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La actualidad de los mercados

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Re: La actualidad de los mercados

Llevas razón, la correlación no se da en el 100% de las ocasiones, ya que como bien apuntas, es posible que el mercado haya descontado una subida / bajada del precio de la materia prima / insumo, como es el crudo en este caso, del valor de la acción del productor, en este caso Repsol, y haya períodos de tiempo en los que la acción suba/baje cuando el crudo baje/suba.

Pero, estadísticamente hablando, es más habitual que la cotización de ambos, REP y crudo, estén correlacionados a que no lo estén. Mira este gráfico. En barras la cotización de REP, con una línea azul la cotización del futuro del Brent. Temporalidad semanal. Desde agosto de 1993 hasta la actualidad:

#40697

La guerra comercial estalla en la energía: cómo impactará en el precio del petróleo



El crudo pierde todo lo ganado en enero ante el temor de que la batalla con China termine por contraer el crecimiento global. Las tasas a las importaciones de Canadá amenazan la infraestructura petrolera del Medio Oeste americano.

EE UU, el principal productor del mundo de petróleo y gas natural, le ha declarado la guerra comercial a China con aranceles del 10% a la importación de sus productos. Y China, el mayor importador de petróleo y gas del mundo, ha replicado con un gravamen adicional del 15% al carbón y al gas natural licuado procedente de Estados Unidos, y de un 10% al petróleo. Las dos grandes potencias del mundo, una exportadora y otra importadora de energía, se han enzarzado en una escalada de tensión comercial de la que aún es difícil conocer su verdadero alcance, pero que sin duda tendrá efectos globales, empezando por el precio de las principales materias primas.

La magnitud definitiva de los aranceles va a estar sujeta a la diplomacia de más altos vuelos, como quedó demostrado el lunes, cuando Trump decidió la suspensión por un mes de los aranceles sobre México y Canadá. Es la nueva política económica e internacional de la Casa Blanca, pero los aranceles sobre la energía tienen una dimensión estratégica clave que está alterando el rumbo de los mercados.

El precio del Brent y del West Texas encajaba este martes, por este motivo, descensos que llegaron a superar el 3%, con los que se borraba el ascenso acumulado en el año, cuando surgió otro elemento en discordia y no menos influyente en el coste de la energía: la geopolítica. El día en que Trump se reunía en la Casa Blanca con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, se reactivó en el mercado la posibilidad de que EE UU endureciera las sanciones a Irán para exportar de crudo, lo que impulsó con rapidez los precios. Irán exporta en la actualidad alrededor de un millón de barriles de petróleo al día, pero podría ver limitada esa exportación a una tercera parte. El precio del petróleo se dio el martes la vuelta, pero el del gas natural sí registró un descenso superior al 3%, según los futuros del mercado europeo, reflejo del menor crecimiento que supondría la guerra comercial.

El precio de la energía, sin duda, se mueve al son de los conflictos bélicos en Ucrania y Oriente Próximo, pero ahora también de los aranceles. Las tasas sobre el petróleo son una cuestión altamente sensible para Estados Unidos, que en su amenaza comercial sobre Canadá rebajó el gravamen al crudo al 10%, frente al 25% para el resto de productos. No en vano, gravar las importaciones de petróleo puede volverse en contra incluso para la mayor potencia energética del mundo. Trump puede ver cumplido su deseo de un petróleo más barato, pero a costa de menos crecimiento.

En un escenario en que se prolongaran en EE UU las tarifas del 25% a las importaciones de Canadá y México, del 10% sobre la energía canadiense, y del 10% sobre China, el Brent caería al entorno de los 60 dólares el barril a costa de un menor crecimiento, en especial en América, según cálculos de Goldman Sachs. Aun así, la firma estadounidense no ha cambiado su previsión de un Brent en los 78 dólares este año y los 73 dólares en 2026. Y prevé un impacto limitado en la demanda global de crudo y en sus precios, partiendo de que los aranceles serían temporales y de que la tarifa del 10% ya estaría descontada en el coste del crudo canadiense.

El vínculo energético entre EE UU y China es limitado, aunque con estratégicas ramificaciones. China importó el año pasado de EE UU alrededor del 6% de su consumo de gas natural licuado. Y Estados Unidos envió a China una media de 250.000 barriles diarios de crudo en 2024. Son volúmenes reducidos pero, a la vista de los aranceles, es poco probable que las empresas chinas firmen nuevos contratos a largo plazo con suministradores estadounidenses mientras la tensión comercial siga siendo elevada. Y los exportadores estadounidenses a China también necesitan asegurarse compradores para lograr la financiación necesaria que sostenga su actividad.

