La "cuesta de enero" es un término que se utiliza combinado en algunos países, especialmente en España y en América Latina, para describir el período de dificultades económicas que muchas personas experimentan al comienzo del año, específicamente durante el mes de enero. Esta situación se debe a varios factores, como los gastos excesivos durante las festividades de diciembre, como Navidad y Año Nuevo, así como el pago de impuestos y el regreso a la rutina después de las vacaciones.
La cuesta de enero es una expresión muy española que seguramente habrás escuchado alguna vez. Se refiere a ese período justo después de las fiestas navideñas cuando muchos nos encontramos con los bolsillos vacíos, pero con un montón de
facturas por pagar. No es que enero tenga una cuesta física, como una colina que hay que subir, pero sí se siente como una montaña financiera que toca escalar.
Imagina que has pasado diciembre comprando regalos, disfrutando de comidas especiales y tal vez viajando un poco. Lo has pasado en grande, sí, pero en enero llega la factura del gas, el recibo de la luz, el alquiler o la
hipoteca y hasta el seguro del coche. Además, hay que sumarle que si has usado la
tarjeta de crédito para las compras navideñas, ahora toca empezar a pagarla. Y para colmo, justo en este mes suelen llegar los
impuestos municipales, como el del coche. Todo se acumula, y de repente, el
salario que antes parecía suficiente, ahora no llega.
Curiosamente, aunque la cuesta de enero es un fenómeno que se repite año tras año, siempre nos pilla desprevenidos. Hay estudios que indican que la mayoría de la gente
gasta un 20% más en diciembre que en cualquier otro mes. Pero lo curioso es que enero y diciembre tienen el mismo número de días, y sin embargo, el
dinero tiene que estirarse mucho más.
Es como si en enero, el dinero se esfumase como por arte de magia. Aunque seamos conscientes de que hay que
ahorrar, es fácil caer en la tentación de las rebajas de enero, que llegan como una especie de trampa añadida. Te dicen: "gasta un poco más, que es una oferta que no puedes dejar pasar". Y así, entre una cosa y otra, enero se convierte en un mes de malabarismos financieros.
Hay quienes intentan preparar para esta "cuesta" ahorrando un poco cada mes. Otros recurren a métodos más extremos, como pedir un pequeño
préstamo o usar la tarjeta de crédito, aunque eso signifique pagar intereses después. Y también hay quien simplemente se aprieta el cinturón: menos salidas, menos caprichos y más vida casera.
Así que, aunque la cuesta de enero sea algo que la mayoría preferiríamos evitar, también es un buen recordatorio de la importancia de tener una correcta
planificación financiera, un buen
colchón financiero y una adecuada
educación financiera que nos permita gestionar correctamente nuestra vida y tomar las decisiones adecuadas.
¿Por qué se produce o cuáles son las causas de la cuesta de enero?
La cuesta de enero es como esa resaca financiera que llega después de una larga fiesta, en este caso, las Navidades. Hay varias causas que hacen que enero se convierta en un mes especialmente complicado para nuestras economías.
Vamos a ver algunas de ellas:
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Gastos extra de Navidad: Diciembre es un mes en el que se dispara el consumo. Entre regalos, cenas familiares con menús más elaborados de lo habitual y decoración festiva, acabamos gastando más de lo que quisiéramos.
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Ofertas y rebajas: Justo después de la Navidad, llegan las rebajas de enero. Aunque parezca una oportunidad para ahorrar, a menudo terminamos comprando cosas que no necesitamos realmente, solo porque están en oferta.
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Tarjetas de crédito: Mucha gente opta por usar la tarjeta de crédito para poder afrontar todos los gastos de diciembre, pensando que ya se ocupará de las deudas en enero. Pero cuando llega el momento de pagar, el peso de los intereses se suma a los gastos habituales.
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Impuestos y pagos anuales: Muchos pagos, como el impuesto de circulación del coche o seguros anuales, suelen tener lugar en los primeros meses del año, añadiendo más presión a nuestra economía.
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Bajada de actividad para autónomos y freelancers: Quienes trabajan por cuenta propia a menudo experimentan una reducción en la carga de trabajo durante las fiestas, lo que significa menos ingresos justo cuando más se gastan.
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Falta de planificación: A pesar de que la cuesta de enero es un fenómeno conocido, pocos se preparan para ella. No se suele ahorrar lo suficiente durante el año para hacerle frente, lo que lleva a una situación de aprieto financiero.
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Factores emocionales: En Navidad, impulsados por el espíritu festivo, podemos llegar a hacer gastos emocionales que después lamentamos. La vuelta a la realidad en enero es, por lo tanto, más dura.
Entender las razones detrás de la cuesta de enero es el primer paso para evitarla o, al menos, para que nos pille un poco más preparados.
Cómo afrontar la cuesta de enero
Superar la cuesta de enero es como escalar una montaña: hay que ir paso a paso y con buen equipamiento, en este caso, una planificación financiera sólida. Aquí van algunas recomendaciones:
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Hacer un presupuesto: Lo primero que deberíamos hacer es saber con qué dinero contamos. Anota todos tus ingresos y gastos fijos. A partir de ahí, mira cuánto te queda para afrontar los pagos extra.
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Priorizar gastos: No todas las compras son iguales de urgentes. Tal vez puedas posponer algunas adquisiciones para más adelante y centrarte en lo que realmente importa, como las facturas y deudas pendientes.
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Evitar nuevas deudas: Si ya estás ajustado, lo último que quieres es endeudarte más. Aunque pueda resultar tentador recurrir a la tarjeta de crédito, intenta evitarlo. Los intereses pueden complicarte aún más la situación.
