Una criptomoneda, también conocida como criptodivisa, es un tipo de activo digital, el cual utiliza un cifrado criptográfico para asegurar las transacciones, garantizar la titularidad de las mismas y, por último, evitar la generación de nuevas unidades o copias. Este tipo de activos no existen en formato físico, por lo que se almacenan, también, en una cartera digital.
Tras la definición técnica, muy probablemente te hayas quedado igual que estabas, pero déjame decirte que es más sencillo de lo que parece.
En este sentido, la criptomoneda o criptodivisa es un tipo de activo, como puede ser una casa o un coche, pero que se encuentra en formato digital, es decir, que no lo encontramos en formato físico, por lo que no es tangible.
Y debido a esto, a que no es un activo tangible y no podemos protegerlo físicamente, debemos protegerlo con seguridad informática, o lo que es lo mismo, seguridad digital. Para esto, la criptomoneda utiliza un sistema de cifrado criptográfico, el cual garantiza, en primer lugar, que la criptomoneda es nuestra y de nadie más. Por otro lado, este sistema también se encarga de asegurar las transacciones, garantizando que esta se producen correctamente, y ello, a la vez que limita la posible reproducción de nuevas unidades, que podrían confundirse con la criptomoneda auténtica.
Por último, debemos tener en cuenta que, dado que hablamos de activos digitales que no pueden tocarse, pero que sí deben ser almacenados porque son de nuestra propiedad, estos se guardan en carteras digitales, monederos o wallets, que sí permiten el almacenamiento de este tipo de activos, producto de la Revolución Digital.
Criptomonedas: ¿Qué son y cómo funcionan?
En todo momento hemos estado haciendo referencia a las criptomonedas como un tipo de activo digital, pero hemos de decir que, como su propio nombre indica, la criptomoneda trata de replicar a la divisa o moneda tradicional, pero con la particularidad de que hablamos de una moneda digital.
Dado el avance de la digitalización, la criptomoneda se presenta como una alternativa al pago tradicional, pero en este caso con monedas digitales, las cuales tienen un valor de intercambio y cotizan, como todas las divisas, en los mercados.
A diferencia de otras divisas tradicionales, como el dólar o el euro, que están reguladas y controladas por sus respectivos bancos centrales, las criptomonedas no están reguladas ni controladas por ninguna institución financiera, de la misma manera que no precisa intermediaros para realizar transacciones, como sí haría falta un banco para hacer una transferencia de dólares, por ejemplo.
Para esto, se usa el blockchain, una base de datos descentralizada o registro contable compartido, permitiendo esto el control integral de estas transacciones.
Por último, la otra característica que las diferencia de las divisas tradicionales, la cual determina su funcionamiento y ya hemos mencionado en el artículo, es la manera de depositarlas o guardarlas, teniendo que recurrir a monederos digitales o wallets que permiten el almacenamiento de este tipo de activos digitales.
Tipos de criptomoneda: las criptomonedas más famosas
Una vez sabemos qué son las criptomonedas, a la vez que conocemos su funcionamiento, es hora de conocer los tipos de criptomoneda que encontramos en el mercado, o lo que es lo mismo, las distintas criptomonedas que se negocian en los mercados todos los días.
En este sentido, las criptomonedas más intercambiadas y, por ello, conocidas son las siguientes:
-
Bitcoin (por su ticker, BTC).
-
Ethereum (por su ticker, ETH).
- Cardano (por su ticker, ADA).
- Tether (por su ticker, USDT).
- Ripple (por su ticker, XRP).
- Dogecoin (por su ticker, DOGE).
- Binance Coin (por su ticker, BNB).
- USDcoin (por su ticker, USDC).
- Polkadot (por su ticker, DOT).
- Solana (por su ticker, SOL).
La criptomoneda más famosa: el bitcoin
El
bitcoin es la criptomoneda más antigua y, por ello, la más conocida y negociada en los mercados. Precisamente por ello, a continuación te dejo con una guía para que puedas aprender a
invertir en Bitcoin de forma segura en EspañaLa criptomoneda fue creada en el año 2009. Y fue
creada por Satoshi Nakamoto, un seudónimo de alguien misterioso que, pese a haber creado la criptomoneda más famosa en el mundo, sigue sin desvelar su identidad.
Entre las principales características que diferencian a esta criptomoneda del resto, podemos destacar que hablamos de una criptomoneda que, pese a no estar respaldada por autoridades, sí cuenta con una oferta monetaria limitada, no pudiendo superar las unidades los 21 millones. Además, todas esas unidades son fungibles, por lo que son intercambiables, a la vez que, tras realizarse el intercambio, los pagos son irreversibles, por lo que no hay retorno.