Estados Unidos es exportador neto de petróleo y gas natural licuado, pero también necesita importar energía con la que abastecer la elevada demanda de su pujante economía. Estados Unidos importa de Canadá cuatro millones de barriles de petróleo diarios, que suponen el 60% de las importaciones de crudo del país. El porcentaje sube al 70% si se suman las importaciones de México. “EE UU podría sustituir el crudo de Canadá, que es mucho más pesado, por el de países como Venezuela o Brasil. Y Canadá podría exportar a Asia o Europa su petróleo. Pero en ambos casos el coste logístico es evidentemente mucho mayor”, explica Pablo Fernández de Mosteyrín, analista de Renta 4. Desde UBS recuerdan que antes de la revolución del fracking en EE UU, que impulsó la extracción de petróleo ligero y catapultó a EE UU como líder mundial de producción, muchas refinerías estadounidenses se crearon para procesar petróleo pesado, del que gran parte se importa de Canadá. “En consecuencia, unos aranceles elevados sobre el crudo canadiense harían subir el precio de la gasolina, un tema políticamente sensible, en especial en el Medio Oeste”, añade la firma suiza.



#40698

La relación entre el euro y el Ibex se da la vuelta y anticipa riesgos para las bolsas


Los analistas debaten sobre el juego de espejos entre la divisa común y los parqués europeos ante las políticas de Donald Trump.

La guerra comercial lanzada por Donald Trump convierte las divisas en un indicador clave para el resto de mercados. "Los aranceles tienen un impacto fuerte, directo y claro en los tipos de cambio, antes que en otros activos", señalan en Goldman Sachs.

En el caso de Estados Unidos, la promesa de tarifas a las importaciones por parte del nuevo presidente lleva fortaleciendo el dólar desde su victoria en las elecciones de noviembre. Desde entonces, por ejemplo, el euro se ha depreciado de 1,09 a 1,03 euros.

Ahora, la implementación efectiva de aranceles a China (y la amenaza a Canadá, México e incluso la Unión Europea) hace que el mercado anticipe más alzas del billete verde. Varios bancos de negocios hablan de paridad con el euro e incluso de una caída de la moneda común a 0,95 dólares.

Los analistas tratan ahora de adivinar cómo influirá una mayor debilidad del euro en la Bolsa.

Maximilian Uleer, de Deutsche Bank, lo ve como un factor positivo, ya que las grandes cotizadas europeas hacen buena parte de sus ingresos en dólares. Por ello, "una depreciación del 10% del euro frente al dólar eleva un 3% el beneficio por acción de las empresas del Euro Stoxx 50", estima.

Reflejo de ese cálculo es lo sucedido desde la victoria de Trump. La Bolsa europea sube un 8,4% en este periodo. El Ibex, un 4,7%. Por el contrario, el euro cae un 4,5%.

Frente a esa trayectoria reciente, Goldman Sachs dice que la relación "empírica" tradicional entre Bolsa y euro ha sido paralela, no a la inversa como estos meses. Eso se explica, dice ese banco, porque aunque suba el beneficio por acción, las caídas de la divisa europea se asocian a un mayor riesgo en el continente, por lo que los inversores aplican un mayor descuento a las ganancias. Es decir, el múltiplo de precio sobre beneficios baja.



Según Bank of America, existe un decalaje. En un primer momento, el dólar al alza impulsa la Bolsa europea, pero esa fortaleza de la divisa estadounidense anticipa noticias negativas a nivel macro dos meses después, al implicar que los inversores han buscado refugio en los activos estadounidenses, lo que endurece las condiciones de financiación del resto del mundo.

¿Hemos llegado a ese momento? Esta semana, Bolsa europea y euro se mueven a la par ante el riesgo de guerra comercial. El lunes, índices y divisa bajaron ante el anuncio de aranceles, pero ayer se recuperaron en parte al aplazarse las tarifas a México y Canadá. En la anterior guerra comercial trumpista de 2018, se produjo una evolución paralela negativa. Bank of America predice una caída del 9% para la Bolsa europea en los próximos meses, en parte por la fortaleza del dólar frente al euro.


#40699

Cuándo tocan nuevas caídas del 10% y del 20% según la serie histórica


DeepSeek y Trump han provocado dos vendavales en los mercados en poco más de una semana, y todo en pleno arranque en China del Año de la Serpiente, el peor estadísticamente para la Bolsa. La serie histórica arroja cifras alentadoras frente al riesgo de un mercado bajista, pero no frente a la amenaza de correcciones superiores al 10%

Los mercados han enlazado dos lunes con sendas tormentas bajistas. El originado primero por la irrupción de DeepSeek y el desencadenado esta semana por los aranceles de Trump. Las dosis de tensión han aumentado, y todo en medio de las advertencias sobre el 'gafe' estadístico del Año de la Serpiente que acaba de arrancar en China, el peor de los doce signos del zodíaco chinos con un balance medio del -13,9%, según advierte DWS.

