Diversificación

La diversificación, en el ámbito de las finanzas, significa invertir en distintos tipos de activos. De ese modo, se busca reducir el riesgo de pérdida en el portafolio de un inversor.

Es decir, la diversificación requiere que el agente reparta su dinero en instrumentos de diferente naturaleza. La idea es que la rentabilidad del portafolio en su conjunto se vea menos afectada en caso caiga el rendimiento de uno de sus activos.

Para explicarlo de manera gráfica, diversificar es no poner todos los huevos en la misma canasta.

Es importante en este punto señalar que, aunque la diversificación disminuye el riesgo, hay un tipo de riesgo que no puede evitarse: El riesgo sistemático o sistémico. Este es aquel que impacta en el mercado en su conjunto, por lo que el inversor no puede eludirlo.

Por ejemplo, el estallido de una burbuja inmobiliaria o un desastre natural termina afectando en mayor o menor medida a todo el sector financiero.

Criterios para diversificación

Hay varios aspectos que se deben tener en cuenta para la diversificación:

Clases de activos: Diversificar entre diferentes clases de activos, como acciones, bonos, efectivo, inmobiliario y materias primas, puede ayudar a mitigar el riesgo al aprovechar las características únicas de cada clase de activo y su comportamiento en diferentes condiciones del mercado.
Sector: El inversor puede colocar su dinero en distintos sectores como servicios, inmobiliaria, agricultura, hidrocarburos, entre otros. La idea es que los rubros en los que se invierta no estén relacionados entre sí. Por ejemplo, consumo y minería no están vinculados, por lo cual, si uno cae, el otro no necesariamente. En cambio, si se adquieren acciones de una empresa que extrae petróleo y de otra firma que se dedica a la refinación, ambas sí están vinculadas.
Geografías: Invertir en diferentes regiones geográficas, como Estados Unidos, Europa, Asia-Pacífico, mercados emergentes y otros.
Volatilidad: En este aspecto, se suele distinguir entre dos categorías principales: Renta variable y renta fija. La primera está relacionada, sobre todo, a la bolsa de valores y las acciones que se venden en ella. Se trata de una inversión orientada al largo plazo y que en periodos anuales, por ejemplo, puede presentar caídas. En cambio, la renta fija ofrece rendimientos, como su nombre sugiere, más estables en el tiempo. Se asocia a instrumentos de deuda como los bonos, tanto de empresas como de Gobiernos. Estos ofrecen a su tenedor una rentabilidad fija, pero menor en comparación con la renta variable.
Capitalización de mercado: Diversificar entre empresas de diferentes tamaños, desde grandes capitalizaciones hasta pequeñas y medianas capitalizaciones.
Horizonte de inversión: El inversor debe establecer cuál es el plazo de su inversión. De ese modo, podrá priorizar dentro de su cartera una inversión de largo plazo (como aquella de renta variable), o una de corto plazo, como un bono a 12 meses.
Estilo de inversión: Considerar diferentes estilos de inversión, como el crecimiento, el valor, el momentum o el enfoque de dividendos.
Instrumentos financieros: Diversificar entre diferentes tipos de instrumentos financieros, como acciones individuales, fondos de inversión, ETFs, bonos corporativos, bonos del gobierno, fondos de pensiones y otros, puede proporcionar una variedad de exposiciones y oportunidades de inversión.

Además, otra forma de diversificar es por país, invirtiendo, por ejemplo, en un mercado emergente, pero también en una economía desarrollada.

Otras formas de diversificación

La diversificación no solo aplica en lo referente a mercados financieros. Una empresa, por ejemplo, también puede diversificar entrando en diferentes negocios o desarrollando distintos productos o servicios para ofrecer al mercado.

La diversificación de una compañía puede darse de manera vertical, lo que significa incursionar en otra rama de la cadena de suministro. Entonces, se puede optar, por ejemplo, por adquirir una proveedora o cliente. Un caso podría ser el de un agricultor cafetero que invierte en instalar una planta tostadora de café.

Otra opción es la diversificación horizontal, que significa ampliar la gama de productos o servicios ofrecidos (que pueden estar o no relacionados con la oferta actual de la firma). Esto, luego de investigar el público objetivo.

Finalmente, se puede hacer referencia a la diversificación desde las políticas públicas. Esto significa que las medidas del Gobierno buscan ampliar la variedad de bienes que produce y exporta el país.