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Negociar plazos: Si tienes deudas o pagos grandes pendientes, como la matrícula de un curso o un seguro, intenta negociar el pago a plazos con la entidad correspondiente. Muchas veces estarán dispuestos a facilitarte las cosas.
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Recortar gastos superfluos: Este es el momento de eliminar ese café diario en la cafetería o la suscripción a la revista que nunca lees. Aunque parezca poco, todo suma.
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Ingresos extra: Si puedes hacer algunas horas extras en el trabajo o vender cosas que ya no necesitas, este ingreso adicional puede ser de gran ayuda.
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Comprar con cabeza en las rebajas: Si vas a aprovechar las rebajas, hazlo con sensatez. Compra solo lo que realmente necesites y puedas permitirte.
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Planificar para el próximo año: Una vez que hayas superado la cuesta de enero, empieza a planificar cómo vas a evitarla el próximo año. Un buen comienzo sería establecer una pequeña hucha y empezar a ahorrar un poco cada mes.
Al final, la clave para superar la cuesta de enero está en la planificación y en tomar decisiones financieras inteligentes. Si te organizas bien y sigues estos consejos, es probable que llegues a febrero con una sensación de alivio y la cabeza alta.
Consejos para la cuesta de enero
Dicho lo anterior, aquí tienes más consejos prácticos y sencillos para que la cuesta de enero no se convierta en un tobogán hacia el endeudamiento:
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Revisa tus cuentas: Antes de hacer nada, echa un vistazo a tus cuentas bancarias y tarjetas de crédito. Saber cuánto dinero tienes disponible te dará una idea clara de lo que puedes gastar.
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Establece prioridades: Antes de lanzarte a comprar en las rebajas, piensa en qué es realmente necesario. Deja los caprichos para cuando la situación sea más desahogada.
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Haz un presupuesto: No te lanzas a gastar a lo loco. Planifica un presupuesto que incluya tus ingresos, gastos fijos como alquiler o hipoteca, y una cantidad para gastos variables y emergencias.
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Recorta en lo superfluo: Puede que no necesites ese café diario en la cafetería o ese gimnasio al que apenas vas. Cortar estos gastos durante un tiempo te ayudará a aliviar la presión.
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Cocina en casa: Comer fuera o pedir comida a domicilio es mucho más caro que preparar tus propios platos. Anímate a cocinar y verás cómo ahorras.
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No te endeudes más: Si ya estás pasando por un momento financiero complicado, sacar más crédito o usar constantemente la tarjeta de crédito solo empeorará la situación.
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Aplaza compras grandes: Si tienes que hacer alguna compra importante como electrodomésticos o muebles, mira si puedes aplazarlo o pagarlo a plazos sin intereses.
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Busca ofertas y descuentos: Utiliza cupones descuento o busca ofertas online. Pero recuerda, solo compra lo que realmente necesitas.
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Habla con tus acreedores: Si tienes deudas o pagos que no puedes cubrir, lo mejor es hablarlo con quien debe el dinero. A veces se puede llegar a un acuerdo para pagar en cuotas más pequeñas.
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Empieza a ahorrar para el próximo enero: Una vez que pase este enero, piensa en el próximo. Si puedes, guarda un poco de dinero cada mes para que el siguiente enero sea más llevadero.
Siguiendo estos consejos, podrás hacer que la famosa cuesta de enero sea más un suave repecho que una empinada montaña. Cada pequeño esfuerzo cuenta, y verás cómo, poco a poco, vas recuperando el control de tus finanzas.
La educación financiera y la planificación financiera como herramientas fundamentales
Dicho todo lo anterior, es fundamental entender que el mejor antídoto contra las dificultades económicas es la educación financiera y la planificación financiera.
Veamos cómo pueden ayudarnos:
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Educación financiera: Esto es básicamente aprender a entender cómo funcionan los dineros. Saber qué son los intereses, cómo se calcula un presupuesto, o cómo funcionan las inversiones, te dará las herramientas necesarias para tomar decisiones económicas más acertadas. No hace falta ser un experto en finanzas; basta con entender los conceptos básicos para no tomar decisiones que nos puedan llevar a un endeudamiento innecesario.
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Planificación financiera: Este es el siguiente paso después de educarte financieramente. La planificación financiera es tener un plan de cómo vas a usar, ahorrar e invertir tu dinero. Con un buen plan, puedes anticiparte a los gastos de enero (y de cualquier otro mes) y evitar que te pille el toro. Planificar significa prepararse para los gastos recurrentes, como los impuestos, y también para los no previstos, como una avería del coche.
Ahora bien, ¿cómo se aplican estas herramientas para superar la cuesta de enero?
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Saber es poder: Cuando entiendes los conceptos financieros básicos, te vuelves menos susceptible a ofertas de financiación engañosas o a gastar más de lo que puedes permitirte.
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Herramientas y aplicaciones: Usar aplicaciones de presupuestos o hojas de cálculo te puede facilitar mucho la vida. Estas herramientas hacen más sencilla la tarea de seguir tu plan financiero.
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Previsión y ahorro: Una buena planificación financiera te permite saber con antelación cuánto vas a necesitar para afrontar los gastos de enero. Y, al estar educado financieramente, entenderás la importancia de tener un fondo de ahorro para estos menesteres.
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Decisiones inteligentes: Una vez que sabes planificar y entender de finanzas, es más probable que tomes decisiones inteligentes, como evitar endeudarte innecesariamente o gastar en cosas que no son esenciales.
En definitiva, hablamos de herramientas que todos podemos y debemos utilizar para hacer que la temida cuesta de enero sea más fácil de subir.