Los inversores han reforzado sus dosis de cautela, incluso sus posiciones defensivas, y los analistas de Mirabaud Wealth Management recurren a la serie histórica para calibrar las probabilidades de un giro bajista sostenido en Bolsa.

"En un momento en el que todo el mundo está preocupado por Trump y DeepSeek pensamos que sería interesante echar un vistazo más de cerca a ... ¡los mercados bajistas!", propone la firma en su último informe. Recuerda para ello que "suele considerarse que existe un mercado bajista cuando los precios caen al menos un 20% desde un máximo reciente y mantienen esta trayectoria descendente durante un período sostenido".

Una caída superior al 20% y en un breve espacio de tiempo (unos pocos días o semanas) daría lugar a un crack bursátil. Para alivio de los inversores, "en los últimos 100 años sólo se han producido cinco desplomes del 50% o peores". Por este motivo Mirabaud WM propone centrar el análisis de la serie histórica en los episodios bajistas "más comunes", los mercados bajistas y las correcciones superiores al 10%.


Recesiones

La lección de la crisis financiera iniciada en 2007 ha supuesto, en cierta medida, un punto de inflexión en la economía y en los mercados. Al menos así queda patente en el hecho de que "la resistencia de la economía estadounidense desde la gran crisis financiera es bastante notable, con sólo dos meses de recesión en los últimos 15 años y medio". En contra de la estadística, "en la década de 2010, simplemente no hubo recesión". Coincidiendo con esta tregua, "no hubo mercado bajista en el S&P 500 en la década de 2010".

Del mismo modo que las recesiones se han vuelto más infrecuentes, "los mercados bajistas también se han vuelto menos frecuentes". Sin embargo, desde Mirabaud WM recuerdan que los mercados bajistas "siguen siendo inevitables, como se demostró en 2022, cuando se produjo un mercado bajista en la renta variable y la renta fija a pesar de la ausencia de una recesión oficial".

La mayor "estabilidad moderna" puede interpretarse incluso como "un arma de doble filo", como apunta Mirabaud WM al recalcar que "si hay menos sobresaltos económicos, la sociedad corre el riesgo de estar menos preparada para afrontar tiempos difíciles".

El impacto de DeepSeek sobre los llamados 'Siete Magníficos' de Wall Street y la ofensiva arancelaria de Trump han aflorado en las últimas fechas como posibles factores de desestabilización en Bolsa. Entre estas amenazas, a día de hoy, no se contempla la de una eventual recesión de la economía estadounidense.


Mercados bajistas

Como dejaron patentes los 'shocks' de 2020 y 2022, los mercados bajistas no deben ir acompañados necesariamente de una recesión. A cambio, lo reciente de estos episodios puede despejar el horizonte bursátil a corto plazo, al menos frente al riesgo de desplomes superiores al 20%.

La serie histórica convierte en menos probable la opción de un nuevo mercado bajista. Mirabaud WM señala en este sentido que "ya hemos experimentado dos mercados bajistas distintos durante esta década. Durante la crisis de Covid, el S&P 500 cayó un 34%. Después, durante el mercado bajista de 2022, el S&P cayó un 25%. Son dos mercados bajistas en el espacio de tres años, lo cual es bastante raro". De ahí que sugiera que "si tenemos otro mercado bajista en 2025, serán tres mercados bajistas en 6 años, lo que es aún más raro".

Los datos correspondientes al S&P 500 recopilados desde 1928 desvelan que Wall Street ha registrado en este periodo 22 mercados bajistas con pérdidas superiores al 20%. El resultado es una media de un mercado bajista cada 4,27 años, el equivalente a cuatro años y un trimestre.

Dado que el último mercado bajista en el S&P 500 finalizó en octubre de 2022, la estadística aplazaría a comienzos de 2027 el siguiente periodo de correcciones superiores al 20%.


Correcciones

La estadística, por el contrario, sitúa a más corto plazo el riesgo de una posible corrección, con caídas de dobles dígitos. El análisis desde 1928 refleja que Wall Street ha sufrido 55 correcciones de dos dígitos prácticamente en el último siglo.

El resultado es una media de una corrección cada 1,74 años, el equivalente a un año y tres trimestres. Si se toman como referencia octubre de 2023 como final de la última corrección registrada, la estadística situaría la siguiente a mediados de 2025.

A la espera de cómo evolucionen los riesgos derivados de DeepSeek o de los aranceles, Mirabaud WM concluye que "si este año se materializara un mercado bajista" sería "inusual, pero no imposible". Más probable, estadísticamente al menos, sería una corrección.