Una burbuja económica es un fenómeno en el que los precios de ciertos activos, como bienes inmuebles, acciones, materias primas, entre otros, se elevan hasta niveles desorbitados, debido a un aumento excesivo, irracional y especulativo de la demanda.
Una burbuja económica, en otras palabras, se produce cuando los precios de cosas como casas,
acciones o
materias primas suben mucho porque hay muchas personas quieren comprarlas. Pero en una burbuja económica, la gente está comprando porque piensan que los precios seguirán subiendo, en lugar de porque hay una buena razón para comprar.
Esto puede hacer que los precios suban demasiado y se vuelvan muy caros en relación con lo que realmente valen, es decir, con su valor real. Cuando esto sucede, y la gente se da cuenta de que los precios se han incrementado por encima de su valor real, estalla la burbuja y los precios comienzan a bajar de nuevo, causando severos problemas económicos a muchas personas.
Dicho de otra manera, una burbuja se forma cuando los inversores compran
activos a precios muy elevados, incluso por encima de su valor real, por la expectativa de que los precios continuarán incrementándose en el futuro; pero por una creencia irracional y sin una justificación económica real.
En una burbuja económica, los precios comienzan a subir hasta un punto en el que los
inversores ya no están dispuestos, o no pueden, pagar semejantes precios. En ese momento, estalla la burbuja y comienza una corrección de precios, pudiendo esta darse de manera gradual o de manera abrupta. Si se produce una corrección abrupta, la burbuja puede explotar, lo que puede tener consecuencias muy graves para la economía en general; pudiendo darse una
recesión o incluso una depresión.
En otras ocasiones, la burbuja económica ha sido alimentada por inversores que compran ciertos activos y estimulan su
demanda para hacer crecer su precio, o mejor dicho, para inflar su precio y, posteriormente, vender con un gran beneficio. En ocasiones, esta especulación se va de las manos y, como en otras burbujas, deriva en una grave situación económica que acaba perjudicando a la propia ciudadanía.
Existen innumerables tipos de burbuja, dependiendo de las causas, la intención, el tipo de activo, entre otras características.
En resumen, las burbujas económicas son fenómenos muy peligrosos y, en ocasiones, muy difíciles de detectar y predecir, lo que hace que sea muy difícil tomar ciertas medidas para prevenirlas. Además, como hemos señalado, es preciso destacar que, como denominador común, todas tienen un impacto significativo en la economía y en la vida de las personas.
¿Por qué se origina una burbuja económica?
Una burbuja económica puede originarse por numerosas razones, pero habitualmente se debe a una combinación de los mismos, los cuales dan lugar a un aumento excesivo y especulativo de la demanda de ciertos activos; pudiendo ser
bienes inmuebles, acciones, entre otros muchos.
Con todo, existen algunas razones que, atendiendo a la historia y a la literatura económica, pueden contribuir a la formación de una burbuja económica:
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Bajos tipos de interés: Cuando los bancos centrales reducen las tasas de interés para estimular el crecimiento económico, el coste de pedir prestado dinero se vuelve más bajo. Esto puede llevar a un aumento en la demanda de crédito, lo que a su vez puede provocar un aumento en la demanda de bienes raíces y otros activos.
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Exceso de liquidez: Cuando hay liquidez, es decir, cuando hay una gran cantidad de dinero en circulación la gente puede estar más dispuesta a invertir en activos como bienes inmuebles o acciones, lo que puede provocar un aumento en los precios.
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Optimismo excesivo e irracional: Cuando los inversores están demasiado optimistas sobre el futuro y creen que los precios seguirán subiendo, pueden comprar activos a precios más altos sin una justificación económica real. Esto puede crear una espiral de precios en la que más inversores entran al mercado, elevando aún más los precios.
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Especulación: La especulación se produce cuando los inversores compran activos con la intención de revenderlos rápidamente a precios más altos, sin importar el valor real de los activos, pueden crear una demanda artificial que infla los precios.
En resumen, la burbuja económica se origina cuando los inversores comienzan a comprar activos a precios elevados sin una justificación económica real, lo que provoca un aumento excesivo y especulativo de la demanda. Esto puede ser el resultado de una combinación de factores, como bajos tipos de interés, exceso de liquidez, optimismo excesivo e irracional y especulación.