De la misma manera, otra característica interesante es que las transacciones no pueden censurarse, de la misma manera que presentan un código abierto, al cual pueden acceder todos, y todos pueden realizar transacciones; sin ninguna prohibición.
Pero si con esto no teníamos suficiente, es preciso señalar que hablamos de una moneda que utiliza seudónimos, es decir, no refleja la identidad en las transacciones.
Por último, es conveniente remarcar que todo este sistema se orquesta gracias al blockchain, conocido también como cadena de bloques, que permite el consenso entre los distintos nodos que operan en esta gran red.
Las criptomonedas con más futuro
Ahora que ya hemos visto las criptomonedas que se encuentran disponibles en el mercado, y hemos repasado qué es el bitcoin, la criptomoneda más antigua y famosa, la pregunta que uno se hace es: ¿y cuál es la moneda con más futuro y, por ende, la mejor?
A esta respuesta es muy difícil contestar. Nadie tiene una bola mágica para saber si el bitcoin subirá, el binance coin caerá, o cardano, por su parte, desaparecerá como lo han hecho algunas criptomonedas.
Sin embargo, sí conviene señalar que hay expertos que consideran el ethereum como una moneda especial, con un proyecto robusto detrás, el cual da lugar al desarrollo de nuevos sistemas, como los desarrollados gracias a los smart contracts, entre otras innovaciones que abren más puertas en un nuevo mundo, el cual acabamos de descubrir.
Por tanto, es difícil decir cuál será la criptomoneda con más futuro, pero sí conviene señalar que ethereum es una criptomoneda que está dando mucho que hablar en este mundo cada vez más digital, subjetivo e intangible.
Invertir en criptomonedas
Por último, muchas son las personas que se preguntan cómo pueden invertir en criptomonedas. Y hay que señalar que no hablamos de una tarea complicada, pues hoy en día es relativamente sencillo hacerse con unas cuantas criptomonedas en el mercado.
Para ello, lo primero que tenemos que hacer es abrirnos una cuenta de valores con un
broker especializado en criptomonedas, como puede ser Binance o Coinbase. Y de la misma manera, debemos hacernos con un monedero digital en el que depositar nuestras criptomonedas, una vez sean nuestras.
Posteriormente, depositaremos capital en nuestra cuenta, en función del valor de las criptomonedas que queremos comprar. Es decir, del valor que debamos depositar para hacernos con las criptomonedas por las que nos hemos interesado.
Por último, iremos al portal de nuestro broker, escogeremos las criptomonedas que queremos comprar, así como el número, y ejecutaremos la orden.
Hecho esto, ya tendremos nuestras criptomonedas, y podremos depositarlas en nuestro monedero digital.
Aunque no puedo despedirme sin antes añadir que, pese a lo mencionado, que sea fácil invertir no quiere decir que sea fácil generar rendimientos. La volatilidad que presenta este tipo de activos podría llevarnos a registrar pérdidas muy importantes, de las que nos podría costar mucho recuperarnos.
¿Hay que pagar impuestos por invertir en criptomonedas?
Finalmente, necesitamos abordar un aspecto crucial:
la fiscalidad de criptomonedas en España. Y es que desde el año 2020, es obligatorio
declarar la posesión de tus criptoactivos, y tributar por los beneficios de los mismos. Toda esta información deberás presentarla a través del
modelo 100 de la declaración de la Renta.
Como es obvio, únicamente se gravan las ganancias obtenidas, según los siguientes tramos impositivos:
-
Gravamen del 19%: De 0 a 6.000 euros de ganancias.
-
Gravamen del 21%: De 6.001 a 50.000 euros.
-
Gravamen del 23%: De 50.001 a 200.000 euro.
-
Gravamen del 27%: De 200.001 a 300.000 euros.
-
Gravamen del 28%: Más de 300.001 euros.
No obstante, tengo una buena noticia, en lo que respecta a las pérdidas, solo es necesario declararlas -de la misma manera- sin necesidad de pagar impuestos por ellas. Además, si reportas pérdidas, pueden utilizarse para reducir tus beneficios financieros durante el lapso de los próximos cuatro años.
Por esto y mucho más, mucha cautela al invertir en criptomonedas y, sobre todo, mucha formación antes de lanzarnos a ello.
¡Mucha suerte!