La crisis bancaria existe cuando está en la calle
Luis Aparicio Pérez
Director de Contenidos de INVERTIA
Cuando la pasada semana vi un programa de televisión en canal abierto a hora destacada en la que se debatía si mantener o no los depósitos en los bancos, exclamé: ¡La crisis ya está en la calle!. ¡Horreur!, que diría un francés. Hasta ese pasado jueves, los temores se limitaban a comentarios de pasillo en el trabajo, el mercado o los bancos de la calle. Yo, como periodista, sentía rubor de poner en boca de todos el temor a que los ahorros sufrieran el efecto físico de la evaporación.
En el momento que esta sensación estuviera en las pantallas de la televisión… en ese preciso momento es cuando la crisis financiera y bancaria cobra toda su dimensión. La crisis de liquidez lo es en tanto y cuanto la gente corra a sus sucursales a sacar el dinero. Hasta entonces es un tema manejable por los bancos centrales, los Tesoros, los ministerios de Economía, etcétera.
Me recordaba un compañero de profesión cómo en la década de los ochenta el subgobernador del Banco de España, Mariano Rubio, había sorteado una profundísima crisis bancaria (afectó aproximadamente al 80% de las entidades) sin alarmas excesivas en la sociedad y con todos los depositantes con sus ahorros garantizados. Entonces, la ligazón entre la industria y la banca se llevó a esta última por la borda.
No se trata de fomentar el oscurantismo y dar privilegios a unos pocos elegidos. De ahí ha venido esta crisis y esa no es la solución. Se trata de no romper la confianza de un sistema cuyo principal activo es la confianza más que el dinero en sí mismo. Este principio de la confianza que si se quiebra tiene la capacidad de cargarse en 24 horas la entidad financiera más solvente del mundo, se ha desperdiciado por la estulticia de los políticos y también de algunos tertulianos periodísticos con insaciable ansia de protagonismo. Bien es cierto –no es corporativismo- que la tontería de los periodistas suele tener menos importancia.
En cinco días hemos pasado de hablar de un sólido sistema financiero en España, de no tener problemas sistémicos en Europa con las entidades financieras, a subastar el mejor postor nuestro Fondo de Garantía de Depósitos.
-Garantizo 100.000 euros
-Yo 150.000
-Pues yo lo garantizo todo y unas saterenes de teflón para cada impositor.
Qué poca seriedad la de los políticos europeos que a base de decir majaderías y salir en la foto han puesto a sus sistema financiero a los pies de los caballos. Lo correcto hubiera sido un buen análisis de la situación y ofrecer una serie de medidas conjuntas, preferentemente, o individuales con apoyo de otros para hacer frente al problema.
Han sido ellos los causantes de la desconfianza. Lo fueron ellos al permitir unas entidades financieras en algunos casos descontroladas que asumían riesgos circenses, y lo son ahora que atajan el problema a voces sin haberlo dado antes ninguna solución. No sabe uno ya que es peor, si los políticos mostrencos o los banqueros avariciosos.
Fuente:Invertia