Fases de una burbuja económica
Las burbujas económicas, por lo habitual, suelen atravesar una serie de fases que conviene conocer.
En este sentido, las fases que, por lo habitual, atraviesa una burbuja económica son las siguientes:
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Fase de expansión: En esta fase, los precios de los activos comienzan a subir debido a un aumento en la demanda, generalmente impulsada por la especulación y el optimismo excesivo. A medida que los precios suben, más inversores entran al mercado, lo que a su vez alimenta la demanda y hace que los precios suban aún más.
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Fase de euforia: En esta fase, la demanda se vuelve aún más irracional, impulsada por el sentimiento de que los precios seguirán subiendo indefinidamente. Los inversores se sienten atraídos por la posibilidad de grandes ganancias y, a menudo, compran activos sin una justificación económica real.
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Fase de inflexión: En esta fase, los precios de los activos comienzan a desacelerar su aumento, lo que puede ser un signo de que la demanda está empezando a disminuir. Los inversores comienzan a vender activos para asegurar sus ganancias, lo que puede hacer que los precios comiencen a bajar.
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Fase de pánico: En esta fase, la demanda se desploma y los precios caen rápidamente. Los inversores comienzan a vender activos para evitar perder más dinero, lo que puede hacer que los precios caigan aún más. Esta fase a menudo termina en una recesión o depresión económica.
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Fase de depresión: En esta fase, los precios han caído significativamente y la economía puede estar experimentando una recesión o incluso una depresión. Muchos inversores han perdido dinero y la confianza en el mercado se ha deteriorado. La demanda de activos se reduce drásticamente, lo que hace que los precios caigan aún más. Las empresas pueden enfrentar dificultades financieras y muchas pueden cerrar, lo que puede llevar a un aumento en el desempleo y a una disminución del consumo y la inversión.
Con todo, es importante señalar que no todas las burbujas tienen la obligación de pasar por todas estas fases, de la misma manera que la duración y la intensidad de cada fase pueden variar en función de la burbuja. Además, algunas burbujas pueden experimentar fases de corrección de precios más graduales en lugar de un colapso repentino, como ha ocurrido en algunas de las burbujas más importantes de la historia.
¿Qué es una burbuja inmobiliaria?
Una burbuja inmobiliaria no es más que un tipo de burbuja económica. La principal característica que diferencia a este tipo de burbuja de otras la encontramos en que en una burbuja inmobiliaria, el activo que experimenta un incremento en los precios es el inmueble.
Dicho lo anterior, una burbuja inmobiliaria es un fenómeno en el que los precios de los bienes inmuebles suben hasta niveles insostenibles, debido a un aumento excesivo y especulativo de la demanda. En una burbuja inmobiliaria, los precios de las propiedades se incrementan rápidamente debido a la especulación y la creencia de que los precios seguirán subiendo en el futuro. Esto atrae a más inversores al mercado, lo que a su vez hace que los precios suban aún más.
Las burbujas inmobiliarias pueden tener consecuencias graves para la economía, ya que el aumento excesivo de los precios puede hacer que las personas y las empresas paguen más por los bienes inmuebles de lo que realmente valen. Cuando los precios de los bienes inmuebles caen repentinamente, los propietarios pueden encontrarse en una situación en la que deben más dinero del que vale la propiedad, lo que puede resultar en ejecuciones hipotecarias y una disminución en el valor de los hogares.
Las burbujas inmobiliarias pueden ser el resultado de factores como una expansión excesiva del crédito, un aumento de la especulación, una falta de regulación del mercado y una creencia irracional en que los precios seguirán subiendo. Además, es importante señalar que las burbujas inmobiliarias no son un fenómeno exclusivo de un país o región y han ocurrido en diferentes partes del mundo en diferentes momentos de la historia económica.
En el ejemplo, veremos un ejemplo de burbuja inmobiliaria que sucedió en Japón, así como el ejemplo de la gran burbuja inmobiliaria que sufrió el planeta en 2008: la Gran Recesión.
¿Qué es una burbuja especulativa?
La burbuja especulativa, como la burbuja inmobiliaria, es un tipo de burbuja económica. Cuando hablamos de una burbuja especulativa, hablamos de un tipo de burbuja que ha sido provocada por alguien, y se produce de manera intencionada. En este sentido, debido a la especulación con algún tipo de activo.
