A ver, ya totalmente en serio: Olvidarse de los chicharros y de los que os recomienden chicharros.
Podéis valorar las empresas cómo queráis, pero valorarlas. Comprar chicharros es jugar a la ruleta. Puede que ganéis, puede que no os pase nada, pero el día que os pase mejor que Dios os coja confesados.
Una forma buena de valorar una empresa es mediante el valor actual de los rendimientos futuros esperados. Una empresa que no genera cash flow, que pierde dinero o cuyo negocio no es rentable, es ruina. El dinero cuesta mucho trabajo ganarlo, pero sin embargo, poco perderlo.
Apostar en Codere es una auténtica locura, mientras que invertir en Mapfre es una garantía (mirar patrimonio neto, BPA, %de crecimiento de dividendos en los últimos años, deudas...).
Si invertís en algo, que menos que saber en qué invertís, vamos digo yo.