Opinión de James Mackintosh
Ante la euforia alcista en los mercados, James Mackintosh, nos propone una reflexión publicado en el Finacial Times:
Luces amarillas para la renta variable
Por James Mackintosh
Los indicadores de sentimiento y el impulso son preocupantes.
Hay momentos para tener miedo y los tiempos actuales son para estar asustados. Cuanto más satisfechos estamos con el mercado, más temerosos hay que ser y en este momento los inversores confían en que los buenos tiempos continuarán.
El fuerte repunte de fin de año fue respaldado por el compromiso de EE.UU. en tema del Fiscal cliff. Pero los indicadores de sentimiento e impulso son importantes y ambos son preocupantes. Todavía no están sonando las sirenas de emergencia, pero hay luces amarillas de advertencia en todos los ámbitos cuando no son rojas.
El nivel rojo se están presentando en indicadores de impulso mundiales, como el índice de fuerza relativa, que mide la dirección y velocidad del precio de las acciones. Cuando las acciones suben o bajan demasiado rápido, tienen una fuerte tendencia a revertir cuando el RSI sube por encima de 70. En Japón es peor, habiendo llegado a 90, mientras que los EE.UU. se encuentra un poco más estable, en 63.
También es alarmante el índice Vix, que ha sido más bajo 18 veces desde la crisis de crédito que comenzó en el verano de 2007. Los inversores sienten poca necesidad de comprar protección contra la caída de las acciones, ya que los bancos centrales lo están ofreciendo de forma gratuita.
La demanda de crédito es aterradora,los inversores están tan interesados en los bonos basura de Estados Unidos, ya que las empresas débiles está pidiendo el mayor volumen prestado desde mediados de 2007, a los interese más bajos conseguidos jamás.
Luces amarillas vienen desde la cobertura de riesgo en renta variable y en qué medida los toros superan en número a los osos en las encuestas de los inversores individuales. Cuatro quintas partes de los clientes de Crédito Suisse esperan que las acciones venzan a los bonos, materias primas o dinero en efectivo en los próximos tres meses.
Una de las lecciones de los últimos tres años es prestar mucha atención a los sentimientos: los inversores se volvieron demasiado positivos en la primavera de 2010, 2011 y 2012 . hay que tener cuidado de que se alcancen otra vez estos niveles de complacencia. Simplemente es un tiempo para tener miedo, sin llegar a estar muy asustados.