En la burbuja inmobiliaria, ciertos inversores compran activos con el fin de incrementar su valor, atraer demanda artificial e inflar los precios. Cuando los precios se inflan, venden los activos que compraron más baratos a los precios actuales y obtienen un importante rendimiento.
En otras palabras, una burbuja especulativa es un fenómeno en el que los precios de ciertos activos suben hasta niveles insostenibles, debido a la especulación por parte de ciertos inversores y la creencia irracional de otros que consideran que los precios seguirán subiendo en el futuro por esa demanda artificial. En la burbuja especulativa, unos inversores inflan los precios de los activos, como podrían ser acciones o bienes inmuebles, para atraer a otros inversores, como podrían ser acciones o bienes inmuebles, con el objetivo de, en el futuro, obtener grandes ganancias con la venta de unos activos que hoy valen mucho más.
Las burbujas especulativas son muy peligrosas, pues pueden llevar a una sobrevaloración de los activos y a la creación de una demanda artificial que hace que los precios suban a niveles insostenibles. Cuando la burbuja especulativa finalmente estalla, los precios pueden caer drásticamente y provocar pérdidas significativas para los inversores que compraron los activos a precios sobrevalorados.
En resumen, hablamos de una técnica especulativa que practican ciertos inversores con el objetivo de generar grandes ganancias. Si el inversor compró al inicio y participó en el nacimiento de la burbuja, obtendrá rendimientos al vender el activo en el futuro a un precio más elevado. Por otro lado, si se trata de un inversor que compró en momentos previos al estallido de la burbuja, sufrirá las pérdidas que se originen por la devaluación del activo.
Ejemplo de burbuja
Para terminar, veamos algunos ejemplos reales de burbujas económicas.
Burbuja de Japón de 1986
La burbuja económica que sucedió en Japón en el año 1986 es un ejemplo de una burbuja especulativa que ocurrió en la década de 1980. En esa época, el mercado inmobiliario de Japón experimentó un aumento excesivo de los precios, debido a una combinación de factores, incluyendo una expansión excesiva del crédito y la especulación.
El aumento de los precios de los bienes inmuebles en Japón llevó a un aumento de la inversión en el mercado de valores y la creación de una burbuja especulativa en ese sector también. Los inversores japoneses y extranjeros compraron acciones de empresas japonesas a precios muy elevados, esperando obtener grandes ganancias en el futuro. A medida que la demanda de acciones japonesas aumentó, los precios subieron aún más.
Sin embargo, la burbuja finalmente estalló en la década de 1990, cuando los precios de los inmuebles y las acciones comenzaron a caer. Los inversores que habían comprado activos a precios elevados sufrieron grandes pérdidas, y la economía japonesa entró en una recesión que duró más de una década.
Por tanto, la burbuja de Japón de 1986 es un ejemplo clásico de cómo una burbuja económica puede tener consecuencias graves y duraderas para una economía.
Gran Recesión de 2008
La Gran Recesión fue una crisis económica global que se inició en 2008, como resultado de una burbuja inmobiliaria en Estados Unidos y una crisis en el mercado hipotecario subprime. La crisis se extendió rápidamente por todo el mundo, afectando a las economías de muchos países y provocando un colapso en los mercados financieros globales.
La crisis se originó cuando los precios de las propiedades inmobiliarias en Estados Unidos subieron hasta niveles insostenibles, lo que llevó a un aumento de la demanda de préstamos hipotecarios. Los bancos y otras instituciones financieras comenzaron a otorgar préstamos a personas con bajos puntajes crediticios, conocidos como préstamos subprime, a tasas de interés muy altas. Muchos de estos préstamos eran de alto riesgo y no se podían pagar, lo que llevó a un aumento de los incumplimientos hipotecarios y la ejecución hipotecaria.
A medida que los incumplimientos hipotecarios aumentaron, los bancos y otras instituciones financieras comenzaron a sufrir pérdidas significativas, lo que provocó un colapso en el mercado financiero global. Las acciones cayeron, los precios de los bienes raíces se desplomaron y el desempleo aumentó a niveles históricamente altos.
La Gran Recesión tuvo un impacto duradero en la economía global, con muchos países luchando por recuperarse durante años después de la crisis. La crisis llevó a una mayor regulación del sector financiero, con el objetivo de prevenir futuras crisis económicas.