiento de 5 años y ofrecen un cupón, es decir, un interés, del 5% anual. Esto significa que los tenedores de los bonos recibirán 50 euros al año por cada bono que posean.
Un inversor, llamémosle Juan, decide comprar 100 bonos de TodoTech por un total de 100.000 euros. Cada año, TodoTech pagará a Juan 5.000 euros en intereses (50 euros por bono por 100 bonos). Al final del periodo de cinco años, TodoTech devolverá a Juan el valor nominal de sus bonos, es decir, 100.000 euros, siempre y cuando la empresa no entre en quiebra o incumpla su deuda.